Ayer fue un intenso día de olas. Tal vez un día atípico, pues lo que no tocó fue surfear.
Tras la relativa calma de la mañana, a medida que fue avanzando el día, las condiciones de mar fueron empeorando. A las tres, cuando salí de trabajar, y antes de ir a casa, me acerqué hasta Ponzos. El mar estaba inmenso y espectacular. Tras un rato marché a Santa Comba, y desde allí, antes de llegar a Doniños, por El Vilar y por San Jorge. En San Jorge las olas rompían mucho más allá de la punta. Imposible determinar su altura. Desgraciadamente las fotos no hacen justicia a la realidad, que me hizo exclamar en más de una ocasión ante la violencia del mar.
Por la noche, ya en casa, y tras comprobar las lecturas de las boyas, el pico del oleaje había coincidido con la pleamar del mediodía. De madrugada un nuevo pico del temporal coincidiría también con la marea llena.
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