Hace ya más de dos años que se demolió el pabellón de tiro del Campo de Tiro de Doniños. Creo que no habían pasado más de 15 años desde su construcción, en medio de un espacio dunar, en la ribera del lago y en una área ahora protegida por la Red Natura 2000 (podéis ver aún su situación en Google Earth). Un verdadero despropósito.
Recibimos la demolición como una muy buena noticia. Sin embargo, tras dos años, sus restos, en forma de escombro, permanecen allí, amontonados, esperando a ser reutilizados, según parece, en las obras de la nueva caseta de socorrismo de Doniños.
Como antes decía, la demolición fue recibida con alegría, aunque también con una cierta pena por la destrucción de los graffitis que decoraban sus paredes. Largos muros de hormigón que se habían convertido en el perfecto lienzo en el que algunos graffiteros exponían su arte. Era curioso el contraste entre un arte que se supone urbano y un medio natural como el de las dunas y la laguna de Doniños. Muchos de los que allí pintaban eran chavales de Doniños, y en la progresiva calidad de sus trabajos se podía apreciar una evolución muy interesante. Me imagino que a los que más les dolió que tirasen el pabellón fue a ellos, ya que recuerdo verles, en los días posteriores, buscar ente los escombros pequeños trozos de sus obras para llevárselos como recuerdo. Pasados dos años no se si seguirán pintando. Por lo menos en Doniños no.
Con el tiempo el graffiti está empezando a tener la merecida y misma consideración que cualquier otra técnica de pintura (es importante distinguir entre una pintada y un verdadero graffiti). Cada vez son más los graffiteros y obras reconocidas. Aquí va una pequeña muestra en honor a los graffiteros de Doniños.
Broken Fingaz -Graffiti Stop Motion from Broken Fingaz on Vimeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario