16.12.11

VIDEOS. Bienvenido y cien flores para ti.



Hace seis años Eloy Taboada viajó por primera a Siria como fotógrafo del "Proyecto Arqueológico Medio Éufrates Sirio" de la Universidade de A Coruña. Desde el año 2005 ha vuelto al país en numerosas ocasiones, hasta su último viaje en el pasado mes de enero.

En el presente video, editado con motivo de la exposición "De Uruk a Asiria", que se puede visitar en la Fundación Novacaixagalicia de Ferrol hasta el próximo día 22 de enero, se realiza un pequeño recorrido por estos seis años de trabajo y la experiencia personal que han supuesto estos viajes.

Cada misión se inicia en la ciudad de Damasco, capital de Siria. Antes de desplazarse a la zona de trabajo, la estancia en la capital es aprovechada para resolver todos los trámites administrativos necesarios para poder iniciar las excavaciones, pero también para empaparse del ambiente, contrastes y la cultura del país. Tras la estancia en la capital se inicia el verdadero viaje con destino al yacimiento. Del caos y el mundo urbano de Damasco, se pasa a una sociedad rural, basada en la agricultura y la ganadería que se desarrolla entorno a la ribera del río Éufrates.

El trabajo de fotógrafo en un emplazamiento como este no es sencillo. A las altísimas temperaturas, que alcanzan fácilmente los cincuenta grados, se une el polvo y la arena, que empujados por los fuertes vientos, lo envuelven todo, dificultando enormemente un trabajo ya de por si difícil para cámaras y demás equipos electrónicos. A estas dificultades climatológicas se unen las propias del entorno. El trabajar en una zona aislada conlleva que para poder realizar determinadas fotos sólo se pueda echar mano de los medios que se dispone, que no son muchos. La jornada suele comenzar a las 4 de la mañana antes de que salga el sol, con objeto de evitar las horas de calor más intensas. Ya en el yacimiento los trabajos se extienden hasta el mediodía, momento en el que se ha de volver al hotel para comer. La tarde discurre en el museo, fotografiando y documentando los hallazgos de la mañana.

Pero a parte del trabajo científico, Eloy nos muestra en este viaje una visión muy personal del país, de sus gentes, y sobre todo de los niños, sus grandes cómplices en el desierto. Su curiosidad rompe todas las fronteras idiomáticas, llevándoles a protagonizar algunos de los grandes momentos fotográficos del viaje. A ellos y a las gentes de Siria, que en estos momentos están pasando por una situación tan complicada, va dedicado este video.

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