"Los ejercicios se efectuarán únicamente desde los puestos de tiro."
Por lo que me han contado, creo que la cosa iba más o menos así.
Tras una larga caminata desde Ferrol a Doniños, cargados con todo el equipo y el fusil, se formaba en fila en el interior del campo de tiro frente a la "galería". El oficial entregaba a cada soldado un cargador, y por turno se iba entrando en los puestos de tiro. Se apuntaba, y a la orden se descargaban todas las balas en dirección a las dunas. Para quien no había cogido nunca un arma, y menos disparado, el retroceso del fusil hacía que, sobre todo las primeras balas, saliesen sin dirección precisa. Hoy en las dunas se pueden encontrar con facilidad las huellas de aquellas prácticas, a modo de balas deformadas enterradas en la arena. Algunas no llegaban a impactar en la arena y acababan en el mar. Finalizado el ejercicio, tocaba bocata en la cantina, y de vuelta a Ferrol caminando.
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