LETRAS. Las revistas de surf.

El primer recuerdo claro que tengo sobre surf no es de alguien surfeando o el de una tabla. A pesar de vivir en la costa, durante mi infancia estuve bastante alejado de las olas y el mar, y tal vez por ello mi primer recuerdo es el de una revista de surf, la primera que me compré, concretamente el número 3 del Tres60. Me imagino que para llegar a hacer aquella primera compra, antes hubo otros hechos relacionados con el surf que me condujeron a ello, pero la verdad es que no los recuerdo. Aquel número 3 acabó absolutamente descuartizado y recortado. Viendo hoy la portada, recuerdo que muchas de las imágenes de la revista terminaron, bajo un cristal, como fondo del escritorio en el que estudiaba. Aquellos collages, con los que decoraba mi zona de estudio cubriendo paredes y mesa, eran sin duda una buena manera de evadirse en las tardes de estudio.

A aquel primer número le siguieron otros, la mayoría de los cuales acabaron también deshechos. Me imagino que como la mayoría de la gente de mi edad, compraba las revistas sobre todo por las fotos. Su contenido escrito, si bien lo leía, creo que no me interesaba demasiado. De hecho no recuerdo ningún artículo en especial, aunque si unas cuantas fotos.

Con el tiempo evidentemente eso cambio, y los textos comenzaron a tener más interés para mí. También aparecieron nuevas publicaciones. Sin embargo llegó un momento en que esos contenidos dejaron de motivarme, y dejé de comprar revistas de surf. Mi opinión era que número tras número, se repetían los contenidos, y aquello que realmente me interesaba, ocupaba cada vez menos espacio. Evidentemente había excepciones, y siempre encontraba artículos y reportajes que me llevaban a acudir una vez más al quiosco (recuerdo por ejemplo el especial Costa Norte del Surfer Rule), hasta que de pronto dejé de hacerlo.

Y así estuve durante años, hasta que apareció la revista Glide. Durante 8 números, los mejores que recuerdo del periodismo de surf en España, por fin disfrutaba y esperaba con ganas la publicación de una revista de surf. Y es que ya sólo por la ilustración de las primeras páginas de Javier Aramburu, para mí uno de los mayores artísticas contemporáneos, ya valía la pena la compra. El resto del contenido no bajaba el nivel, y pude encontrar muchísimos artículos interesantes que realmente me descubrieron muchas cosas y personajes que no conocía. Pero Glide fue breve, y tras 3 veranos, desapareció.

En uno de aquellos veranos esperando a la Glide, fue cuando me comentaron que 3sesenta había dado un giro en su línea editorial, con contenidos más variados, y dando voz a otros surfistas más alejados del circulo profesional. A ello se unía una maquetación más cuidada, y un nuevo estilo, que me llevaron de nuevo, aunque es cierto que esporádicamente, al quiosco, hasta que hace dos meses me decidí a suscribirme.

¿Y por qué después de tanto tiempo? A parte de que como publicación me interese su contenido, su maquetación me agrade, y esté impresa en papel ecológico, en la revista se está dado voz a surfistas y  proyectos que reflejan la que es la realidad del surf en España, más allá de los circuitos profesionales y de los viajes promocionales de los pros. Proyectos e historias interesantes que creo que además pueden ser fuente de inspiración para otros con las mismas inquietudes, ayudando a que se tome consciencia de la existencia de una verdadera cultura entorno al surf en España. Además, y en un momento en el que muchos medios escritos están desapareciendo por cambios en el modo en que la gente accede a la información, pienso también que es momento de apoyar al medio escrito que creo ofrece los contenidos de mayor calidad.

¿Y qué sugeriría como suscriptor a los editores? Pues básicamente que sigan en la línea actual, poniendo luz sobre todos los aspectos que conforman la cultura del surf y sin miedo a profundizar en los temas. Una buena vía sería, por ejemplo, publicar monográficos especiales distintos a los ya habituales de viajes o fotografías, en la línea del especial sobre el mediterráneo que se publicó hace unos años. Temas hay muchísimos: talleres nacionales, literatura surf, música, cine, ciencia, ... . Creo que como yo, hay más lectores que demandan este tipo de contenidos, que de algún modo nos devuelvan la ilusión por las revistas de surf.