Acabo de terminar de leer "El Crucero del Snark" de Jack London, autor de otros libros como "Colmillo Blanco" o "La llamada de la selva". En él se cuenta la travesía que emprendió a principios del siglo XX a bordo de su barco el Snark, por los mares del sur, pasando por Hawaii, las Islas Marquesas, a las que llegó tras cruzar los vientos variables y las calmas ecuatoriales, Tahiti, Fidji, .... Y conociendo a personajes como los leprosos de la isla de Molokai, el "Hombre de la Naturaleza", los perfecto anfitriones Tehei y Bihaura, o los caníbales samoanos.
Pero lo que realmente me animó a comprar el libro y comenzar a leerlo, fueron las referencias que al surf sabía que me iba a encontrar en él. Y si para mi esas referencias tenían especial valor era por la fecha en la que fueron escritas, principios del año 1907.
"Estoy en la playa de Waikiki, en la isla de Oahu. A lo lejos, en un cielo azul, las nubes impulsadas por los alisios se desplazan a poca altura sobre las aguas de azul turquesa del profundo océano. Más cerca de la costa el mar adquiere una tonalidad esmeralda o ligeramente olivácea. Luego vienen los arrecifes, en donde las aguas se tiñen de puntos rojizos. Llegando a la orilla vemos como se alternan brillantes tonos verdes con zonas más oscuras, correspondientes a las zonas con colares vivos o con arena. Y sobre estos espléndidos colores atruena constantemente una magnífica ola. (...) Alzo mi vista hacia el mar y, a través de la blanca cresta de una rompiente veo aparecer súbitamente una figura oscura, erecta, un hombre-pez o un dios del mar, justo en la cara anterior de la cresta donde se desploma, dirigiéndose hacia la playa, hundido hasta las rodillas en una espuma humeante, en poder del mar y lanzado hacia tierra, a un cuarto de milla. Es un canaco sobre una tabla de surf. Y sé que cuando acabe de escribir estas líneas también yo me lanzaré con esas olas intentando dominar la rompiente como él lo hace."
La práctica del surf impactó tanto a Jack London, que a él se le dedica un capítulo entero del libro, en el que se incluyen algunas de las descripciones más poéticas que sobre el surf se han hecho, y también sobre la "física" de la formación de las olas. "Un deporte de reyes" le llamó, y no se me ocurre mejor definición a la impresión que me imagino que podía suponer, en aquella época, el ver cabalgar a un hombre sobre las olas.
Pero el libro es también un excelente manual sobre la técnica de la navegación a vela, y una perfecta guía de las islas que se alzan en los mares del sur y las gentes que los habitan, y entre los que me quedaría sin ninguna duda con las personas "siempre felices de Bora Bora".
Hay sin embargo partes del libro que se hacen duras de seguir, pero sólo por el capítulo dedicado al deporte de los reyes, la lectura vale la pena.
"Mañana pienso volver a esas aguas maravillosas y conseguiré erguirme sobre la tabla igual que hacen Ford y Freeth. Y si no lo consigo mañana, lo conseguiré al día siguiente, o al otro. Hay algo que tengo muy claro: el Snark no zarpará de Honolulú hasta que yo pueda volar sobre las aguas y trasnformarme en un (...) Mercurio".
Hay sin embargo partes del libro que se hacen duras de seguir, pero sólo por el capítulo dedicado al deporte de los reyes, la lectura vale la pena.
"Mañana pienso volver a esas aguas maravillosas y conseguiré erguirme sobre la tabla igual que hacen Ford y Freeth. Y si no lo consigo mañana, lo conseguiré al día siguiente, o al otro. Hay algo que tengo muy claro: el Snark no zarpará de Honolulú hasta que yo pueda volar sobre las aguas y trasnformarme en un (...) Mercurio".
Interesantisima entrada Jesus. Me gustan las fotos de las paginas. Si las olas hablaran la de historias que nos contarian...
ResponderEliminarUn saludo!
Me ha encantado esta entrada, sigo tu blog con mucha atención y se aprende muchísimo. Una pregunta, sabes por donde se puede conseguir este libro. Un saludo desde Barcelona.
ResponderEliminarMe imagino que en cualquier librería te lo podrían pedir. La edición que tengo yo fue editada por "Editorial Juventud", y la edición es del año 2000. Un saludo, y muchas gracias por tu comentario.
EliminarJesús