Fue un baño corto. La verdad es que tenía que haber bajado antes, pero acababa de subir de la playa y no me imaginé que la marea se pusiese bien tan pronto. Al menos me dio tiempo a coger dos de las buenas antes de que entrase la corriente, y fastidiase la ola.
Cuando salíamos del agua nos cruzamos con Ángel y Pablo que iban al agua. Aunque apenas quedaba luz, y tras cambiarme, me quedé a hacerles algunas fotos, esperando a la luz buena de después de la puesta. Sin embargo unas inoportunas nubes lo oscurecieron todo.
Cuando ya estaba a punto de irme un señor pasó por delante de mí con su perro. El perro me ladró. Me imaginé que sería por resultarle extraño al tener la capucha puesta y la cámara. El señor se dirigió hablando hacia mí pero, con el ruido del viento no le lograba entender, así que me acerqué cinco o seis pasos.
-¡¡Tienes un jabalí a dos metros de ti!!.
Me giré y efectivamente allí estaba, en el mismo lugar en el que estaba sacando las fotos y mirando al mar como yo.
Intenté enfocarlo con la cámara pero salió corriendo.
Fui detrás de él, pero cuando lo volví a ver ya estaba demasiado lejos como para poder fotografiarlo con nitidez. Tras darse unas vueltas por las dunas, se dirigió hacia el lago y se perdió entre la maleza.