Hoy se han vuelto a cumplir todas las previsiones, y de nuevo el temporal nos ha azotado con vientos de más de 100 kilómetros por hora, haciendo que el salitre lo invadiese todo.
Dicen que amainó la tormenta;
trataremos de dormir.
En nuestro pies, yodo y vendas,
recuerdan el camino.
Y tú quieres saber si al despertar,
calados hasta los huesos,
algo habrá podido cambiar,
y yo no quiero mentir.
Llegando a aquí,
¿qué más nos puede pasar?
Podemos ir y preguntarle a la mar,
para que nos responda con rugidos,
para que nos diga la verdad.
...
Dicen que amainó la tormenta.
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