Decidí seguir el consejo de Mou a la hora de leer su libro. "Leélo con calma. Un poco cada día." Su fórmula la verdad es que se adapta bastante bien a mis gustos literarios. Reconozco que soy de textos cortos, aunque también, y cuando me enfrasco en un libro, no paró hasta que lo termino.
El primer día, y concretamente el primero de los poemas, tuvo en mí un efecto especial. Tanto que cambié una tarde de oficina por una tarde de surf.
"Entendí que no tenía prisa."
(...)
"Aprendí que ese no era mi ritmo."
Y desde entonces, esas dos frases se han convertido en una especie de mantra para mí, sobre todo cuando las prisas y el stress parecen que lo dominan todo.
Ojalá la poesía sí pueda cambiar el mundo. De momento, yo ya pienso sobre el mío.
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