La Fábrica de Lápices.
Podría ser el título para una buena historia.
Todo comenzó en 1934. Alberto Fernández Martín, que hasta aquel año
había trabajado como representante de material de escritorio, observó como entre
sus clientes estaba creciendo de modo llamativo la demanda de lápices y
plumillas. No había sin embargo suministradores en el mercado que ofreciesen un
material de calidad y con precios ajustados a tanta demanda. Fue así como,
junto con otros socios, fundó la sociedad limitada Hispania Fábrica de Lápices.
Se especializarían en la fabricación de lápices de mina de grafito y de
colores, plumillas de acero y peines de caucho.
No sabe muy bien si fue el azar el que hizo que, en los
primeros años de actividad de la fábrica, pasase a formar parte del equipo de producción el
técnico alemán Johann Sindel, que se cree había llegado a Ferrol huyendo de la
situación política de su país. Sindel dio su nombre al producto más exitoso de
la empresa, el lápiz “Johann Sindel”, muy apreciado por la calidad de su madera
de cedro americano y su mina de grafito. Los diseños de Sindel, y sus
decisiones en la cadena de producción, hicieron que pronto los productos de
Hispania gozasen de gran prestigio no sólo en España, sino en otros países a
donde se exportaban.
La empresa se quiso también distinguir de sus
competidores, no sólo por sus productos, sino también por la calidad de sus diseños y el cuidado en la
presentación de sus productos. Uno de los elementos más característicos y
distintos de la empresa fue su logotipo, formado por dos figuras humanas con las manos
entrelazadas.
La fábrica llegó a alcanzar una producción de 180.000
lápices al día, hasta que a finales de los años 50, la aprobación por el
gobierno de la época del Plan de Estabilización de la economía, facilitó la
entrada, a través de la importación, de lápices procedentes de otros países. Esto significó el inicio del declive de la empresa.
En 1981 se cerró la producción, y en 1986 se liquidó
la empresa y se vendió la fábrica.
Hace unos días se ha aprobado la autorización para la
demolición de la fábrica como primer paso para la construcción de varios nuevos
edificios con pisos y oficinas.
Interesante el post y muy buenas fotos.
ResponderEliminarSaludos!
Seguro que la producción se cerró en 1981?? Fui de visita con el colegio cuando estudiaba EGB en 1982 ó 1983 y la fábrica funcionaba. Nos regalaron unas caja con lápices de colores y todo!
ResponderEliminarSaludos!
Al menos ha sido lo que he leído en internet por lo que tampoco te puedo asegurar la fecha.
ResponderEliminarGracias por los comentarios.
¿Por qué no se podrá hacer aqui algo asi...?
ResponderEliminarhttp://www.paloaltobcn.org/
vi los estudios hace poco en la tele y me pareció una idea genial para la fabrica de lápices, manteniendo toda la estructura del edificio.
Olaia