Tengo un compañero en la oficina que cuando se encuentra con un trabajo que no alcanza el nivel que sería exigible, reacciona de modo inconsciente diciéndose para sí mismo: "isto non pode ser obra de galegos".
Ese "ser obra de galegos" representa un estándar de calidad no tangible, que los que vivimos aquí sabemos identificar en algo que cumple con los objetivos de ser práctico y efectivo, pero sin alardes innecesarios; resistente y construido para durar; con su base en la tradición pero pensando en la innovación. Todos estos calificativos se podrían aplicar a la filosofía con la que Toni creó su proyecto "Cormorán Surfboards" y su escuela de surf:
"Cormorán nace con el objetivo de difundir la filosofía y forma de vida del surf, a partir de un trabajo artesanal en un entorno donde las olas y las tablas fluyen en la misma dirección que las intenciones de nuestro corazón".
"Cormorán nace con el objetivo de difundir la filosofía y forma de vida del surf, a partir de un trabajo artesanal en un entorno donde las olas y las tablas fluyen en la misma dirección que las intenciones de nuestro corazón".
Y aunque él no lo diga, en su trabajo se puede apreciar un cuidado especial por los detalles: el diseño de cada una de sus tablas, el propio logo de Cormorán, los vídeos con los que las presenta...
"Tengo la necesidad de expresar una inquietud: la necesidad de cambiar las normas convencionales a las que nos arrastra la gran corriente surfística mundial. Las tablas que llevamos bajo los pies, son el elemento que nos conecta con el océano".
Si hoy hablamos de él, es porque hace unos días publicó "Morriña", la última de las creaciones visuales de su colaboración con Pablo Uriarte, de Morelo Postfilms. Un episodio más de un proyecto que de momento parece no tener fin: "¡¡Somos un proxecto con vida e patas!!, ¡e que nos gusta camiñar por terreos descoñecidos!".
Me gusta el haberte hallado
ResponderEliminarsos diferente
abrazo de diciembre