HISTORIAS. Algunas fotos # 63.

Los días en los que la luz es buena, suelo entrar al agua con la cámara de fotos. Gracias al tamaño reducido de la que utilizo, la cámara entra comodamente tras la cremallera frontal del traje, lo que me permite, además de coger olas, sacar alguna foto.

Las cámaras que siempre he utilizado son las Olympus de la serie Tough. Primero la TG-310, y después la TG-820. La 310, aunque es la más barata de todas, en mi opinión no ofrece las condiciones suficientes de estanqueidad para utilizarla en fotografía de surf (a pesar de que se indica que es resistente hasta 3 metros de profundidad), sobre todo si te vas a meter mucho con ella, ya que suele ser bastante común el que le entre agua, con lo que tras unos baños, la cámara dejará de funcionar. Lo que sí que he de reconocer es que el servicio de post-venta de Olympus funciona muy bien, ya que me repusieron hasta tres veces la cámara durante el periodo de garantía. 

Tras la 310, me hice con una 820, cuyas especificaciones subacuáticas son mucho mejores, ya presumiblemente soporta inmersiones de hasta 10 metros. La 820 mejora mucho además en lo que respecta a calidad de imagen y velocidad de disparo (con la 310 era bastante común que la cámara sacase la foto cuando ya habías dejado de encuadrar), por lo que he estado muy contento con ella. 

Pero tras año y medio, hace unas dos semanas, la 820 dejó de funcionar, y eso que creo que nunca le ha entrado agua. Aunque no sé las causas, la verdad es que el uso que le he dado ha sido muy intenso, y no siempre los cuidados por mi parte han sido los mejores. Estas son las últimas fotos que hice con ella. Primero le falló el zoom, después el enfoque, y finalmente dejó de verse a través de la pantalla.  Increíblemente, y aún en esas condiciones, salió alguna foto aceptable. Al llegar a casa ya no había manera de cargarla.

Ya tengo sustituta. Las próximas fotos serán con ella.