Muchas veces nos quejamos de nuestra rutina diaria. Esa sucesión de actividades que realizamos de modo repetitivo, siguiendo una cadencia temporal, que hace que unos días se parezcan demasiado a los otros.
Hasta que de pronto, y con cinco días libres por delante, esa rutina se rompe. Te despiertas con la luz del sol. Ves como la luna se pone en el horizonte mientras desayunas. Te das un baño malo antes de que la gente comience a llegar a la playa. Descansas un rato, y vuelves de nuevo al agua al mediodía cuando la playa se ha vuelto a quedar vacía. Cada día algo más pequeño, pero cada vez rompiendo mejor. Y así un día, dos, tres, ... De pronto te das cuenta que has entrado en una nueva rutina. pero ésta te encanta. ¿Podría alguna vez cansarme de ésto?
Y antes de poderlo comprobar, suena el despertador. 6:30 de la mañana. De nuevo se ha roto la rutina.
Buenas Jesús, veo que tuviste tiempo a probar esa quilla más afilada en el Delfín.
ResponderEliminarEl Delfín es uno de esos tablones clásicos que hace falta carga atrás fuerte para moverlo, esa quilla seguro que lo hace más manejable. ¿Que tal el cambio???
saludos
Efectivamente creo que se nota, sobre todo cuando la ola lleva algo de fuerza y se va más suelto. Aún así tengo que probarla un poco más, aunque estos han sido días muy buenos. A ver si coincidimos que tengo varias dudas que preguntarte. Así también lo pruebas tú.
EliminarUn saludo,
Que tal Jesús,
ResponderEliminarCada vez estoy mas convencido, estas en el paraíso...jeje
Saludos!