6.12.17

Ferrol 97A.


Pablo López es una de esas personas que no se da demasiada importancia a sí mismo. Si no fuese porque lo conozco, nada diría que detrás de él hay un gran fotógrafo y artista. Sus imágenes, sencillas, claras, pero con la ambición justa, tienen la cualidad de calar en quién las ve. A ellas se añade otra facultad personal: su capacidad de unirlas para crear proyectos interesantes, que buscan, muchos de ellos, acercar la fotografía a las personas, en una "misión" que tiene como meta el que el arte sea accesible a todos. 

He tenido la suerte de colaborar en alguno de sus proyectos. Otros los sigo por la red, en donde su trabajo poco a poco está teniendo el reconocimiento que merece. De entre sus últimos logros, aunque él no los considere como tales, se encuentra el haber publicado, en varias ocasiones, en una de las revistas más interesantes que se puede encontrar en la red: la australiana Paper Sea. Seguro que su currículum esconde otros méritos que Pablo no se molesta en contar.

Hoy hablamos de él por un proyecto en el que lleva trabajando desde hace unos meses, Ferrol 97A, y que describe así en su web: "Ferrol 97A se crea casualmente por los ferrolanos Pablo López Hernández (fotografía) y Nacho Santalla Plaza (skater). Casual porque, al principio, el objetivo de las imágenes no era concentrarlas en un único trabajo. Pero las cosas, a veces, evolucionan.

Durante las primeras tomas surge la idea de utilizarlas para mostrar y poner en valor Ferrol. Una ciudad en claro proceso de desindustrialización y retroceso demográfico, pero que esconde, en sus calles y alrededores, inmensos atractivos. Muchos de ellos calados de historia.

A los que queremos a esta ciudad, nos cuesta dejarla abandonada a su suerte. Armonizar el sonido de las ruedas del skate de Nacho, con los lugares más encantadores de esta villa volcada al mar…, es nuestra humilde aportación".

Su idea original, antes de hacerse pública, tuvo un giro afortunado que sin duda la ha enriquecido y convertido en un proyecto de alcance comunitario. A las fotos de Pablo, y a los trucos de Nacho, se suman las palabras de diferentes personas que interpretan las fotografías. No existe una línea a seguir. Cada uno, y en su estilo, escribe lo que la imagen, o el lugar, le sugiere, en un ejercicio que a mí me recuerda al de Juan José Millás en la sección "La Imagen" de El País Semanal. Como resultado, las excelentes imágenes de Pablo se transforman en palabras que nos descubren detalles e historias de nuestra ciudad. 

Como fui uno de los primeros a los que le contó la idea, tuve la suerte de elegir las fotografías sobre las que escribir. Hace una semana, después de 8 publicaciones, salió "la mía". Habrá más. 


De momento Nacho se desliza con su skate al borde de la muralla del Arsenal y en dirección al Puerto. ¿Cuál será su próxima parada?


Nota sobre "Murallas al mar": El deseo que se expresa en el texto no es que algún día se tire la muralla (aunque no me importaría que ocurriese, a veces dudo de la conveniencia de la demolición, dado el significado y valor histórico que la construcción tiene, y que de desaparecer, se perdería). Lo que me gustaría es que el espacio que existe tras ella, o al menos parte de él, sea algún día una extensión real de la ciudad, abierta a todos los ciudadanos, de modo que se pueda recorrer y disfrutar cada día, y a todas horas, por todos. El valor monumental e histórico de este espacio, y su situación, pegado al mar, no sólo harían de nuestra ciudad un lugar más abierto, sino también más cercano a su pasado y relevante historia.


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