Logan Kroeber, batería de The Dodos, relajándose antes del concierto leyendo un libro.
La verdad es que llegamos a casa casi sordos tras el concierto. Y es que el volumen tal vez estaba demasiado alto, lo que unido a la propia acústica de la capilla, tampoco ayudó a apreciar bien las canciones. A pesar de ello, el concierto no estuvo mal, y si algo he de destacar es al batería, todo un fenómeno dándole a las baquetas. Viéndole, le entran a uno ganas de comprarse un par de bombos y unos platillos, y ponerse en el garaje a aporrear sus canciones.
Hoy por la mañana, ya recuperado el oído, me encontré en Ferrol con los teloneros, el grupo portugués Evons. Salían del hotel donde habían pasado la noche. Con aún cara de dormidos les vi entrar en su furgoneta, y antes de que la encendiesen me acerqué hasta ellos y les dije que les había visto ayer y que me habían gustado mucho. Enseguida sus caras se iluminaron, y a parte de darme las gracias, me comentaron que salían hacia Madrid para tocar de nuevo esta noche.
Tras deletrearme el nombre del grupo, en una extraña mezcla de inglés y portugués, arrancaron la furgoneta y les vi circular calle Real abajo saludándome efusivamente con una gran sonrisa, y con la sensación de haberles alegrado el día. A los teloneros también les gusta que se les preste atención y se les aplauda.
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