31.1.10

HISTORIAS. Manteniendo el equilibrio.


Por Carlos Bremón

Hace ya unos cuantos años, en una tarde de invierno como la de hoy, pude disfrutar en la playa de Santa Cristina de una buena orillera que se formaba en marea alta: una ola preciosa y potente en la que, a veces, terminabas con arena hasta en el hígado después de un revolcón en la pendiente contra la que rompía. Estamos hablando de aproximadamente 1972, antes de que se construyese el dique Barrié de la Maza, cuando Santa Cristina era nuestra playa de referencia los días de temporal.

Tras el baño, y cuando me estaba vistiendo, se me acercó un hombre y me preguntó: ”¿Te importa que te hayamos filmado? Te hemos grabado para un anuncio y quería saber si nos das tu autorización para emitir públicamente imágenes tuyas cogiendo una ola.” Me quedé perplejo pero le contesté que sí, que no me importaba.

Semanas después, fui una tarde al cine y en las filmaciones publicitarias de antes de la proyección de la película, una compañía de seguros lanzaba su mensaje de captación con imágenes de un surfista cogiendo una preciosa ola en Santa Cristina. El surfista era yo, y una voz en off me acompañaba diciendo: "¡Mantenga Usted también su equilibrio…! Y contrate un seguro con nosotros". 

Durante casi dos años aguanté pacientemente, cada vez que iba al cine, y nada más apagarse las luces de la sala, verme cogiendo esa ola en Santa Cristina, aquella tarde lluviosa en la que me esforzaba en mantener –yo también- mi equilibrio.

30.1.10

MÚSICA. Los 90 volvieron en 2009


Ha habido varios momentos durante el recién acabado año 2009 que he tenido la sensación de que, en lugar de estar viviendo en la primera década del siglo XXI, había vuelto a los noventa. Uno de esos momentos fue el día que me compré los últimos discos de Yo La Tengo (Popular Songs), Sonic Youth (The Eternal) y Dinosaur Jr. (Farm). Los tres además el mismo día, como si un salto en el tiempo me hubiese llevado de nuevo a mi primer año en la universidad y otra vez a las tiendas de discos. En el 2010 parece que vuelven Pavement, Pixies y Superchunk ¿un nuevo flash-back?


Sin embargo 2009 será recordado también por otros grupos y sus músicas. Ahí va una lista de 10 de los más destacados, sacada de las listas de lo mejor del año de las webs de Rockdelux (España), Go (España), Clash (UK), Filter (USA), NME (UK), Wire (UK), Spin (USA), Pitchfork y Rough Trade:


Y para terminar, tal vez el mejor video del año, o al menos el más misterioso. "When I Grow Up" de Fever Ray. Un buen argumento para el prólogo de una próxima película de terror.

28.1.10

SUCEDIÓ EN A CROA. 1800


Eran las ocho de la mañana de un 25 de agosto del año 1800. El día, como tantos otros de ese verano, se presentaba soleado y espléndido en el castillo ubicado en la Croa de Doniños.



Desde la garita del vigía, el centinela, llevado por el cansancio y el aburrimiento de las largas horas de guardia, se acababa de despertar de un corto y accidental sueño. Algo intranquilo por su descuido, se incorporó rápidamente y se acercó al alfeizar de la ventana desde donde podía divisar, además de la playa, muchas millas de costa y océano, con un deseo en mente: comprobar que todo continuaba en su habitual y monótono “sin novedad”. Sin embargo, al asomarse, un tremendo escalofrío recorrió su espalda. No daba crédito a lo que estaba viendo. Con las manos, de modo inconsciente, se frotó los ojos, los cerró a continuación, y volvió a mirar hacia el mar. Pero lo que había visto seguía estando ahí. Por un instante dudó si continuaría soñando, si todo sería un sueño, pero en seguida se dio cuenta de que lo que veían sus ojos era absolutamente real: una enorme flota naval tapaba casi por completo las azules aguas del mar.

De inmediato cogió su catalejo y enfocó hacia los numerosos buques, que a menos de una milla, allí estaban fondeados. Tras un instante, al fin encontró lo que buscaba: los buques ostentaban el pabellón británico, y su presencia no podía ser más amenazadora.

Tras un nuevo análisis reconoció varios navíos de guerra que parecían estar dando escolta a numerosos buques de transporte de tropas, que por su formación parecían estar preparados para entrar en acción. Nerviosamente logró contar casi con exactitud el total de navíos: ¡eran más de cien!. Reconoció siete navíos de guerra, seis fragatas, cinco bergantines, dos balandras y una goleta, además de ochenta y siete buques de transporte listos para el desembarco. Y en su interior 15.000 hombres, capitaneados por el almirante John Warren, esperando con ansiedad el momento de poner pie a tierra y dirigirse a la conquista de la plaza de Ferrol, según los british, el mejor puerto español del Atlántico con el objetivo dar un golpe mortal al poderío naval español. De hecho ya en el siglo XVI los ingleses habían pretendido invadir Ferrol con el propósito de destruir la flota amarrada en sus muelles, de los cuales el primer ministro inglés de la época, un tal William, había llegado a afirmar que “si Inglaterra tuviera un puerto como el de Ferrol lo defendería con una fuerte muralla de plata”.

El vigía anotó con rapidez todos los datos, y bajó a la pequeña cuadra que poseía el puesto militar; ensilló su caballo y partió al galope para cubrir lo antes posible los nueve kilómetros que separan Doniños de Ferrol, y así informar a sus superiores y regresar con refuerzos.

Cuando se inició el desembarco, las olas se convirtieron en el primer aliado de los ferrolanos, que afinando la puntería de las escasas piezas de artillería que poseían en el castillo de Doniños, pudieron frenar en parte a los ingleses, que desembarcaban lentamente en sus buques de transporte, y a los que las olas hacían parecer frágiles chalupas. Después la laguna, las marismas y el intrincado y bien defendido camino hacia Ferrol, hicieron el resto para derrotar a los ingleses que se tuvieron que dar en retirada después de 36 horas de incursión y tras ser vencidos en la victoriosa Batalla de Brión. En París, tras conocer el fracaso de la misión inglesa, Napoleón brindaba "por los valientes ferrolanos". Esta victoria le beneficiaba en el contexto de la guerra que pronto iniciaría contra Inglaterra.

Entrada basada en los textos redactados sobre los hechos por Carlos Bremón y Willy Uribe.

23.1.10

HISTORIAS. Sr. Luna


Muchos son los que ven a Vincent Moon como el realizador musical del momento.

Su estilo, más propio de un fotógrafo, que intenta capturar el sonido en movimiento, que de un cineasta, se encuentra totalmente alejado de la exageración o el deseo de llamar la atención de la publicidad o los videoclips musicales tradicionales.

Su obra se basa en un principio simple: poner imagen y sonido en un mismo plano, ayudando a que interaccionen, haciéndolas ocurrir en el mismo momento, de modo que entre ellas se produzca un intercambio. Grabaciones en las que sólo se pulsa el botón de la cámara dos veces: REC y STOP; filmacions en busca de la improvisación, tras el ideal de una toma/un intento, dependiendo cien por cien del instante, con la seguridad de que no existirá otra oportunidad igual. Grabaciones sin post-producción, con tan sólo algunos retoques finales de color y grano.

El motor que mueve su extenso trabajo es el afán de descubrir cosas nuevas en un mundo lleno de músicos extraordinarios. Esto ha supuesto que Vincent no haya vivido, en los últimos tres años, más de tres semanas seguidas en un mismo sitio. Siempre en movimiento con su cámara al hombro y un proyecto en mente: “rodar en absolutamente todos los países del mundo”. Convertido en un explorador, persigue a la música para filmarla, allí donde ocurra, empleando la cámara como un cazamariposas.

Internet (Blogotheque, Temporary Areas, Fiume Nights, The Take Away Shows) es la herramienta a través de la cual nos muestra su trabajo, en el que destacan las obras para Arcade Fire, Mogwai, R.E.M., o por estar casi considerado como el “grabador oficial de imágenes” del prestigioso festival All Tomorrow’s Parties.

20.1.10

HISTORIAS. Mecánica Popular

El primer número de la revista Popular Mechanics apareció el 11 de enero de 1902 y fue escrito casi en su totalidad por su fundador y primer director, Henry Haven Windsor quien utilizó, desde el primer número, un lenguaje muy fácil de entender. De hecho su lema era "Escrita de manera que puedas entenderla". Windsor pensaba que el cambiante mundo de su época necesitaba una revista que explicara los avances tecnológicos que tenían lugar, tales como los carruajes sin caballos, los vuelos en globo, los rayos X, los telégrafos inalámbricos y el inminente surgimiento de una máquina voladora. Según su concepción esa revista debería ser rica en ilustraciones de apoyo.

Entre los años 1953 y 1965 la revista Mecánica Popular publicó en su edición en castellano cuatro artículos sobre lo que ellos denominaron acuaplano, en los que se describía la técnica para la fabricación de una tabla de surf, tanto en madera de balsa como en foam y resina, y se daban nociones sobre su utilización. Estos artículos fueron la base sobre la cual se construyeron las primeras tablas de surf que se utilizaron y construyeron en Galicia.

10.1.10

VIAJES. Fuerteventura. La Casa Winter.


Buscando entre un montón de viejas revistas, acabo de encontrar un ejemplar del semanario alemán “Stern” del año 1971, que incluye un pequeño reportaje sobre Gustav Winter. En la fotografía que encabeza el reportaje, Winter, vestido con un traje gris, y apoyado sobre su bastón ya gastado, parece otro pensionista alemán más de vacaciones en las Islas Canarias. 
Sin embargo este hombre, nacido en 1893 en un pueblo del interior de La Selva Negra, vivió desde 1924 en las Islas. Entre los lugareños era conocido por el nombre de Don Gustavo, y de él se sabe realmente poco, a parte de que fue inmensamente rico, además de propietario de un terreno de 2.300 hectáreas en Fuerteventura, finca en la cual se encuentra la misteriosa Casa Winter.


Winter llegó por primera vez a las Islas Canarias en el año 1924, como ingeniero en la construcción de la central eléctrica de la Cicer, en Las Palmas de Gran Canarias. Años más tarde, en 1933, se estableció en Fuerteventura, donde intentó desarrollar varios proyectos como la construcción de una planta de cemento, o una piscifactoría, proyectos que nunca se llegaron a realizar.
 En el año 1937 Winter firma con los herederos del Conde de Santa Coloma un contrato de alquiler de toda la península de Jandía.


Ese mismo año, se cree que viaja a Berlin para obtener la financiación necesaria para el desarrollo de un nuevo y secreto proyecto en Fuerteventura, proyecto que se inicia en Julio de 1938 con una expedición de expertos a bordo del barco "Richard Ohlrogge", con la cual reconocen la zona y elaboran mapas detallados de su costa. Ese mismo año se tiene constancia de la entrada en la isla de ciudadanos alemanes con el fin de desarrollar “proyectos económicamente importantes” para el "Tercer Reich”.
 Se cree que en esta época, Winter ya trabaja como agente especial para Alemania en Canarias.

En 1939 
los habitantes de la península de Jandía son desalojados de las tierras arrendadas por Winter. Al año siguiente se inicia la construcción de la villa Winter.

En 1941, y ante un notario de Madrid, se firma un contrato de compra de la península de Jandía. Los nuevos propietarios son los miembros de una sociedad de nombre Dehesa de Jandía S.A., cuyo administrador es Gustav Winter. Poco después, la finca se valla, cerrándose la entrada a la península. En este tiempo, los presos políticos del campo de concentración de Tefía construyen la carretera que lleva hasta Cofete, en el interior de la finca. Sin embargo, cuando la II Guerra Mundial finaliza, y el ejército alemán es derrotado por los aliados, el proyecto secreto encomendado a Winter está sin finalizar.

Winter regresa a Fuerteventura en 1947. Lleva consigo una maleta llena de dinero. Corren rumores de que este dinero es el de la “caja bélica” de Göering. Con ese dinero se termina la villa, y Winter monta una plantación de tomates en Casas de Jorós, construye varios pozos en busca de agua e intenta forestar las montañas de Cofete. Finalmente en 1962, Winter se hace con la propiedad de la finca de 2.300 ha de superficie entre Morro Jable y Cofete. La teoría oficial dice que los terrenos se han entregado a Winter en agradecimiento por las inversiones realizadas en la Isla.

Winter fallece con 78 años en Las Palmas de Gran Canaria en 1971, pocos días antes de que el artículo de la revista Stern, que tengo hoy en mis manos, salga publicado.



Con el paso del tiempo la existencia de la villa ha levantado numerosas polémicas y ha sido objeto de una cuantas “leyendas” y misterios.

La primera de ellas hace referencia al por qué de su ubicación en ese lugar, en medio de la nada, en una tierra infértil, y al borde de una de las playas más largas e inhóspitas de las Islas Canarias. Además, la villa se construyó en unos terrenos que tienen exactamente la misma forma, y en proporción el mismo tamaño, que la isla. La posición de la villa en estos terrenos cuadra perfectamente con la posición real de la villa en la propia isla de Fuerteventura.

También se dice que la villa se construyó sobre la entrada a una gruta existente, que comunicaría la casa directamente con la playa de Cofete, en donde se encuentra otra edificación construida con los mismos materiales utilizados en la villa, y anexa a un cúmulo de piedras que parecen ser los restos de un bunker o un horno de cal.

El segundo de los misterios hace referencia a su construcción. Un año antes del inicio de las obras, se desaloja a los habitantes de esta parte de la isla, a los que sin embargo se les da empleo en la construcción, con la condición de que mantuviesen el más estricto secreto sobre los avances de los trabajos. De hecho cada noche los obreros tenían que abandonar la finca. Se cree que la obra se completó con operarios traídos expresamente desde Alemania.


Y el último de los misterios versa sobre su fin, su misión. La villa presenta dos plantas y una torre en la parte noroeste, con un balcón al frente. Desde el exterior destaca la suntuosidad con la cual se construyó esta casa. Grandes arcos, bellas balaustradas elaboradas en madera y numerosos detalles en el interior del edificio, como su amplio patio, la cabeza de un cocodrilo esculpida en madera utilizada como górgola, o las puertas con el emblema de los Winter, son muestras del detalle con el que se levantó la casa.

Es por todo ello, que se dice que la villa estaba pensada para servir como residencia de oficiales de una cercana base de aprovisionamiento de submarinos nazis. La función de la torre sería la de servir como punto de orientación para los submarinos, que tenían como base el Puerto de la Luz en Gran Canaria, o para los aviones del ejercito alemán que utilizaban la pista de aviones de Jandía. Es cierto que durante la Guerra fueron numerosos los submarinos, tanto del ejercito alemán como aliado, que se hundieron en la zona.

También se dice que la villa se empleó como casa de descanso para oficiales nazis durante la guerra, o como retiro de algún alto cargo alemán huido tras la contienda y que se habría ocultado en la isla.

En la actualidad existen zonas de la casa que son inaccesibles, como por ejemplo dos de los cuatro pisos de la torre, donde sí se puede descubrir una gran caja eléctrica, que por sus dimensiones, hace sospechar que en la torre se había instalado un aparato que necesitaba mucha potencia. La planta baja sólo es accesible en una pequeña parte y todos los accesos al sótano están tapiados.

Cerca de la entrada de la villa se encuentra un vehículo de raíles de la empresa alemana Krupp, además de trozos de railes desperdigados por el exterior de la villa y en dirección a la montaña, testimonio de una anterior actividad minera.

Todos estos misterios no dejan de ser leyendas que han aumentado el carácter fantástico del lugar, rodeado de una larga, bella y casi virgen playa, en la que la única huella humana es un solitario cementerio.

8.1.10

HISTORIAS. 4 grados.


Sopla Nordeste. Un regalo en pleno mes de enero. Llueve. Sale el sol. Graniza. Cae un rayo que nos deja sin luz. Fuera hay sólo 4 grados. ¿No hará demasiado frío para ir al agua?