30.1.13

MÚSICA. Yo La Tengo.



Parece mentira que hayan pasado más de 12 años desde la primera y última vez que vi a Yo La Tengo en concierto. Fue en Santiago, en el Monte do Gozo, durante el Santirock.  Recuerdo que también tocaron, en aquella tarde/noche, Manta Ray, Teenage Fan Club, Iggy Pop y Sonic Youth. Pero si yo estaba allí, era especialmente por ellos.

De todos los conciertos de aquel día, el de Yo La Tengo es del que guardo mejor recuerdo. Venían presentando su disco "And Then Nothing Turned Itself Inside Out ", y su actuación coincidió con el momento más agradable de la tarde. A parte de su batería de miniatura, sus juegos de voces y sus coreografías imposibles, siempre recordaré la agradable sensación al escuchar el sonido de "Our Way To Fall" mientras el sol caía y se escondía tras los montes que rodean Santiago. De hecho siempre que escucho ahora en casa esa canción, viajo con la mente, y además con gran facilidad, a aquel momento, que creo ha quedado marcado en mí como una de esas situaciones que siempre recordaré.

Y 13 años después vuelven. Será de nuevo en Santiago, el 4 de marzo en la Sala Capitol, presentando su nuevo disco "Fade".

27.1.13

VIDEOS. Surfusiom 2011.



Fue una de las citas que tristemente no se cumplieron el pasado verano. Después de unas cuantas ediciones trayendo a la playa de Doniños el mejor bodyboard del mundo, el año pasado no hubo Surfusiom. 

Por experiencia sé que organizar un evento así no es sencillo. A las dificultades normales, se le añaden en muchas ocasiones imprevistos no deseados, compromisos no cumplidos, ..., que pueden hacer que el trabajo de todo un año se vaya al traste.

Pero han prometido volver. Posiblemente cuando la situación general se tranquilice. Será para todos, una buena noticia.

Posiblemente mucho pensaréis, yo incluido, que tal vez no tenga mucho sentido, casi un año y medio después, editar este video. Pero si esperaba más, las imágenes quedarían olvidadas. Este fue además el último que grabé utilizando la JVC, mi primera videocámara. Durante los 4 días de campeonato empezó a dar muestras de que sus circuitos y conexiones estaban empezando a fallar. Demasiada exposición al salitre me dijeron. Con poca luz era imposible enfocar, y con luz, las imágenes perdían nitidez a cambio de un mayor contraste. Lo peor de todo es que no me di cuenta de ello hasta que visualicé las imágenes en el ordenador. Mucho del material grabado hubo que desecharlo. Menos mal que gracias a Eugenio Prados, que me dejó uno de sus objetivos, pude grabar alguna imagen con un poco de calidad. 

Y este es el resultado.

26.1.13

HISTORIAS. ¿Realmente es sólo agua?











Hoy es uno de esos días en los que las expectativas están muy altas.

Aún no ha amanecido, y desde casa se oye especialmente alto el ruido del mar. Tal vez sea porque casi no sopla el viento, y el sonido de las olas, al romper, retumba en el valle en forma de un eco continuo, en el que resulta imposible distinguir los silencios entre olas. Pero lo más seguro es que se hayan cumplido las previsiones, que ayer decían que iba a subir el mar. ¿Pero cuánto? ¿Subirá tanto como para superar esa línea que separa los baños en los que, en lugar de estar a coger olas, toda tu atención se centra en escapar de las series? Porque se diga lo que se diga, en esos días, son muy pocos los que están cómodos en el agua. Sólo hay que ver las expresiones de la gente cuando llega una serie que, con toda seguridad, te va atrapar, aunque remes con todas tus fuerzas y piques muy bien. O las exclamaciones cuando se sale a superficie después de haber superado un buen revolcón. Pero también son días para superar uno sus propios límites y miedos. O al menos para enfrentarse a ellos. De hecho, si lo piensas fríamente, ¿a qué se reduce todo? ¡¡Es sólo agua!!

21.1.13

HISTORIAS. ¿Ciclogénesis?











El término "ciclogénesis explosiva" es relativamente nuevo para mí. De hecho no lo comencé a oír con  cierta asiduidad hasta el paso del huracán Klaus por Galicia en el año 2009. Desde entonces, sobre todo en la prensa, a cualquier borrasca profunda que llega a nuestras costas se le llama ciclogénesis explosiva, dándole con esta denominación, o la de bomba meteorológica, un significado catastrofista, que lleva a la alarma, como si se tratase de un fenómeno excepcional de consecuencias devastadores.

Aquí en Galicia siempre ha habido temporales, varios cada año, y de intensidades similares a el de estos días, por lo que borrascas como las del pasado fin de semana tienen poco de excepcionales. No quiero decir, con ello, que no se hayan de tomar precauciones antes situaciones así. Excepcional fue el Klaus, aunque estadísticamente tampoco tanto. Los datos históricos dicen que la probabilidad de que se presente un temporal como aquel, es de 1 vez cada 25 años. Pero independientemente de lo que digan los números, sus consecuencias y daños sí que fueron excepcionales.

Hoy por la noche llega la segunda de las "ciclogénesis" en menos de una semana. De hecho fuera ya se oye sonar el mar. Esta no será tan intensa como la anterior en viento y lluvias, pero si en olas, que llegarán a los 9 metros en mar abierto. Hoy ya se notaba la subida. Mañana estará espectacular.

17.1.13

HISTORIAS. La máquina de escribir.








Conservamos en casa una Olivetti Studio 46.

Acostumbrado a teclear en un ordenador, y a ver aparecer el texto en la pantalla, observar el modo en como una máquina de escribir marca las letras sobre el papel resulta apasionante.

Todo en ella tiene una función y ha sido colocado en un lugar determinado con un objetivo preciso. El fijador de papel. La cinta con la tinta. El tabulador. La palanca. La fijadora de mayúsculas. Y en especial las teclas. Sobre ellas existen diferentes teorías que explican su disposición, que a primera vista nos puede parecer caprichosa y sin sentido. Estas teorías van desde las conspirativas a las más prácticas. La que a mí más me convence es aquella que afirma que se trata de la disposición que mejor evita los atascos, en el avance preciso y rápido que exige la escritura.

Porque trabajar, escribir con una máquina de escribir, si algo requiere es precisión y agilidad. No hay vuelta atrás sin borrón- Los fallos quedan marcados en el papel de forma permanente. En cierto modo es como tocar el piano ante una audiencia atenta y entendida. No cabe lugar al error y la coordinación y el ritmo han de ser perfectos. Y después está su sonido. De entre todos los emitidos por una máquina creada por el hombre, tal vez sea el más orgánico y agradable de escuchar. Su tecleo. El avance del carro. El timbre que nos anuncia la proximidad del final de línea, y cuando ya no queda espacio, la palanca que, con precisión, hace avanzar una línea el texto y arrastra el rodillo hasta la posición de inicio, en un gesto que incita al escritor a continuar con su tarea en cada salto.

14.1.13

HISTORIAS. Perder la cuenta.













En los últimos meses, y a pesar de ser invierno, los días en los que más he disfrutado en el agua, han sido días con olas de medio metro, o incluso menos. Sonará mal en un surfista del norte que debería estar suspirando por las grandes marejadas, pero es la verdad. Con los fondos de la mayoría de las playas hechos un desastre, los baños en los que mejor me lo he pasado, han sido aquellos en los estaba tan pequeño que casi nadie se echó al agua, y en los que hasta hace poco, y si no fuese por el tablón, yo tampoco hubiese entrado a coger olas. 

Gracias a él he disfrutado realmente deslizándome. 

La remontada es sencilla. La remada fácil. Y enseguida, casi sin esfuerzo, vuelas sobre el agua. 

Ya en la orilla, y tras la última, descubres que has perdido la cuenta de las olas que llevas. Habrá que ir a por otra más.