Cotillo era nuestra referencia en Fuerteventura la primera vez que estuvimos allí. Incluso era nuestra referencia antes de haber llegado. Para unos apasionados como nosotros al wind en aquella época, esta playa, situada al noroeste de la isla, contenía en nuestro imaginario de windsurfistas todo lo que los grandes lugares deberían reunir: una buena rompiente y viento side-shore para olas de derechas. Nunca había visto un vídeo de aquella playa, pero sí algunas fotografías. Pero lo que realmente había hecho de aquel lugar uno de mis preferidos, incluso antes de haberlo visitado, fue un texto escrito por Caroline Haslin en el que se describía la playa y las olas de Cotillo. Aún guardo en casa aquel artículo:
"Imagina una larga playa de arena que no es ni blanca ni negra al pie de un acantilado, totalmente abierta hacia el Oeste. La vista es impresionante: al Norte, el pueblo de Cotillo, construido por hombres de mar para hombres de mar; al Oeste, el horizonte, completamente abierto al océano, preparado para recibir el sol en el crepúsculo: el cielo se hace más azul, la luz más pura, la montaña se viste de rojo azafrán .. Es el instante de fusión entre el sol y el mar, entre el fuego y el agua. Es quizás el rayo verde.
La ola de Cotillo es el más vibrante de los espectáculos: nacida en el seno del Atlántico, llega a la costa en una sola línea, y viene a reventar en un formidable shorebreak a todo lo largo de la playa, haciendo levantar la arena y rugir el acantilado. ¡Una ola ensordecedora que no tolera la mayoría de las veces más que un único giro!".
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