30.4.11

MÚSICA. The Dodos.


Logan Kroeber, batería de The Dodos, relajándose antes del concierto leyendo un libro. 


La verdad es que llegamos a casa casi sordos tras el concierto. Y es que el volumen tal vez estaba demasiado alto, lo que unido a la propia acústica de la capilla, tampoco ayudó a apreciar bien las canciones. A pesar de ello, el concierto no estuvo mal, y si algo he de destacar es al batería, todo un fenómeno dándole a las baquetas. Viéndole, le entran a uno ganas de comprarse un par de bombos y unos platillos, y ponerse en el garaje a aporrear sus canciones.

Hoy por la mañana, ya recuperado el oído, me encontré en Ferrol con los teloneros, el grupo portugués Evons. Salían del hotel donde habían pasado la noche. Con aún cara de dormidos les vi entrar en su furgoneta, y antes de que la encendiesen me acerqué hasta ellos y les dije que les había visto ayer y que me habían gustado mucho. Enseguida sus caras se iluminaron, y a parte de darme las gracias, me comentaron que salían hacia Madrid para tocar de nuevo esta noche. 

Tras deletrearme el nombre del grupo, en una extraña mezcla de inglés y portugués, arrancaron la furgoneta y les vi circular calle Real abajo saludándome efusivamente con una gran sonrisa, y con la sensación de haberles alegrado el día. A los teloneros también les gusta que se les preste atención y se les aplauda.








27.4.11

NAUFRAGIOS. O Xurelo.




-Era de noche – comenzó -. Estaba todo oscuro. El mar estaba bravo. Las olas pasaban sobre la cubierta del barco. Teníamos que hablar a gritos para poder escucharnos. El capitán estaba al timón, esforzándose para que no perdiésemos el rumbo.

-¿Hacía dónde se dirigían?

-Volvíamos a Panxón; estábamos cerca de la Isla de Sálvora (…). Fue todo muy rápido. El capitán grito que nos agarrásemos fuerte. Luego escuchamos un ruido espantoso, como si el casco entero se estuviese abriendo. El barco quedó parado en un instante sobre la quilla y luego fue escorando poco a poco. Antes de que nos diesemos cuenta estábamos en el agua y, cuando un rayo iluminó el mar, el Xurelo ya había desaparecido.  Entonces braceamos como locos para alcanzar la costa.

-Extraído del libro "La playa de los ahogados", de Domingo Villar.


24.4.11

VIDEOS. Entre el "fantasma" y el río.



Grabado en Doniños los días 6 y 7 de abril de 2011.

En el agua por orden de aparición: Angel Chao, Rubén González, Miguel Pérez, Kiko Sequeiro, Daniel Bermúdez, Carlos Bremón, Pablo Romero "Occy", Emilio Souto y Guillermo Alonso.

Música: The Dodos - The Season.

22.4.11

SUCEDIO EN A CROA. 1770.










“Qué vista tan magnífica si no nos amenazase”

-Juan Joaquín Moreno, Teniente Coronel de la Armada 
tras avistar a la flota inglesa frente a la costa de Doniños el 25 de agosto de 1800.

Desde la croa tu visión puede girar 360 grados abarcando en cualquiera de las direcciones un amplio campo. Hacia el Norte el Outeiro, el Monte de Lobadiz y San Jorge. Hacia el Oeste el mar y las Illas Gabeiras. Al Sur, Penencia, la laguna y los acantilados de Cabo Prioriño. Más al fondo la costa de A Coruña, desde la ciudad hasta las Islas Sisargas, en la Costa da Morte. Y al este, el pueblo y el valle. Sin duda un lugar privilegiado para asentarse.

Así lo debieron de pensar hace siglos los habitantes del castro que aquí se construyó. Cerca tenían a su disposición, para abastecerse, un gran volumen de agua dulce proporcionado por el lago. En las laderas del valle amplios prados y tierras muy fértiles en las que cultivar. Y en la costa, los acantilados y el mar como fuente inagotable de comida. Y lo más importante: protección. Sobre un alto, rodeados en buena parte por el mar, ubicados en un lugar desde el que poder divisar la llegada de un visitante o un enemigo con mucho tiempo de antelación.

Y precisamente por esta posición estratégica, a finales del siglo XVIII, se decidió construir aquí un Castillo, la batería costera más exterior del sistema defensivo de la Ría de Ferrol, liderado por los Castillos de La Palma, San Felipe y San Martín.

En el año 1770 el ingeniero militar Miguel de Hermosilla fue enviado hasta Galicia para realizar diversos proyectos. Entre ellos, y en ese año, junto con su ayudante Blas Gil de Bernabé, inició el levantamiento topográfico de los terrenos sobre los que construir una fortaleza de costa en el exterior de la Ría de Ferrol. Durante varios meses levantaron, en un total de 9 hojas, los planos del “terreno, arenal y lago” de Doniños. Posteriormente iniciaron la elaboración del proyecto del Castillo, cuya redacción se finalizó en 1772.  Tras redactarse el proyecto, se iniciaron las obras, concluyéndose las mismas en el año 1795. Al castillo se le dotó con 4 cañones del calibre 12, y con una dotación de 40 hombres.

Cinco años más tarde, la Batería de Doniños jugaría un papel fundamental en la defensa de la ciudad de Ferrol tras el desembarco de los ingleses el 25 de agosto del año 1800. Tras aquella batalla el Castillo quedó en buena parte destruido.

En la actualidad se conserva de él parte de su frente de mar, constituido por un muro de unos tres metros de altura, así como restos de la cimentación del mismo. Su interior, donde estarían las troneras y estancias de los soldados, está protegido por una densa mata de matorrales, esperando que algún día las autoridades decidan poner la fortaleza en valor.

17.4.11

VIDEOS. Oh Yeah!



Reconozco que ese día no estaba especialmente hábil con la cámara. No acaba de encontrar mi sitio para grabar. Es lo difícil de las tomas que se hacen tan de frente. El ángulo que hay que recorrer con el barrido es tan amplio que es complicado lograrlo sin que se produzcan saltos en la grabación, y más con el zoom a tope. 


Así que lo que no logré en la playa lo intenté arreglar en casa. Imágenes entrecortadas. Montaje rápido y muy dinámico, para sortear los fallos. Al final no quedó mal.

Tras Luis entramos nosotros en el agua. 

Grabado en Doniños el 2 de abril de 2011.
Surfista: Luis Rodríguez
Música: Daft Punk - Oh Yeah!

14.4.11

HISTORIAS. Gonzalo y el "Celina".


Hace ya unos meses que escribí por primera vez sobre Gonzalo Viana, uno de los pioneros del surf aquí en Galicia. Y hoy lo vuelvo hacer recuperando una historia no escrita por mi, sino descubierta en el blog de José Antonio Mera, amigo y compañero de estudios de Gonzalo en la Escuela de Náutica en A Coruña. A falta de imágenes, las ilustraciones acompañan al texto de José Antonio.


Gonzalo Viana Zulaika nació en Bilbao en 1950. Su padre, Herminio Viana Conde, decía que para él aquel había sido un buen año. Además del nacimiento de Gonzalo, su único hijo varón, Herminio había aprobado ese año las oposiciones a práctico del puerto de A Coruña, lo que le permitió cesar en su puesto como primer oficial del buque “Capitán Segarra”, de la compañía Transmediterranea, y establecerse por fin en tierra.

El traslado profesional de su padre hizo que la infancia y juventud de Gonzalo transcurriese en A Coruña.

Al igual que su padre, Gonzalo también estudió Náutica. Cuando terminó las prácticas de la carrera, en lugar de efectuar el curso de piloto, se enroló como segundo oficial en varios barcos liberianos.

Pero pronto su vida profesional se centró en el arte, sobre todo en las artes gráficas, tras ganar un concurso de carteles organizado por la UNESCO. De las artes gráficas pasó a la escultura, realizando sus primeras obras en la playa de Melide en la Isla de Ons, en donde había construido, excavado en la arena, un horno para cocer barro.

Sus figuras, con un estilo muy personal, enseguida adquirieron reconocimiento entre los entendidos. Eran formas inquietantes, que dejaban en la mente del observador la pregunta de quiénes somos realmente: así nacieron por ejemplo la cabravacarmadilloreina, el pezlagarthombre, o el caracoldios. Nunca titulaba sus esculturas. En aquellos años aprendió también a trabajar la madera y la piedra. En cuanto vendía alguna de sus obras, que pronto comenzaron a valorarse y adquirir cierto prestigio en el mundo del arte, y con el dinero reunido, se marchaba a la selva del Orinoco, o a una playa de Natal, ...y se pasaba allí dos o tres años. Sus viajes eran tan largos que, cuando volvía, no se acordaba de él ni el galerista de su última exposición, hasta que claro, veía alguna de sus características obras.

Un día dejó la Isla y su taller en la playa y apareció en mi casa, sorprendiéndome con la invitación de una salida en velero con su padre.



El velero, de madera, era una preciosidad. Se llamaba “Celina” y tenía una bella estampa. Era además relativamente confortable en su interior. Sorprendido pregunté a Gonzalo cómo y dónde había conseguido aquella joya, y cuánto le había costado.

El “Celina” había sido construido por un magnífico carpintero de ribera del puerto de Cedeira para un médico de Madrid, cuya esposa, asturiana, se llamaba Celina. Su construcción, que recientemente había finalizado, se prologó durante dos años. En ese tiempo el futuro armador se enteró de que había materiales y barcos más modernos. Además el mantenimiento de un barco de madera difícilmente se puede hacer bien sin vivir en él. De lo contrario, existe una regla que dice que se ha de disponer de una fortuna proporcional a los metros de la eslora del buque, y el “Celina” tenía diez. Así que al poco de terminarlo el médico decidió venderlo.

Antes de comprarlo, el propietario, Gonzalo y un mecánico, salieron del puerto de Cedeira para probarlo.

Tras un rato en el mar, y cuando navegaban paralelos a la costa frente a una zona acantilada, y con viento del Noroeste, el motor se paró. Intentaron arrancarlo pero estaba totalmente ahogado. Habían dejado las velas en tierra. El barco no tenía radio a bordo, ni bengalas, así que no existían opciones para pensar en un rescate. Enseguida se hizo de noche.



El mecánico, superado por el pánico, se puso a llorar en una litera, mientras el balandro se movía a merced de las olas. El médico estaba también desesperado. Mientras los otros se lamentaban, Gonzalo miraba hacia la costa y calculaba el tiempo que el barco tardaría en estrellarse contra las rocas.



Cada vez más cerca de la costa, Gonzalo vio que, cada cierto tiempo, había una serie de olas que no rompía contra las rocas de los acantilados, sino que ascendía por ellos sin romperse. Se dirigió a sus dos acompañantes, y les dio indicaciones para que no se moviesen del barco e intentasen mantenerlo proa al viento. Él trataría de buscar ayuda. Se calzó las aletas con las que había reconocido el casco del barco en puerto, y se lanzó al mar. Nadó las dos millas que había hasta tierra lo más rápido que pudo. Ya cerca del acantilado, esperó nadando contra las olas a la serie que, por su altura, podía dejarle sobre las rocas sin estamparlo contra ellas. Cuando llegó la ola adecuada nadó con fuerza manteniéndose en su cresta, hasta que, ya en contacto con tierra firme, se agarró como pudo a las rocas mientras el agua descendía pendiente abajo.



A continuación trepó por el acantilado, sin poder evitar hacerse numerosos cortes por todo el cuerpo por las lapas y mejillones que había agarrados a la roca. Finalmente logró llegar a la cima. Allí, y para su suerte, se encontró con el que debería ser el único vehículo, en varios kilómetros, aparcado en la cima del acantilado por el que acababa de trepar. En su interior había una pareja.

remolcándolo mar a dentro.

Ya en puerto pudieron comprobar que el mecánico había dejado cerrada la llave del gasóleo, de modo que cuando el motor consumió el gasoil que había en filtros y tuberías, se paró sin opción de volverse a encender.

Superado el susto, el médico de Madrid le vendió finalmente el barco a Gonzalo por una cantidad muy inferior a la que inicialmente le había pedido en agradecimiento por su rescate.


Podéis leer el texto original, y descubrir más historias y singladuras del Celina, visitando el blog "Desde un Faro".

11.4.11

VIDEOS. Cuatro décadas de surf en el agua.


Se dice que una muestra del desarrollo del surf en una comunidad es el número de generaciones de ésta que lo han practicado. Y posiblemente sea así. Allí donde el surf se desarrolló antes como deporte es donde se encuentran las escenas más activas en todos los aspectos: número de surfistas, nivel de éstos, cultura, actividades paralelas, conciencia ecológica, ...

El otro día pensaba sobre ello mientras que grababa estas imágenes. En el agua, cuatro décadas del surf de Ferrolterra representadas: Fernando "Montalbo", Pablo Romero "Occy", Luis Rodríguez y Yolando Rodríguez. Cuatro generaciones distintas que perfectamente son una muestra de cómo el surf ha ido cambiando a lo largo de estos años.

Música - Micah P. Hinson / Throw the stone
Grabado en Doniños el 27 de marzo de 2011

10.4.11

HISTORIAS. Sol y sombra.






Sol y sombra. 

Luz y oscuridad.

Este juego de opuestos es una de las cosas que más disfruto por las mañanas de camino al agua. 

La proyección de nuestras figuras por la acción directa de la luz da lugar a una imagen "distorsionada" de la realidad, y pie a imaginar también historias paralelas. 

Aquí estamos, en la cima de un acantilado, o sobre unas rocas, dispuestos a lanzarnos y sumergirnos en el mar para disfrutar de unas buenas olas.

6.4.11

HISTORIAS. El skate park.










Por fin se concluyeron las obras, y aunque muchos ya lo habían estrenado antes de su conclusión, este fin de semana se produjo lo que se puede considerar como su bautizo oficial.

Ahora sólo queda esperar, dada la excelente acogida, que poco a poco se vaya ampliando con nuevas zonas hasta convertirlo en una referencia en Galicia. La primera piedra ya está puesta.

5.4.11

HISTORIAS. Está en tus manos.


HISTORIAS. Una ventana que nunca deberíamos haber abierto.


Hace ya unos días que se celebró el Día Internacional del Agua. Y hoy me he vuelto a acordar de esa fecha por una noticia que me ha dejado alarmado, preocupado, y unos cuantos adjetivos más. Y que menos se podría esperar tras leer declaraciones como éstas:

"Tenemos que admitir que ha habido un error de juicio en la promoción de la política de energía nuclear del país".

"Fukushima nos pone en un terreno desconocido".

"¿Qué efectos generará? Contaminación en unos grados que no podremos explicar hasta dentro de algunos años".

"No hay que caer en alarmismos, pero se abre una ventana que nunca vimos abierta antes".

"Se empieza a jugar con un margen de riesgo que se desconoce".

No sólo se desconoce cual será el efecto del vertido de más de 10.000 toneladas de agua radioactiva al mar, sino que posiblemente nunca lo sabremos. Posiblemente tampoco será el último. Y entonces pienso, aunque pueda sonar alarmista, en que los océanos desconocen de fronteras, y con ellos, los peces y demás especies que habitan en él. Y reflexiono sobre el poder sanador del agua, pero también en su capacidad como medio de transmisión de enfermedades y plagas. La situación actual entorno a la central no sólo es una ventana que nunca hemos visto abierta, sino también una ventana que nunca deberíamos haber abierto. 

3.4.11

VIDEOS. San Jorge.



Para unos pocos es la ola preferida de los temporales de invierno aquí en Ferrolterra. Y supongo que sólo para unos pocos pues es una ola bastante caprichosa. Suele funcionar únicamente en marea baja y cuando el fondo está perfectamente colocado, pegado a la corriente y cerca de las rocas. Desgraciadamente no siempre es así, y como ha pasado este invierno, sólo hemos podido disfrutarla durante tres semanas en el mes de febrero.

Creo que otro de los factores que influye en su poca popularidad es la variedad en el tamaño de olas que pueden entrar en un mismo baño. Por su orientación, por la forma de la costa, y por la "protección" que le da la península de Lobadiz, los pequeños cambios en la orientación con los que vienen las series, provocan que, o bien las olas se estrellen contra los acantilados, o que entren limpias hacia la playa. Esto, unido al efecto de la distancia y la altura desde la que vemos la rompiente, hace que en San Jorge se haya establecido un propio criterio para medir la altura de las olas: al metro de ola, que nos parece ver romper desde el aparcamiento, hay que sumarle otro medio metro, y añadir al menos un metro más a las series más grandes.

Música - Migala / On Not Given Farewalls
Grabado en San Jorge en el mes de febrero de 2011.
Por orden de aparición - Gonzalo Casal "Super" / Luis Rodríguez

1.4.11

HISTORIAS. La pista hacia la luz.








Me imagino que a todos nos gustaría surfear mejor. Aprender, mejorar.

Por otro lado sé que lo importante es disfrutar en el agua, y que ello es independiente del nivel. Pero está claro que los que más saben tienen más oportunidades de disfrutar. O al menos creo que así debería ser.

Sin embargo a partir de una edad, y por mucho que uno se empeñe, parece que cuesta mejorar. No sé si es porque se pierde valor, o porque uno ya no está tan ágil, ...

La falta de referencias visuales es también otro factor que dificulta corregir los errores. El poderse ver, aunque sólo sea en unas pocas fotos, te puede hacer reflexionar  sobre lo que haces mal. O como parece sugerir Paulo, abrirte "la pista hacia la luz".

Muchas gracias a Paulo por las fotos.