Hoy se cumplen 8 años de la llegada del fuel vertido por el Prestige a la playa de Doniños. Evidentemente el día 21 no fue el único, y a éste le sucedieron, con diferente intensidad, más y más días durante semanas. Sin embargo el primer día siempre tiene un significado especial, pues más que ningún otro significó el choque con la oscura realidad que nos sería común durante los próximos meses.
Recuerdo perfectamente aquel día, me imagino que sobre todo por lo que aconteció con posterioridad. Fue un día difícil y duro. Difícil por el ambiente que se vivía en la playa, de tensión, impotencia y nervios por lo que el mar traía. Duro por el trabajo y por la falta de medios.
Aquella primera tarde no eran más de 20 los voluntarios que había en la playa, cada uno equipado con las herramientas que se había traído de su casa. A pesar del esfuerzo recuerdo incluso algunas críticas: "Estos vienen sólo a por la foto", oí decir a alguno de los "responsables oficiales" de la limpieza aquel día en la playa, mientras nos miraba bajo su paraguas. Evidentemente lo que menos importaba era la foto y de hecho ésta es la única que tengo de aquel día.
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