29.10.12

HISTORIAS. ¡¡¡Cielos!!!











¡¡¡Cielos!!! Eso fue lo que exclamé el viernes cuando llegué a casa y me encontré el cielo negro, amenazante, anunciando lo que en breves minutos iba a ocurrir. Tras los truenos y relámpagos, y justo después de unas fuertes aunque breves rachas de viento, cayó un gran chaparrón.

Cuando paró, bajamos a la playa, en donde las huellas de la fuerte lluvia habían quedado marcadas en la arena, indicándonos perfectamente la altura de la marea en el momento del chubasco. Una frontera hipotética entre el agua dulce y el agua salada que resaltaba por la distinta textura de la arena. Rugosa y granular en la playa seca. Lisa en la zona de carrera.

Durante el resto de la tarde el cielo continuó amenazando lluvia, y no fue hasta que cayó el sol, que se decidió a vaciar la carga de sus nubes.

6 comentarios:

  1. Breve pero interesante historia: planteamiento, nudo y desenlace en pocas líneas.
    A veces somos capaces de descubrir historias apasionantes en lo más simple de la Naturaleza.
    Carlos B.

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    1. Hola Victor, hablando de caer, lo que yo casi pensé fue que el cielo se me iba a caer encima. Las fotos no están en blanco y negro. Las nubes estaban así de negras

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    1. Muchas gracias EliNa. Y muy buenos tus dibujos. Que suerte tener esa precisión con la mano.

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