1.12.16

HISTORIAS. Bajo el síndrome de Stendhal.


"Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme".

-Stendhal en su libro "Nápoles y Florencia: Un viaje de Milán a Reggio"

El comentario que sobre la entrada anterior del blog hizo Pedro Ramis, "jefe" de Uno de los nuestros,  me marcó la línea a seguir para escribir sobre estas fotos.

Estos últimos días de noviembre, y parece que los primeros de diciembre también, están siendo un verdadero regalo que nos está ayudando a sobrellevar mejor el otoño/invierno. No suele ser común a estas alturas del año surfear tan habitualmente en playas como Doniños, Campelo o Esmelle, y disfrutar de un mar, que si bien rompe con fuerza, lo hace de un modo noble y limpio. El que lo hagamos se debe a una situación atmosférica poco común, que al menos aquí, en el noroeste peninsular, significa cielos despejados, buen tiempo y vientos flojos de componente este. Los fondos están además en perfectas condiciones en casi todas las playas. La combinación de todo esto, y los baños compartidos con los amigos, nos han deparado unos cuantos momentos increíbles, casi a la altura de lo que Stendhal sintió en Florencia.

Mañana más.























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