Después de 17 años participando en la campaña de limpiezas de primavera de Surfrider Foundation he de reconocer que, semanas antes de que tenga lugar la limpieza, me cuesta un poco encontrar la motivación para organizarla un año más. Es fácil dejarse llevar por la vorágine de la semana y desear que llegue el fin de semana para descansar. Aunque después de tanto tiempo, organizarlo todo me lleva poco tiempo, el comenzar el fin de semana con "nuevas responsabilidades" no siempre es lo más "apetecible". Es en esos momentos cuando tiro del "compromiso personal", y pienso en todas las personas que en estos años han participado y colaborado con nosotros. También en los muchos pequeños proyectos que han ido surgiendo en colegios, colectivos, ..., que han asumido la problemática del plástico y la contaminación en los océanos como propia, y que me gusta creer que son el resultado de aquellas acciones que pequeños colectivos como el nuestro comenzaron a realizar hace 15-20 años, exponiendo una realidad que muy poca gente conocía y a la que apenas se prestaba atención.
Este año las previsiones meteorológicas no eran las mejores. Se anunciaba lluvia para el sábado, y aunque ya hemos celebrado otras limpiezas en las que hemos terminado literalmente empapados, como organizador el que la limpieza se celebre en esas condiciones no es de mi agrado. Sin embargo las previsiones para el domingo tampoco eran mucho mejores, y para el próximo sábado tampoco pintaban bien. Así que tras analizar concienzudamente las previsiones (algunos partes decían que no comenzaría a llover hasta las 4 de la tarde), y fiarme de mi intuición, decidí mantener la cita.
El sábado amaneció con el cielo cubierto pero el horizonte limpio, y con una ligera brisa del nordeste. Parecía que mis mejores previsiones se iban a cumplir. Puntuales llegamos a la playa. Algunos ya nos estaban esperando: Cris, Andrea y Juan Carlos fueron los primeros en llegar. Pichu, que nos acogería en O Alpendre de Doniños tras la limpieza para reponer fuerzas, ya estaba abierto para ir preparándolo todo. Antes de empezar llegaron también César y Iago Formosel, que desde Coruña, vinieron a unirse a la limpieza. Y como ellos, más y más fueron llegando. Algunos vinieron expresamente a la limpieza, y otros, que se acercaron hasta la playa a pasar la mañana, se unieron a nosotros sin pensárselo. Tras 2 horas de limpieza casi se llenaron por completo los 5 contenedores que nos dejó el Concello para depositar todo lo recogido. Calculo que todo sumaría unas 8 metros cúbicos. Curiosamente lo más recogido este año han sido cabos y cuerdas.
Tras la foto de grupo, y contentos por la labor realizada, aun quedaron fuerzas para disfrutar de unas olas en Doniños antes de despedir el día.
Muchas gracias a todos los que habéis participado. El próximo año me acordaré de las palabras de Manuel, "los niños se lo pasaron genial y lo mejor que mi hijo lleva todo el día diciendo que no se puede ensuciar el medio ambiente y menos la playa por que mueren los peces...", si veo que me falla la motivación.
Esperemos que nunca te falte la motivación, iniciativas así son las que hacen falta. Gracias por tu esfuerzo y dedicación, y por enseñarnos que si todos ponemos un poquito podemos conseguir algo grande.
ResponderEliminarSi flaquea la motivación, siempre quedará el compromiso, y ese sí que nunca faltará. Queda además aún mucho camino por recorrer. Muchas gracias!!!
EliminarNo estaría mal, que más gente spiese de esta iniciativa y pudiese colaborar. Por ejemplo, lo poiaís publicar con antelación, en la página: Naturaleza de Ferrolterra, Eume y Ortegal.......graciñas, si lo haceís para la próxim a.....
EliminarLo apuntamos para la próxima. Muchas gracias
EliminarQue tal Jesús!
ResponderEliminarYo también me quedo con ese comentario del hijo de Manuel. Estoy seguro que ademas de la estupenda labor que lleváis a cabo en la playa esta la parte de concienciación, a veces creo que a cierta gente es difícil hacerla entrar en razón, pero con los mas jóvenes todavía estamos a tiempo.
Venga, un saludo!
Con los jóvenes y con los adultos. Siempre estamos a tiempo para cambiar. Sobre todo cuando en ello nos va la vida. La nuestra no, pero sí la de los que vendrán después. Aun me acuerdo de la vez que viniste desde Vigo a la limpieza. Eso sí que es compromiso!!!
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