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20.7.16

LETRAS. Hangten - festivales

 

La gente de Hangten acaba de sacar un nuevo número de la revista a la red. Un especial dedicado a los festivales que en 2016 se han celebrado durante esta primavera y principios del verano. En desdelacroa hemos colaborado aportando algunas fotos y parte de la crónica del festival de Malpica. Pero lo que me ha hecho verdadera ilusión es verme en una doble página de la revista (tal vez sea la primera vez que salgo en una). Así que muchas gracias a Silox por la foto y a los redactores por el "honor". Podéis leer la revista completa pulsando en el enlace.

8.5.16

HISTORIAS. Malpica Longboard Classic 2016 (parte 5 y fin). Un desayuno y la Zips.


















Existen muchas maneras de vivir el Festival de Malpica. A ello contribuye no sólo las múltiples actividades que se organizan, sino también su perfecta dimensión, el lugar en el que se desarrolla y un programa, por llamarlo de algún modo, en el que la libertad es total para hacer en cada momento lo que a uno le apetezca. Ejercer de perfecto anfitrión para más de 100 invitados debe ser complicado, pero sin duda Javi, Jose, Dani, Toni y Quique lo han logrado un año más, aunque sus caras el domingo, y sobre todo su voz, demostraban que había requerido su esfuerzo. Hablo por mí, pero creo que todos compartirán mi opinión: pasamos un fin de semana increíble.

Fueron muchas las cosas que me perdí de esta edición: casi la totalidad de los conciertos, las sesiones de Koke Makaha y Arufe (por lo que contaron estuvo increíble); y de nuevo volví a pasar por Malpica sin visitar el Submarino. Estos "sacrificios" me permitieron llegar al domingo en un perfecto estado de relajación. La tranquilidad de la mañana sin duda también colaboraba a ello, pero el desayuno que nos pegamos en la playa de Seaia será recordado como uno de los más agradables en mucho tiempo. Y eso que el plan era haber desayunado en la playa de Beo, de la que por la noche todo el mundo hablaba maravillas. Pero nos equivocamos de camino. No estuvo tan mal coger el desvío equivocado.

Volvimos a Malpica, tras pasar ahora sí por Beo. En la playa de Area Maior rompía algo de mar, aunque con poca fuerza, pero suficiente para coger unas olas. La mañana invitaba a entrar al agua, así que a medida que la gente se fue despertando, el número de personas en el agua fue en aumento. Aunque no estaba ordenado, en comparación con el mar cruzado de los dos días anteriores, casi me pareció que aquello estaba glassy. En esas condiciones surgió en el agua el ambiente festivo del festival: olas compartidas, intentos de abordaje, y muchas muchas olas como antesala al gran sorteo.

El jueves, mientras preparaba todo para el fin de semana, y le contaba a Celina las novedades del festival de este año, afirmé: "me va a tocar la Zips". Lo dije con tanto convencimiento que hasta a mí mismo me sorprendió mi seguridad. Cuatro días después, y a medida que avanzaba el sorteo, parecía sin embargo que la suerte ni tan siquiera se nos acercaba. Mientras Toni cantaba cada número, Oskar y yo rozábamos la desilusión al comprobar que ninguna de las rifas premiadas se acercaba, ni tan siquiera un poco, a los números que teníamos. Llegamos a preguntarnos si nuestros boletos estarían realmente en la caja de la que Unai sacaba los números. Como consuelo, y a medida que el sorteo avanzaba sin premio, también pensamos que lo que estaba ocurriendo es que estábamos reservado todas nuestras opciones para el gran momento. Y así fue. Cuando Toni gritó "¡¡el 75!!", aquel número era uno de los míos.

Sobra decir la gran alegría que me llevé por ser el afortunado al que le tocó la Zips, pero además de la tabla, a la que esperamos dar el uso que se merece en las olas de Doniños, lo mejor del premio fue la  alegría compartida que me mostrasteis muchos de vosotros. ¡¡Ese sí que fue el mejor premio!!. En especial me llenó la reacción de Edu. Al fin y al cabo, él es quién, con su esfuerzo y destreza, ha construido la tabla. El modo tan sincero en cómo mostró su alegría de que yo fuese el afortunado realmente me ha hecho muchísima ilusión. Y es que si una Zips no es una tabla cualquiera, Edu no es un shaper cualquiera. Aunque siempre me habían hablado maravillas de sus tablas, pude conocer con detalle la calidad de su trabajo hace dos años, en Malpica, a donde había venido con una colección de tablas con unos acabados y formas increíbles. Después, aunque no fue durante mucho tiempo, pude probar la Zips amarilla de Marta, para terminar de convencerme de que mi próximo longboard noseride sería un Zips. Y mira por donde, y de que manera, me he hecho con uno.

Antes de despedirme, y como agradecimiento, le contaba a Dani y a Javi lo mucho que el Festival significa para mí. En él fue donde realmente descubrí el mundo del longboard y las inmensas posibilidades que hay en él. También, y gracias al Festival, he conocido a un buen número de amigos con los cuales me siento cada vez más unido. Y esa sensación no deja más que de aumentar año a año. Toni, en una de sus intervenciones, lanzó la frase que de algún modo se ha convertido en el lema del festival: "¡¡por los amigos!!". Y sin duda, un año más, lo han conseguido.

6.5.16

HISTORIAS. Malpica Longboard Classic 2016 (parte 4).


















Para la tarde del sábado había dos opciones: darse un baño con olas perfectas y mar ordenado en la preciosa playa de Beo, o elegir el mar revuelto y desornado de Malpica. Aunque a alguien le pueda parecer increíble elegí sin dudarlo la segunda opción. La verdad es que en la playa de Area Maior se estaba de maravilla. ¿Y para qué coger el coche cuando se está tan a gusto?. 

Antes de entrar al agua aprovechamos para dar una nueva vuelta por el pueblo, recorrer sus calles y subir y bajar por sus empinadas cuestas. Apenas quedan casas de las antiguas, pero lo que sí que se conserva es la trama urbana de lo que debió el núcleo original de Malpica. Es una pena que aquellas casas, seguro que de planta baja o como mucho de dos pisos, no se hayan conservado, y ahora ocupen su lugar edificios de varias alturas que restan luz a las calles. De todos modos esas calles tan angostas mantienen aún su encanto, y resulta curioso caminar por ellas: tener que volver sobre tus pasos cuando entras en una sin salida; descubrir una vista increíble de las Sisargas al fondo de un callejón que termina en el borde del acantilado; ver volar a las gaviotas a escasos metros de tu cabeza, suspendiéndose en el aire con solo colocar adecuadamente sus alas.

Tras coger algo de energía al sol, decidimos ir de nuevo al agua. Eloy se quedaría en tierra tras la cámara. No todos los días uno tiene la suerte de contar con él como fotógrafo. En el agua la cosa estaba más tranquila que al mediodía. Además éramos unos cuantos más. Evidentemente ese baño no será recordado como uno de los mejores en Malpica, pero era una buena manera de terminar el día antes de acercarse a la carpa a cenar y disfrutar del concierto de Mad Martin Trio.

5.5.16

HISTORIAS. Malpica Longboard Classic 2016 (parte 3). La Casa del Pescador.














Durante buena parte del segundo de los baños del sábado parecía que en lugar de sobre mi tabla estaba a bordo del "Nuevo Nautilus", del "Eugenio Tercero", o de cualquiera de los barcos que tienen su base en Malpica. Flotando en alta mar, en medio de un mar encrespado y en plena campaña de pesca. La intensidad del viento había subido, y con él, la agitación en el agua, por lo que el movimiento de vaivén era en ocasiones considerable. Aún así, y a pesar de que las olas rompían realmente mal, estaba divertido. Cada ola era una caja de sorpresas en forma de baches, espumas que pasar y paredes con diferentes ángulos de inclinación.

Tras el baño, y antes de volver a la playa, entré en la Casa del Pescador a tomar algo caliente. En el local el ambiente era el propio de un día de fiesta. Varias partidas de cartas, con numerosos espectadores, se celebraban a la vez. Los más tranquilos disfrutaban de la mañana leyendo el periódico, mientras que el sol entraba por los amplios ventanales del local. La verdad es que se estaba a gusto allí. Tras terminar mi vaso de leche, le pregunté al camarero si podría subir a visitar los murales de Urbano Lugrís que están expuestos en el piso de arriba, a lo que me contestó que sí.

Lugrís, como otros muchos que han pasado por Malpica, quedó tan cautivado por el pueblo y por el ambiente de sus calles que, en los 4 meses que pasó en 1954 en Bergantiños, pintó las que tal vez sean sus obras más conocidas. Una serie de murales inspirados en el paisaje de la Costa da Morte y  la fauna que en ella habita, en un homenaje a las generaciones de marineros de Malpica. Todos los murales guardan la misma composición, en la que se entremezcla la faceta poética del autor, y su estilo pictórico propio del surrealismo. El que más gusta es el de la ballena que recuerda el pasado como puerto ballenero de Malpica, y que en la entrada del puerto tiene también su representación en forma de escultura. También están las Sisargas, los acantilados, y una rosa de los vientos que cuelga en el bar al lado de un mapa de la Costa da Morte, pintado por el artista local Chunguito. 

Tras entrar en calor, de allí salí en dirección al mercado. Nunca había estado, así que le pregunté a un vecino, que amablemente, y a un ritmo endiablado mientras iba saludando y bromeando con sus vecinos, me acompañó hasta las mismas puertas del mercado. Fuera había feria, con puestos de todo tipo, pero la verdad es que no presté demasiada atención.

Cuando llegué a la playa en las parrillas del festival la comida estaba ya casi preparada, así que buscamos un sitio en el que seguir disfrutando del sol antes de volver al agua.

4.5.16

HISTORIAS. Malpica Longboard Classic 2016 (parte 2). El puerto.















La noche anterior había retado a Iago Formosel a ver quién de los dos era el primero en entrar al agua el sábado, y evidentemente Iago me ganó. Cuando a las ocho menos diez yo me asomaba por la playa, Iago y César ya salían del agua. Sus palabras al verme fueron: "¡¡está horrible!!, nos vamos a desayunar". Pero después de mi madrugón, y con el traje puesto, ni se me pasó por la cabeza volverme atrás. A medida que entraba por la corriente, y mientras remaba, con la mente iba dándoles la razón: estaba horrible. La confirmación definitivas vino con la primera ola: bajada casi en el aire y la ola cerrando totalmente. La segunda fue parecida, incluso bajando más al límite. Tras coger la tercera me convencí que sería mejor dejar el baño para más tarde.

A esa hora la tranquilidad reinaba en Malpica, así que tras desayunar algo, y aprovechando los primeros rayos de sol, me fui a dar una vuelta por el puerto. Ricardo y Xaco debieron pensar lo mismo, ya que me los encontré también de paseo en el morro del dique disfrutando de la mañana.

Y aunque a aquella hora no había apenas malpicanos en los muelles, la realidad, tal y como pude comprobar a medida que iban avanzando la mañana, es que buena parte de la vida en Malpica, al igual que en cualquier otro pueblo de la Costa da Morte, gira entorno a su puerto. Y lleva siendo así desde hace siglos. De hecho, en el siglo XVII, Malpica estaba considerado como el primer puerto ballenero de Galicia.

El comienzo de la construcción del puerto, tal y cómo lo conocemos hoy, se inició en 1868, aunque la actividad pesquera en Malpica es mucho anterior. Hasta entonces, los marineros habían de buscar refugio en la propia tierra, teniendo que varar sus embarcaciones tras cada una de sus jornadas de pesca, en una labor que requería de gran esfuerzo. Fue en 1929 cuando se inició la construcción del dique de abrigo, al que siguieron diferentes reformas y una última prolongación iniciada en 1983. La primera zona de acceso a embarcaciones se situó en el lado sur, en donde hoy se encuentra la Casa do Pescador y el mirador del Murallón. En 1945 se construye la rampa varadero y el acceso al muelle sur. En 1946 el edificio de la central eléctrica, y en 1948 la primera lonja (pinchando AQUÍ podéis ver un video con imágenes de Malpica del año 1947). Los muelles, junto con el predique sur, se comenzaron a levantar en 1952. En 1965 se construye la primera de las compuertas de la dársena, uno de los elementos más característicos del puerto, y con el que se evita la entrada a los muelles de la agitación que el dique no es capaz de contener, y que cierra la dársena interior los días de los temporales más extremos. En 1971 se construye el muelle norte adosado al dique, al que le seguirían el enlace entre los muelles norte y sur, en 1973, y la actual rampa de la dársena en 1974. Finalmente, y en los últimos 25 años se ha construido la lonja actual, en 1981, la prolongación del muelle sur en 1987, y la mejora de la defensa contra la difracción del oleaje en 1988. El que el dique del puerto de Malpica, con bloques de hormigón de 150 toneladas, haya sido hasta hace bien poco el dique de toda la costa Norte, atlántica y cantábrica, con los elementos de protección de mayor tamaño, nos da una idea de lo agitadas que son las aguas en su entrada. Las intervenciones en el puerto han concluido en los últimos años con la habilitación de la explanada para varada de barcos y la construcción del paseo marítimo, con el que se ha mejorado los accesos al puerto y la urbanización de éste, convirtiéndolo si cabe aún más en una extensión del pueblo.

Evidentemente en todo este tiempo la actividad en el puerto ha cambiado muchísimo, aunque algunas cosas siguen sucediendo igual que años atrás: aún se puede ver a las rederas arreglando aparejos, o las descargas de sardina y jurel de los barcos recién llegados de la última marea. La lonja y el marcado continúan siendo el centro de la actividad económica y social del pueblo, con sus espectaculares subastas del pescado. El bullicio de la lonja a veces parece continuar en las tabernas del puerto, en las que se puede disfrutar de una gran variedad de pescados y mariscos. Una frenética actividad que llamó la atención del pintor gallego Urbano Lugrís, y que ha quedado reflejada en una serie de pinturas que se pueden ver en la Casa do Pescador. Ese ambiente aún se puede disfrutar a día de hoy, saboreando por ejemplo las sardinas que tradicionalmente se asan en las puertas de cualquier bar, o incluso en las casas.

Otra de las cosas que llama la atención en el puerto es el contraste que existe entre la planicie del mar y los propios terrenos en los que éste se asienta, llanos y que parecen casi hundirse entre los acantilados, con los edificios que lo cierran, y que parecen trepar por las laderas. El conjunto, que parece caótico, conforma una estructura caracterizada por la peculiar configuración topográfica de una península escarpada que da abrigo al puerto, y en la que un crecimiento apenas planificado ha dado lugar a la existencia de edificios con más superficie de medianera que de fachada, con casas que se apilan unas sobre las otras, en una especie de amalgama de colores y formas irregulares. La forma del puerto en arco, y su contorno delimitado por espacios de gran pendiente, hace que los muros, las rampas y escaleras, y el cómo las calles desembocan en el puerto, tomen gran protagonismo en el paisaje.

Tras más de una hora dando vueltas por el muelle, era momento de acercarse de nuevo a la playa y comprobar si las condiciones habían mejorado para darse el segundo baño del día.