8.1.17

LETRAS. Años salvajes, de William Finnegan.


El surf. Eso que hacemos y que nos resulta a veces tan difícil de explicar. Tanto, que en la mayoría de las ocasiones renunciamos a hacerlo ¿Para qué? ¿Realmente nos iban a entender? Entiendo que es difícil hacerlo, y soy consciente que muchas de las descripciones que hasta ahora se han dado han pecado de simplistas y banales. Eso ha llegado a que muchas veces el surf sea visto como algo superficial, que no merece ser tomado en serio, un entretenimiento que mucha gente ve como una simple "pérdida de tiempo" o algo que roza "lo exótico". La verdad es que la mayoría de las veces nos da igual que la gente lo vea así, aunque a veces molesta. 

Hasta ahora pocas han sido las obras, más allá de la esfera propia del mundo del surf, que han puesto de modo afortunado palabras a nuestros pensamientos. Y esa es precisamente mi principal conclusión tras haber terminado de leer "Años salvajes", de William Finnegan. Y es que es imposible no sentirse reconocido en muchas partes del libro, en que se explican con palabras muchas de las cosas que vemos y sentimos cuando estamos en el agua, y que nos resultan muy difícil de explicar sobre todo a los "no surfistas". Hasta el propio Finnegan habla de su libro como "una historia de surf para gente a la que no le interesa el surf".

A medida que avanzaba en la lectura he ido dejando en las páginas del libro pequeñas muescas de partes que especialmente me han gustado. Estoy seguro que cuando lo vuelva a leer marcaré algunas más. Porque éste es un libro que pide una segunda lectura, como esos días de buenas olas que siempre estás dispuesto a repetir.

"Casi todo lo que ocurre en el agua es inefable, y el lenguaje no sirve de mucha ayuda. Saber interpretar una ola es algo fundamental, pero ¿cómo puede explicarse eso? Estás esperando entre olas, y tan solo puedes ver la siguiente serie que se acerca, nada más, y sabes que esa serie no será buena. Y entonces empiezas a remar mar adentro, alejándote de la orilla. ¿Por qué? Si pudiera congelarse ese instante, podrías explicar qué, según tus cálculos, hay una posibilidad del cincuenta por cien de que la siguiente ola tenga un buen punto para el take off unos diez metros mar adentro, un poco más lejos del lugar del que te hallas. Y este cálculo se basa en lo siguiente: dos o tres atisbos de las series que se aproximan, vistas desde la cresta de la última serie; el centenar largo de olas que has visto romper a lo largo de la última hora y media; la experiencia acumulada a lo largo de trescientas o cuatrocientas sesiones en ese mismo pico, incluyendo quince o veinte días que se parecían mucho al de hoy en términos de intensidad del mar, dirección de las olas, velocidad y dirección del viento, estado de la marea, estación del año y configuración del banco de arena; la forma en que el agua se mueve por el fondo; la textura de la superficie y el color del agua; y más allá de todas estas consideraciones, un sinfín de percepciones que tienen su origen en el substrato subcortical y que son demasiado sutiles y volátiles para poder ser expresadas en palabras".

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