Hacía muchísimos años que no navegaba en el mes de abril, así que en estos días en que las olas no estaban del todo bien para la tabla de surf, se ha agradecido el viento y el poder echarse unas navegadas tan pronto.
El miércoles, como día estreno, no estuvo mal. Siempre el primer día, después de estar varios meses sin navegar, uno tiene dudas a cerca de lo que sabrá o no hacer. ¿Me saldrá el waterstart? ¿Me cairé en las trasluchadas? Si además en ese primer día hay olas de un cierto tamaño, y el viento sopla con fuerza, las dudas y la inseguridad son mayores. Para ya en el agua, enseguida uno descubre que más o menos todo sigue igual, y que el cuerpo guarda en la memoria todos los movimientos. No se si se llama así, pero la "memoria corporal" es increíble.
Y así iba todo bien hasta que en una ola rompí el mástil.
"Lo tenías ya bien amortizado", - me dijo Richi al ver los restos del palo y mi vela hecha una bola.
Y era verdad. Lo cierto es que todo mi material está bien aprovechado. La tabla la compré de segunda mano hace 16 años. La vela tiene 13. El palo, de fibra de los gordos y pesados, 14. Y la botavara ya ni me acuerdo. Pero mientras aguante no voy a comprar nada nuevo. Con lo que tengo voy cómodo, y seguiré así de momento.
El viernes volvió a hacer viento, más que el miércoles, y el mar, aunque no tan grande como ese día, seguía trayendo buenas olas. Cambié el palo roto por otro que guardaba en el garaje que, aunque sin estrenar, es tan viejo como el anterior. También de fibra.
Navegué casi dos horas, hasta que en una orillera rompí el tendón del pié de palo. Dos días navegando y dos roturas. Desgraciadamente del tendón no tengo repuesto, así que ahora toca conseguir uno antes del próximo día de viento. A falta de tiendas especializadas en Ferrol, creo que lo voy a poder conseguir en Decathlon.
Lo mejor tras estos dos días es sentir de nuevo las ganas de navegar. De encontrarse con los amigos a los que ya casi sólo ves los días de viento, y que al volverte a ver aparecer lo celebran dándote la mejor de las bienvenidas: un efusivo saludo tras cruzarnos planeando a toda velocidad.
Buen día!!!! Si señor....
ResponderEliminarDios!!! Qué envidia! Opa ahí esa Proof.
ResponderEliminarBonito final de historia y preciosas fotos, sobre todo la primera.
ResponderEliminarYo probé el windsurf hace ya 12 años, pero nunca me enganché. Aún así, cuando lo veo, me sigue atrayendo.
Un saludo.