30.11.13

HISTORIAS. Las opciones de Aritz (parte 2).


A pesar de la pronta eliminación de Aritz en Sunset, en ronda de 96, no se puede decir que la de ayer fuese una mala jornada en su objetivo de entrar en el CT de 2014. Al igual que él, otro de los surfistas en esta carrera, Dion Atkinson, quedó eliminado, y otros como Patrick Gudauskas y Yadin Nicol, han reducido sus posibilidades de permanecer en el CT un año más. Patrick Gudauskas necesitaría quedar al menos 5º en Pipe, y a Yadin Nicol sólo le valdría la victoria, para repetir entre los mejores el próximo año.

De los surfistas para los que Sunset es la única opción para lograr la clasificación, quedan en competición Mitchel Coleborn, que debería quedar al menos 5º para superar a Aritz, William Cardoso, que ha de quedar 4º, Granger Larsen, que tiene que ser subcampeón, y Tomas Hermes y Tanner Gudauskas, que necesitan la victoria para clasificarse.


Para los surfistas para los que Pipe también puntúa, las opciones son mayores, y hemos tratado de representar todas las posibilidades en la tabla anterior. En función de su clasificación en Sunset, marcada en las columnas, se indica, en cada celda de la tabla, la posición que han de lograr cada surfista en Pipe para superar a Aritz en la clasificación (NOTA: cuando en la tabla aparece un puesto 25, significa que gracias a los puntos logrados en Sunset por ese surfista, ya habría superado a Aritz en la clasificación, de modo que el resultado en Pipe pasa a ser irrelevante). 

Hay algunos surfistas que lo tienen muy complicado. Por ejemplo, Kieren Perrow, que debería llegar a la final tanto en Pipe como en Sunset, y en este caso, si no ganase en Sunset, y quedase 2º, 3º o 4º, sólo le valdría la victoria en Pipe. 

Damien Hobgood ha de lograr también dos buenos resultados en estas dos últimas pruebas: por ejemplo, una de las posibilidades sería que siendo 3º en Sunset, quedase 5º en Pipe.

Para el resto, lo mejor es mirar en la tabla. Si por ejemplo Travis Logie quedase 25º en Sunset, necesitaría quedar 5º en Pipe para superar a Aritz. Si quedase 17º en Sunset, su resultado en Pipe, aunque fuese malo, sería irrelevante.

Son por tanto, a día de hoy 16 surfistas los que pueden superar a Aritz, por lo que habrá que estar muy atento a los resultados de estos días en Sunset para ir eliminando candidatos. Recordemos que se deberían de dar simultáneamente al menos 5 de estas posibilidades para que Aritz quedase fuera, lo que parece poco probable, aunque hoy, aún es matemáticamente posible.

28.11.13

HISTORIAS. Las Meninas viajan a París.


Estos días Eduardo Hermida ha viajado hasta París para proponer, ante el Instituto Europeo de Itinerarios Culturales, que el proyecto de "Las Meninas de Canido" sea reconocido como Itinerario Cultural Europeo. Hoy ha sido la presentación, y por lo contado por Eduardo ésta ha sido todo un éxito. 

El Itinerario Cultural Europeo es un distintivo que otorga el Consejo de Europa a aquellas rutas, recorridos y proyectos que destacan por contener una serie de valores vinculados a la cultura europea, y que además promueven nuevas formas de encuentro y cooperación entre jóvenes, poniendo en valor patrimonios poco apreciados. En la actualidad existen en Europa un total de 36 Itinerarios Culturales.

Este es un extracto del video que se presentó hoy en París. El fin de semana lo publicaré entero y subtitulado. Todas las fotografías utilizadas en el video son de José Pardo.

26.11.13

HISTORIAS. desdelacroa en "Uno de los nuestros".


He de afirmar que "Uno de los nuestros", el blog de Pedro Ramis, es uno de mis preferidos. Y no lo digo porque Pedro se haya animado recientemente a publicar una entrevista que me hizo hace unos días, y que podéis leer pulsando AQUÍ

"Uno de los nuestros" es una de esas páginas de referencia donde siempre puedes encontrar propuestas interesantes, de gente que comparte ideas y gustos como los tuyos, pero con mucho más talento. Gente de la que aprender y en la que encontrar inspiración. Así que el es ser considerado como "Uno de los nuestros" es todo un honor.

Fotografía de Eloy Taboada.

24.11.13

HISTORIAS. Las opciones de Aritz (parte 1).


Se termina la temporada, y más allá de quién se llevará este año el título mundial, este fin de año tiene especial interés por las grandes posibilidades que Aritz Aramburu tiene de clasificarse para el CT de 2014

Queda una prueba Prime, Sunset, además de Pipe, y en desdelacroa hemos realizado uno de esos ejercicios matemáticos que tanto nos gustan con el objetivo de dar respuesta a una pregunta: ¿cuáles son las opciones reales de Aritz para clasificarse para el CT del próximo año?

Aritz ha salido muy reformado de Haleiwa con respecto a sus más importantes competidores. Ha conseguido aumentar la distancia en puntos que tenía con respecto a todos, salvo con Dion Atkinson, pero esto no significa que sus perseguidores no tengan aún opciones de superarle. De hecho siguen teniendo muchas, sobre todo los surfistas que también compiten en el CT, ya que éstos tienen la posibilidad de sumar 2 puntuaciones de este circuito entre los puntos que deciden la clasificación global, lo que les da una oportunidad adicional en Pipe.

Teniendo en cuenta la clasificación actual, y los puntos que se otorgan en las pruebas Prime, hemos identificado quiénes son los rivales de Aritz en esta carrera, y las clasificaciones, en función del resultado en Sunset, que cada uno de estos surfistas deberían lograr para superarlo. Aritz debería perder 5 puestos para quedar fuera del CT el próximo año. Sin tener en cuenta los resultados de Pipe, y cómo afecta ésto a los surfistas que corren este circuito, se han de dar por tanto simultánamente 5 de estas posibilidades para que la no clasificación de Aritz ocurra.

NOTA: la tabla está hecha suponiendo que Dion Atkinson quedó 4º en la final (no me quedé a verla).

En ordenadas figuran las distintas posibilidades de clasificación de Aritz en Sunset, y en abscisas los rivales de Aritz. En cada celda, y en función de la clasificación de Aritz en Sunset, se señala el puesto que debería alcanzar el surfista rival para adelantarlo en la clasificación (no se ha incluido en el cálculo a los surfistas que provisionalmente están clasificados por su puesto en el CT).

Como ejemplo hemos marcado en gris una de las múltiples posibilidades que se pueden dar. Si por ejemplo Aritz quedase 17º en Sunset, y por citar a 3 surfistas, Travis Logie debería concluir en el puesto 13º, William Cardoso debería ser 3º o Marc Lacomare 2º, para superarle.

Pero tras Sunset llega Pipe, y Pipe abre una nueva oportunidad para los surfistas del CT que se encuentran por debajo de Aritz en la clasificación. De hecho, un muy buen resultado de Miguel Pupo, Travis Logie, Patrick Gudauskas, Damien Hobgood, Glenn Hall, Yadin Nicol, Raoni Monteiro, o incluso Keiren Perrow, en Pipe, podrían comprometer las opciones de Aritz. Pero eso lo analizaremos después de Sunset, cuando únicamente queden los puntos de Pipe para decidir la clasificación final.

20.11.13

HISTORIAS. El poster del Campeonato Gallego de 1981.


Hoy publicamos en el blog una de las joyas que teníamos guardada en nuestros archivos: el poster que en el año 1981 Luis Bericua dibujó para el Campeonato Gallego de Surf que se celebró en la playa de Doniños.

De trazo sencillo, el dibujo me recuerda a algunos de Rick Griffin.

Cuando Luis me lo envió, descubrí cuán equivocado estaba sobre algunos de los capítulos de la historia del surf en Galicia. Hasta entonces, pensaba que el primer campeonato gallego "oficial" había sido el también celebrado en Doniños en 1982. Pero no era así. Tampoco el de 1981 fue el primero. Fernando Adarraga me lo contaba en su entrevista: habría que remontarse a 1975 para encontrar el primer campeonato gallego en la playa de Nemiña. Sabía de un campeonato en Nemiña ese año, pero pensé en él más como un encuentro entre amigos, al margen de la competición, que en algo más serio.

Con todas estas revelaciones comprendí que a la historia hay que darle su tiempo: es un error quedarse sólo con la primera versión; es necesario confrontar los datos con otros testimonios. Pero también esperar a que las historias surjan, a que aparezcan nuevos actores, o a que se recuperen fotografías casi olvidadas, permitiendo así que se pueda montar, poco a poco, el puzzle de lo que fueron aquellos años. No tengo prisa, por lo que continuaremos con la búsqueda.

17.11.13

HISTORIAS. Las mareas.




"La gravedad de la luna afecta a los océanos y provoca mareas que perfilan los límites entre el mar y la tierra. La acción prolongada de las olas sobre los cantos rodados de las playas provoca que se borren los límites entre la costa y el océano. 

Con el paso del tiempo todos nos hemos ido moldeando. Si las rocas se moldean con la acción del oleaje, como no se va a moldear el ser humano". 

-Frank Lanting en su libro "Vida"

De entre todos los datos meteorológicos que se ofrecen en la página web de Puertos del Estado, uno de los más interesantes y de mayor calidad con respecto a otras páginas, es el de la previsión del nivel del mar. Y digo de mayor calidad porque es el único que incluye en el cálculo de la predicción todos los factores que determinan la altura real de la marea.

Las mareas son movimientos ondulatorios de la superficie del mar no generados por el viento, y que se caracterizan por poseer longitudes de onda y periodos muy largos.

Las mareas se rigen fundamentalmente por los cambios en la posición relativa de la luna y el sol con respecto a la tierra. Estos cambios de posición generan variaciones del campo gravitatorio en la superficie terrestre, lo que da lugar a la elevación y descenso periódico del nivel del mar.

El rango de la marea, es decir, la distancia entre la pleamar y la bajamar, es diferente según la zona geográfica. En mares cerrados, como puede ser el Mediterráneo, el rango de la marea es bajo, del orden de centímetros, principalmente por dos motivos: por un lado la superficie de estos mares es reducida en comparación con la de los océanos; por otro se suele tratar de masas de agua más o menos cerradas, lo que impide que se desarrollen en toda su amplitud los movimientos de la marea. En otras regiones, sin embargo, el rango supera la decena de metros, llegando incluso hasta los 20 metros en la Bahía de Fundy (Canadá).

Este fenómeno, llamado marea astronómica, siendo el más relevante en las aguas oceánicas, no es el único que marca el nivel del mar. A pesar de ello, las tablas de marea que solemos consultar sólo incluyen el dato que se obtiene de la predicción de la marea astronómica, ofreciéndonos por tanto una información no del todo exacta.

De entre los otros factores que intervienen en el nivel de la marea, el principal, es el que se denomina marea meteorológica, y consiste en la variación del nivel del mar producida por la presión atmosférica y el viento. En función de que la situación atmosférica sea anticiclónica o borrascosa, el nivel del mar se adapta a la presión existente. En el caso de una baja presión muy profunda se produce una sobreelevación del nivel del mar, que los científicos han denominado onda de tormenta. Esta onda de tormenta puede llegar a suponer elevaciones del nivel del mar de hasta 70 centímetros.

La predicción de Puertos del Estado tiene en cuenta también otros fenómenos de menor escala asociados con el cambio climático y la subida generalizada del nivel del mar. Aunque en magnitud absoluta no son en un principio tan relevantes, estos fenómenos suponen una evidencia de los cambios que se están produciendo en el planeta.

"El universo está hecho de ondas. Se manifiestan en todos lados. Algunas son tan pequeñas que no puedes verlas, como el sonido. Algunas sin embargo son tan grandes que sí las apreciamos, como las mareas o los frentes de nubes en el cielo. (...) Hay algo milagroso en las ondas".

-Drew Kampion por Willy Uribe

12.11.13

HISTORIAS. Vicente Romero.









Desde hace varios meses hemos tenido la suerte de coincidir en algunos baños con Vicente Romero. Y digo suerte porque, además de ser todo un ejemplo de comportamiento en el agua, es un verdadero placer verle surfear. Vicente es capaz, con muy poco, de sacar velocidad y fuerza a cada ola, y aunque tal vez lo que más llame la atención de su surf sean los aéreos, también sorprende con las maniobras clásicas, ejecutadas en el momento adecuado con fuerza, precisión y estilo.

6.11.13

HISTORIAS. Rufino.



En un pequeño taller situado en San Roque de Afuera, sobre los acantilados que cierran el extremo occidental de la ensenada de Riazor y el Orzán, Francisco Rufino Tizón, más conocido como Rufo, fundó en el año 1972 Rufo’s Surfboards, el primer taller de tablas de surf de Galicia, y uno de los primeros de nuestras costas. Desde allí, y durante buena parte de los años setenta y ochenta, Rufo abasteció a los primeros surfistas gallegos con las tablas que difícilmente se podían conseguir en aquella época, dándoles a muchos la oportunidad de poder iniciarse en el surf. 

Increíblemente la figura de Rufino apenas es reinvindicada hoy por los surfistas de mi generación. Esta entrada busca, en cierto modo, sacar a la luz su historia, y reconocer la excelente labor que efectuó en aquellos días.


El surf llegó a la península en la década de los sesenta, consolidándose de modo firme en algunos puntos de la costa cantábrica en relativamente pocos años.

Ante un número creciente de practicantes, y empujados por las dificultades que existían para acceder al material necesario para la práctica de este deporte, hubo una serie de surfistas que se las ingeniaron para construir sus propias tablas, compensando la carencia de medios y materiales adecuados con ingenio e innovación; fue así como nacieron, casi simultáneamente, los primeros talleres de tablas de surf del litoral cantábrico: Itxas Tresna en Orio, Santa Marina en Loredo y Rufo´s Surfboards en San Roque de Afuera, A Coruña.

Hoy, y sobre todo en los últimos años, ha habido una verdadera explosión en cuanto al número de talleres que han abierto a lo largo de nuestra costa, incluso en zonas del interior. El acto de fabricar una tabla de surf es considerado ya como una actividad normal, casi una profesión. En la actualidad es sencillo conseguir los materiales básicos, e incluso encontrar manuales que te expliquen todo el proceso a seguir en la fabricación de una tabla. Pero en aquellos años, el tomar aquel impulso constituía, además de una arriesgada aventura empresarial, el adentrarse en un mundo en el que todo estaba por conocer. Es por ello que la labor efectuada por Rufino, y todos los avances técnicos que fue capaz de ir incorporando al proceso de fabricación de tablas, tienen un especial valor en el desarrollo e implantación del surf en nuestra región.

”El impulso de hacer surf surgió en mí, en buena medida, por vivir cerca del mar. Si vives al lado del océano, y realmente lo disfrutas, es inevitable que intentes relacionarte y probar todas las actividades que en él se puedan desarrollar. Y el surf, al igual que la pesca, fue una más, aunque seguramente de las más importantes en mi caso. De hecho creo haber practicado, o al menos probado, todos los deportes que se pueden hacer en el mar. Bueno me quedó uno, el windsurf, aunque la verdad es que también lo intentamos.

El primer recuerdo que tengo sobre surf es la llegada a nuestro grupo de amigos de un paipo de fibra que Tito y un sobrino mío habían “conseguido”. Como yo era el manitas del grupo, me preguntaron si sería capaz de hacer algo parecido. Mi sobrino trabajaba en una empresa de aislamientos, por lo que él se ofreció a conseguirme todo el material necesario para la construcción: la espuma de poliuretano, la resina, la fibra, … Como referencia en cuanto a medidas y formas tenía las de un tablón de 2,40 metros de longitud que usaba Carlos Bremón, al cual habíamos conocido algunas semanas antes.

Así que sin más información que la que podía ofrecer el paipo, el cual “diseccionamos” en dos para ver como era su estructura interior, y las dimensiones y formas del tablón de Carlos, me lancé a la que fue la fabricación de mi primera tabla. Del análisis del paipo y del tablón llegué a la conclusión de que la tabla a construir tendría que ser un objeto muy robusto. Mi problema era cómo lograrlo, y más en un artefacto que había de medir 2,40 metros de largo. 

El foam que habíamos conseguido tenía una densidad de 35 kg/m3, que acabó revelándose como muy baja, por lo que una de las primeras determinaciones a las que llegué fue que, para lograr una estructura fuerte, tenía que construir una tabla con un alma robusta, y reforzar toda la superficie con varias capas de fibra. Fue así como construí un alma en madera de teka de 4 cm de espesor, a la que encolé dos bloques de espuma de poliuretano. Tras darle la forma al foam, lo envolví todo en tres capas de fibra con abundante resina.

Carlos Bremón, que de todos era el que más se manejaba en las olas, fue quien la probó. La tabla pesaba una barbaridad, y cuando la echamos al agua, apenas flotaba. Aquello fue una gran desilusión. A pesar de todo, Carlos fue capaz de coger algunas olas, por lo que también quedaba claro que el diseño era válido, y lo que tenía que hacer era perfeccionar la construcción, yendo hacia una estructura más ligera, y por tanto con mayor flotabilidad.

Había que reducir el peso de la tabla, y para ello era fundamental lograr un alma más fina que soportase los esfuerzos a las que se iba a someter la tabla, además de poner menos capas de fibra. Debía por tanto encontrar un foam más denso, más resistente, para compensar la reducción del espesor del alma y del número de capas de fibra.

Mientras no lograba una espuma más densa, y tomando como plantilla la tabla de Carlos, hice varias unidades de tablas de 2,40 de eslora por 60 de manga que vendí a Deportes Otero en La Coruña. Aquellas tablas tuvieron por cierto muy buena aceptación, a pesar de que eran unos artefactos impresionantes por su tamaño y peso considerable. Recuerdo el precio de venta: 3.500 pesetas. Estamos hablando de 1970. Eran tablas tan grandes que aguantaban perfectamente con dos personas a la vez. De hecho recuerdo coger olas en tandem con Tito un día en Baldaio. Ojalá pudiera recuperar hoy una de aquellas primeras Rufo’s.

Cuando ya llevaba unas cuantas tablas construidas, aparecieron por Coruña un grupo de chicos vascos que venían a coger olas y que traían consigo unas tablas que para nosotros eran novedosas en cuanto a formas y volúmenes, y que suponían un importante avance con respecto a la tabla de Carlos. En las conversaciones que tuvimos con ellos mi principal interés era conocer de dónde conseguían el foam, y fue allí donde me hablaron de Barland y su taller en Biarritz. Así que a los pocos días cogimos el coche y nos fuimos hasta Francia a por unos foams. Pero aquellos foams, aunque mucho mejores que los que podía conseguir, eran muy caros, carísimos para nuestras economías, por lo que no podía permitirme comprarlos. La solución había que buscarla en casa. Del viaje volví sin foams, pero con la firme determinación de fabricarlos.

(NOTA: se recomienda leer aquí la entrada sobre el foam de las Rufo's).

Para ello construí un gran molde de hormigón, cuya temperatura era regulada con un termostato, ty ras muchos intentos, que exigieron una continua evolución y mayor precisión en todo el proceso, se logró que la densidad del foam pasase de los 35 kg iniciales a más de 65 kg/m3, con una estructura de celdilla muy buena, muy cerrada. Con foams de calidad aceptable, las características generales de las tablas mejoraron muchísimo: peso menor, mayor resistencia, más fáciles de trabajar, … Pero aún era mucho el camino que me quedaba por recorrer 

La construcción de aquellas primeras tablas, y de muchas de las que vendrían después, la hacía en un chabolo que tenía mi padre en San Roque da Fora, cerca de donde vivíamos, al borde de los acantilados que cierran, mirando al mar a la izquierda, la ensenada de Riazor y el Orzán. Era un construcción muy humilde, con paredes de bloque de hormigón y tejado de uralita, y más bien pequeño, de aproximadamente de 4 por 7 metros. Como te puedes imaginar aquel no era el mejor lugar, sobre todo por la humedad y los cambios de temperatura, para construir tablas de surf, pero en un principio, y durante mucho tiempo, fue lo que tuve.

El proceso de trabajo el taller era más o menos el siguiente. Los foams, una vez expandidos, los dejaba curar entre 20 y 30 días. Antes no se podía trabajar bien con él. Normalmente los lleva a curar al patio de la casa de mi madre, donde permanecían esos días. En el chabolo no tenía espacio, y además la humedad, no era lo ideal para el curado del foam. Pasados los 20 días aquello tenía ya otra dureza. En función de los foams que tuviese almacenados, dedicaba entre 1 y 3 días a la semana a fabricar foam. 

En el chabolo hacia todo el proceso de construcción de las tablas. Tardaba aproximadamente unos tres días en fabricar una, aunque bueno, no tres días continuos de 8 horas laborables, ya que a parte de las tablas, tenía otro trabajo. Además, y como era normal, también quería ir a surfear. Con los 3 días me refiero a que todas las tareas para construir una tabla las desarrollaba en 3 jornadas. El primer día le daba la forma al foam y extendía la primera capa de fibra. Al día siguiente le daba la siguiente capa, y el tercero lo dedicaba a los acabados.

Con el tiempo pasé del chabolo a un piso que me dejó Jose “Queimarán”. Tenía toda una planta de un edificio para mí, por lo que allí me podía organizar mejor. En el piso ya había otra temperatura, lo que repercutió no sólo en un mejor acabado de las tablas, sino también en el número de unidades que sacaba a la semana. Podía trabajar más rápido y ser más preciso. Antes de irme al piso, recuerdo que llegué también a hacer tablas en la casa en que vivía, un pequeño piso situado en un octavo. Hasta allí subí todo: herramientas, plantillas, materiales. Me imagino que el olor que salía de mi casa debía de ser terrible para los vecinos, pero la verdad es que nunca nadie se quejó. Me imagino que entendieron que con aquéllo me gana la vida, y por eso nunca dijeron nada. En mi casa llegué a construir entre 10-15 tablas.

Como herramientas utilizaba aquellas que se podían conseguir en cualquier ferretería de la época. No era material específico, por lo que muchas veces, tenía que hacer pequeñas modificaciones para adaptarlas al uso que les quería dar, y lograr así las aplicaciones que ninguna máquina del mercado me proporcionaba. Había que adaptarse a lo que teníamos acceso, y sobre todo echarle imaginación. Con imaginación se pueden hacer muchas cosas. Siempre he pensado que el no disponer de los medios no puede ser disculpa para no lograr un objetivo. Si no dispongo de lo necesario pues lo tendré que conseguir de otra manera, buscar o construir yo mismo. Tal vez en la sociedad de hoy nuestro problema es que tenemos de todo, y con ello me refiero a cosas materiales, y realmente lo que nos falta es imaginación. De hecho creo que una de la vías para salir de la actual crisis en la que nos encontramos es potenciando el ingenio. Como sabes, en la actualidad me dedico a la construcción de barcos. No tengo estudios navales, pero he llegado a donde estoy en base al trabajo, a la constancia, el esfuerzo y la imaginación. La realidad es que mis barcos navegan como los de cualquier otro. Nadie da nada. O te lo buscas o las cosas no te van a caer del cielo. Suerte es tener salud. O haber tenido la oportunidad de estudiar, ya que los estudios te van a valer siempre. No todos en aquella época tuvimos la suerte de poder ir a la escuela o a la universidad, ya que antes había otras necesidades. Suerte es también que te toque la lotería. Todo lo demás es trabajo.

Acabo de cumplir 65 años, y ahora mismo estoy trabajando en el diseño de un nuevo barco. Algunos me dicen que para que me meto en esto. Pero la realidad es que no puedo estar quieto. Es mi ilusión. Tengo que hacer algo. Tener proyectos. Tengo que mover mis manos y mi cabeza. Me acuesto siempre pensando en algo. Voy en bicicleta y voy pensando. De hecho tengo un amigo que, cuando me lo encuentro, siempre me dice “a ti no te para el caballo”. Tengo esa condición. Cuando me muera ya tendré tiempo para descansar. Ya pararé cuando el cuerpo no me aguante. Mientras no voy a detener. Y en esto he sido así desde joven.

Cuando empecé con la fabricación de tablas, yo en realidad me ganaba la vida trabajando en una panadería. Entraba a trabajar a las 4 de la mañana, por lo que me levantaba a las tres y media.  De 4 a 2 de la tarde estaba en la panadería. De allí me iba a casa, comía y dormía una hora. Me levantaba, y me iba al chabolo a trabajar en alguna tabla, 2 o 3 horas. Si había olas, el tiempo que pasaba en el taller era menor, ya que me iba a surfear. Y a las 8 entraba en el FPA a hacer un curso de soldadura hasta las once y media de la noche. Y así durante 8 meses. El tener un objetivo, una meta, es lo que siempre me ha movido. Hay que luchar siempre. En los buenos y en los malos tiempos, estando siempre dispuesto a aprovechar las oportunidades.

Pero volvamos al surf. Al poco tiempo de lograr fabricar los foams de 65 kg de densidad, apareció por Coruña un joven sudafricano que se llamaba Darryl. Estamos hablando del año 1971. Yo tenía 24 años. La tabla que había traído con él tenía unos acabados y unas formas muchos más evolucionadas que las que yo estaba construyendo. Con él entablamos en poco tiempo una muy buena amistad, y para mí fue una figura fundamental en mi evolución como constructor de tablas. Él tenía las nociones básicas, y conocía buena parte de los secretos, lo que me permitió mejorar en mis construcciones. Con él empecé de cero en varias ocasiones todo el proceso, lo que me ayudó a pulir mi técnica. Para mí aquello fue descubrir otro mundo. Fue un cambio total. Por ejemplo me enseñó como aplicar el poliester, que lo hacía de un modo distinto a cómo yo lo veía haciendo. Con él construí tres tablas. Con los conocimientos adquiridos gracias a Darryl, y con foams de calidad, las tablas mejoraron mucho.

Tres años más tarde del paso de Darryl, en 1974, cuando tenía 27 años, conocimos a un vasco que había venido a hacer surf a Galicia. Enseguida entablemos amistad con él, y un día, en una de nuestras conversaciones, me contó que trabajaba en Bélgica, en una empresa que se dedicaba a la fabricación de barcos de fibra. Cuando le escuché, todas mis antenas se pusieron en alerta con la idea de intentar aprender algo de aquella conversación. En Coruña y alrededores no sabía de ninguna empresa que se dedicase a la construcción naval en fibra. Aquello me pareció una gran oportunidad, Tras 3 o 4 días con nosotros, y cuando ya tenía algo más de confianza, le pregunté si podría ir hasta la fábrica a ver cómo se construían aquellos barcos. Recuerdo perfectamente lo que me contesto: “Sí hombre, como no. ¿Cuándo puedes venir? ¿Cuánto tiempo?”. Un mes después de irse me llamó. Había hablado con su jefe y sería bienvenido en la fábrica. Así que cogí el coche y me fui para Bélgica. Estuve trabajando allí un mes, viendo y participando en todo el proceso. Aquello era lo que estaba deseando. El problema que tenía aquí es que nadie te explicaba cual era la técnica, cómo se hacía. Cómo se desmoldaba. Llegar allí, y ver aquello fue tremendo. Lo tenía todo ante mis ojos. Y claro, en un mes aprendí un montón. Nos levantábamos a trabajar a las 4 de la mañana y estábamos en la fábrica hasta las cinco de la tarde. Cuando terminó el mes de estancia, el dueño de la empresa me ofreció quedarme. Pero rechacé la oferta, no porque no estuviese contento, pero donde se ubicaba la fábrica estábamos a más de 100 km del mar, y yo no podía estar más tiempo sin verlo. Allí no veía el mar por ningún lado, y me volvía loco. Recuerdo que yo le decía a mi compañero “¿Es que no podemos ir al mar?”. Y él me contestaba que estaba a más de 100 km. Así que cuando se cumplió el mes me volví.

La verdad es que aprendí mucho allí. Entre los dos hacíamos un velero de 14 metros en 3 días. A esa edad yo era muy largo trabajando. Me podían echar encima lo que fuese.


A la vuelta, me traje conmigo unos moldes que el jefe me regaló para fabricar, en fibra, bañeras y otras piezas de baño, así que además de con las tablas, empecé con las bañeras. Y de ahí, y tras fabricar otros objetos utilizando siempre moldes, llegué a los barcos, que acabaron convirtiéndose en el centro de mi trabajo profesional. También hice piezas especiales para la armada y para otras empresas. De pronto empezaron a aparecer cientos de aplicaciones asociadas a la construcción son resina y fibra. En fibra habré llegado a fabricar entre 1.750 y 1.800 barcos, de hasta 10,50 metros de eslora. Quién me iba a decir, por ejemplo, que los conocimientos  adquiridos en su día en la fabricación del foam me iban a servir en la construcción de barcos, para aplicaciones, como por ejemplo, la de construir cascos insumergibles.

A los pocos años de estar fabricando y vendiendo tablas, empecé a suministrarme con foam que compraba a través de la tienda Pukas. Llegó un momento en que ya no me salía rentable fabricarlos, y casi por el mismo precio los conseguía hechos. Aprovechando los envíos de foam, diversifiqué un poco más el producto, y comencé a traer trajes: los primeros Rip Curl, y también alguna prenda de textil, aunque poca cosa.

Cálculo haber fabricado algo más de 100 tablas. Las primeras he de reconocer que eran bastante rudimentarias, pero con el tiempo las Rufo's se empezaron a asimilar bastante, en acabados y formas, a lo que había por ahí.  Los colores y acabados eran a petición del cliente, aunque también a veces en el taller se experimentaba, y se estaba abierto a que cada uno propusiese cosas. Había compañerismo, y las opiniones e ideas de todo el mundo eran aceptadas.

Gracias a la pesca submarina tenía muy controlada toda la costa, tanto al norte como al sur de La Coruña. Cuando comenzamos con el surf aún más. A mi Dyang 6, en dos años, le hicimos 200.000 km yendo de un lado a otro en busca de olas, lo que para aquellos años, y con las carreteras que había, eran muchos kilómetros. Lo normal es que fuésemos a bordo Jose, Tito, Alejandro Mesías y yo. Otro que se movía mucho, y que no paraba, era Carlos Bremón, que se reveló como un gran descubridor de playas para el surf. Los surfistas asiduos éramos un grupo de no más de 20 personas. De hecho quedábamos para surfear y así no ir solos. El lugar de encuentro habitual era el chabolo, en donde quedábamos tanto para ir a coger olas, como para charlar en los días en los que el mar estaba en calma. Desde allí salíamos también para hacer pesca submarina. También desde el chabolo divisamos por primera vez Doniños. Una vez que Vari, Jose y Luis Bericua abrieron O’Patacón, el punto de encuentro pasó a ser el bar. 

Además de la costa gallega, también viajamos, y recorrimos buena parte del Cantábrico. En el País Vasco, por ejemplo, nos llevamos una gran sorpresa con la temperatura del agua ¡¡Sí aquí nos sobra el traje!!. Allí había otro nivel: más gente, más medios, mejores tablas, … Otro mundo.

José Andrés, que era muy viajero, y los Irisarri, me traían tablas de fuera que yo copiaba. Nuevas formas, proporciones, tamaños. También nuevas técnicas de construcción. De estas tablas copiaba la forma, preparando unas plantillas en madera. Cuando un modelo funcionaba y tenía aceptación, fabricaba otras iguales. Los modelos que tenían más éxito eran los que usaba Fernando Adarraga. Y no es que esas tablas fuesen especialmente bien, sino que Fernando era el mejor surfista de la época. Sin embargo aún había alguno que creía que el mérito era más de la tabla que del surfista. 

Copiar una tabla es bastante sencillo, y más si lo comparo con hacer un barco. Actualmente estoy enseñando a un chico a construir tablas, y de hecho me voy a animar a hacer una de nuevo. Los secretos: principalmente hay que ser muy curioso, para que la tabla tenga buenos acabados, y también tener algo de buena vista, sobre todo para las formas, el planning de abajo, los cantos".

Y hablando de proyectos de futuro nos despedimos, no sin antes quedar para un próximo encuentro, esta vez en su fábrica, en donde me encantaría poder ver trabajar a Rufino en esa nueva Rufo`s, la primera en 30 años.




1.-1970. San Roque de Afora. Los primeros foams que salían del taller. Fotografía de Carlos Bremón.
2.-Acantilados en Sabón. Fotografía de Luis Bericua.
3.-Filmando en Sabón. Fotografía de Luis Bericua.

2.11.13

HISTORIAS. La Rufo's de la flecha (parte 2).









Hace algo más de dos años dedicamos en desdelacroa una entrada a la Rufo´s de la flecha, una de las tablas construidas por Rufino en los años setenta y que su actual dueño, Antonio Vázquez, me vino a enseñar antes de llevarla a restaurar a Sublime Surfboards, el taller de Sergio González en Asturias.

En aquella entrada se contaba parte de la historia de la tabla, de los años en los ésta formaba parte del “mobiliario” de la caseta de socorrismo de Esmelle, y también de cuándo, más tarde, Antonio la encontró entre las rocas de Cabo Prior. 

Desde que escribí aquella entrada, y a través de varias personas, me han ido llegando nuevos datos sobre la Rufo's, apuntes que poco a poco, aunque aún no del todo, han ayudado a que se vaya completando su historia.

Pero empecemos por los orígenes. El otro día, aprovechando que Carlos Bremón se pasó por casa, y que aún guardaba la tabla en el garaje, se la enseñé. Carlos la recordaba, aunque no sabía a quién había pertenecido. Lo que sí que supo fue datar, más o menos, la fecha en la que la tabla se podía haber construido:

“Viendo las formas, sin duda se trata de una de las tablas de los primeros años, en los que las Rufo’s tenían esta forma característica con un volumen y peso considerable. Yo la situaría entre los años 1973 y 1975. A partir de entonces Rufino comenzó a fabricar tablas mucho más evolucionadas, adaptadas a las tendencias de formas y volúmenes de la época”. 

La respuesta de quién fue su primer propietario me la proporcionaría Luis Veiga, quien hace un tiempo me dejaba un comentario en el blog, que se convertía en la pista fundamental:

“Referente a esta superviviente y gran tabla, comentarte que entre 1978 y 1980, más o menos, una gente de la Cruz Roja del Mar de Valdoviño, creo que aconsejados por Maso, se acercaron a Coruña y compraron esta tabla. Su fin sería el rescate de bañistas en la playa de A Frouxeira, aunque nunca se usó para este menester dada la inexperiencia del personal en el manejo de dicho artefacto. Su cometido pasó a ser el de objeto de bautismo surfero para algunos de los socorristas que, por aquel entonces, prestábamos servicio en la caseta. Creo que nunca nadie llegó a aprender con ella del todo, más que nada por falta de tiempo de uso, ya que éramos muchos. Luego recuerdo que la usó Javi Paz, aunque no sé si ésta fue la tabla con la que aprendió".

Preguntándole a Javier Paz por la Rufo’s de la flecha, él la recuerda así:

"¡Claro que la recuerdo!. Era la Rufo´s de la caseta de Valdoviño. ¡Cómo ha pasado el tiempo!. Era otra época. La parafina la traía Pepe Touceda de Bazán, y los trajes, de la casa Nemrod, tenían la cremallera por delante. Recuerdo que el cuello era como el de una camisa. Yo la utilicé varios veranos, tres o cuatro. Por invento llevaba una cuerda de 8 mm de nailon y un trozo de manguera del butano atado al tobillo con un nudo". 



Luis Veiga, quien aparece en esta foto al volante de un boogie, con la Rufo's en el techo, continúa con el relato:

"Unos pocos años más tarde, sobre 1985, fue rescatada del almacén invernal de material de socorrismo, que en aquellos años se encontraba en La Cabana, en las naves que después serían la discoteca “La Nave”. El responsable del rescate fue un antiguo socorrista, José Agulló, que creo recordar que fue uno de los que participó en la adquisición de la tabla. Esta vez la tabla volvía a sus manos con la clara convicción de aprender a surfear.

La tabla tenía el típico sistema de puente hecho con hilos de fibra de vidrio para sujetar un extremo del "invento". El otro extremo, la parte en la que va al surfero, consistía en un trozo de neumático de coche que se llevaba a la cintura, y entre medias, y como enlace con la tabla, un trozo de cuerda más o menos largo.

Comentar que la he visto surfear hasta 2 metros muy bien puestos en Pantín y conservar una linea perfecta en el take off. Recuerdo perfectamente al pobre de José, con la tabla y sin traje de neopreno, entrando en el agua como una auténtica moto, directo al pico, y cómo cada vez que pillaba una ola, se salía a la arena a correr por la playa para entrar en calor.

Tras la Rufo´s se compró un trifin moderno, y de nuevo la Rufo's cayó en el olvido”.

Posiblemente la tabla regresó al almacén de socorrismo, y desde allí pasó a la caseta de Esmelle, en dónde Antonio la conoció: 

“La Rufo’s, como tantas otras, era la típica tabla de caseta de socorrismo. Sin dueño reconocido, la tabla pertenecía a la playa; cuando yo la conocí, a la de Esmelle. Como tal, la misma era usada por todo el mundo para las cosas más diversas. Su uso principal evidentemente era para coger olas, pero también se empleaba como tobogán para los más pequeños, para hacer travesías por el Vilar o la Fragata, para ir a coger percebes, bucear, y también como ayuda en algún rescate. Hasta que un día la perdimos de vista“.

Años más tarde, un día en el que Antonio fue a bucear, se volvió a encontrar con la tabla, pero esta vez entre las rocas de los acantilados de Cabo Prior, llena de golpes y con varios agujeros en los cantos. No sabía cómo la tabla había llegado hasta allí, ni cuánto tiempo llevaría golpeándose contra las rocas.

Con la tabla ya en casa, Antonio pudo reconocer que, antes de su varada, alguien le había modificado la cola, que dejó de ser un afilado pin tail, a tener una gruesa popa de forma redonda. También la habían vuelto a pintar, aunque respetando sus colores y diseño original, pero con pintura de barco, con una gruesa capa sobre la fibra original. Los nuevos colores eran más llamativos si cabe, y le daban a la tabla un aire propio de un superheroe de cómic.

Curiosamente Antonio no fue el único que se encontró a la tabla flotando en el mar. El otro día Alvaro Bruquetas me contaba que la tabla también había pasado por su manos, cuando un día se la encontró flotando en la ensenada de A Malata, en la orilla situada frente al almacén de socorrismo de La Cabana.

Años después, la tabla volvía a encontrarse con los hermanos Veiga. ”Hace un par de años, mi hermano Ricardo me llamó para decirme que tenía una sorpresa en casa: una gente de Cobas le había llevado algo al taller. Me presenté raudo, y allí estaba después de tantos años, pintada por encima de la original. Me llevé una gran alegría y me transportó muchos años atrás”.

Tras arreglarle Ricardo los golpes que tenía, Antonio decidió devolverle a la tabla su lustre perdido, y hace dos años se la llevó a Sergio para restaurar.

Hoy la tabla vuelve a estar lista para echarse al agua, y seguir viviendo nuevas aventuras.

Nota: si alguno de los que leéis esta entrada, habéis coincidido en algún momento con la Rufo's de la flecha, y tenéis algún dato que aportar a esta historia, estaríamos encantados de poder incorporarla.