2.1.14

HISTORIAS. Las gaviotas.






Estos días en los que el viento sopla especialmente fuerte y el mar está grande y desordenado, resulta todo un espectáculo verlas volar. En Doniños, a poco que las observes, puedes deducir que siguen sus propias rutas para ir desde las islas Gabeiras a la playa, y desde allí al lago. En lugar de hacerlo de modo desordenado, una tras otra repiten casi siempre el mismo trayecto: en la playa, con el viento en contra, se elevan y apenas se desplazan. Poco a poco se acercan hacia la ladera oeste de la croa, sin superar su cima. De pronto, impulsadas por las corrientes de aire que allí se generan, su vuelo mantenido y de ascenso se acelera y cambia de dirección, lanzándose en una carrera vertiginosa hacia las tranquilas aguas del lago. 

En medio de su ruta creo haber encontrado un buen lugar desde el que fotografiarlas. Desde allí las veo pasar muy cerca de mí, casi a mi altura. Pasan tan cerca que resulta difícil seguirlas con la cámara. Impulsadas por el viento se salen fácilmente del encuadre, volando cada vez más y más lejos hasta que se pierden entre la vegetación. 

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