Leer en una misma frase las palabras "potencial", "desarrollo", "turismo" y "surf", he de reconocer que despierta en mí pensamientos enfrentados y algún que otro temor.
Sé que el lugar en el que vivimos posee un gran potencial económico vinculado al surf que está todavía sin desarrollar, y que dicho desarrollo y crecimiento ya ha comenzado. Contra esta corriente de crecimiento es imposible enfrentarse y no debemos oponernos, ya que puede suponer para nuestra sociedad una vía más, una oportunidad, para salir de la situación de crisis en la que nos encontramos. Pero también soy consciente de lo que dicho desarrollo puede suponer si el mismo no tiene lugar de un modo adecuado.
Por eso, el que se trate por primera vez el tema de un modo serio, en una Jornada como la desarrollada ayer en Ferrol, hace que uno tenga la sensación de que existe la intención de hacer las cosas bien en Galicia.
Porque la realidad es que el modo en que se está produciendo dicho desarrollo en la actualidad no es el adecuado: no existe una planificación, unas líneas de actuación que nos lleven a unos objetivos, y el crecimiento que se está produciendo está teniendo lugar de un modo desordenado y no normalizado. Esta situación nos puede llevar no sólo a no desarrollar completamente nuestro potencial, sino también, a que el mismo tenga consecuencias negativas para el futuro. Ésta creo que no es una apreciación personal. Sólo hay que observar lo que está pasando en Las Landas, en el País Vasco, o en Cantabria, para saber lo que pronto puede ocurrir aquí si no se establecen unas bases firmes y adecuadas.
La Xunta de Galicia, a través del Director Xeral para o Deporte, José Ramón Lete, anunció ayer el compromiso de elaborar un Plan Estratégico que dirija el desarrollo, como actividad económica, del surf en Galicia. Sinceramente creo que éste es el modo correcto y adecuado para afrontar el tema. Todo desarrollo exige de una buena planificación, y los Planes Estratégicos son una herramienta probada y contrastada para ello. Además, parece que la decisión no se ha tomado de un modo impulsivo, sino que viene de una reflexión y de un proceso de convencimiento, tras conocer las experiencias de Portugal, Euzkadi y Francia.
Este camino, sin embargo, es largo y laborioso, y espero que las prisas no nos lleven a querer acortar plazos, ya que sino el esfuerzo podría no valer para nada.
Jokin Arroyo, en una interesante exposición, nos presentó el modelo que se ha seguido en el País Vasco y su experiencia. No sé cual será la opinión que sobre el plan tendrá la comunidad surfística en Euzkadi, pero escuchando a Jokin, he de reconocer que sentí una cierta envidia al ver las bases que se están empezando a implantar allí y las propuestas que han salido del desarrollo del Plan.
Tal y como nos explicó Jokin, la planificación estratégica exige de un análisis profundo sobre cuál es nuestra situación, dónde nos encontramos, identificando no sólo nuestras Oportunidades y Fortalezas, sino también las Debilidades y Amenazas que tenemos. El saber dónde estamos es fundamental para plantearnos a dónde podemos y queremos llegar. Sobre ello nos habló Clyde Martin, aportando su experiencia como surfista profesional que ha recorrido todo el mundo, lo que le ha permitido ser espectador excepcional de desarrollos que han tenido lugar en otros países, como en su Sudáfrica natal.
La jornada concluyó con una mesa redonda que nos mostró una de las herramientas que se han de emplear en la elaboración del Plan. Conocidos los objetivos, se han de establecer las líneas de acción para logralos. En la definición de estas líneas de acción han de intervenir todos los agentes que tienen algo que decir sobre surf en Galicia: no sólo surfistas, propietarios de escuelas o la Federación, sino también hosteleros, comerciantes, empresas de servicios, grupos medioambientales, ... De la mesa salieron unas cuantas propuestas.
Me imagino que en breve se pondrá en marcha la redacción del Plan, que en su primera fase ha de analizar la realidad de nuestra comunidad. En ese diagnóstico inicial, uno de los aspectos que debería resultar como destacado, es un elemento diferenciador que creo que aún conserva nuestra región, y que nos distingue de otras zonas con igual o superior potencial en cuanto a olas en Europa: tener 1.700 km de costa, con amplias zonas poco pobladas, ha permitido que en Galicia aún se pueda disfrutar de olas casi solitarias, y en unos entornos y paisajes muy bien valorados y conservados. Este factor diferenciador es algo que creo que no debería cambiar en un futuro. El Plan puede ser por tanto una buena oportunidad para llevar a estos lugares hacía un estado de reconocimiento mayor, estableciéndose para ellos una figura de protección, mediante la cuál se asegure su conservación.
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