No ha estado mal. Para mí han sido diez días seguidos de nordeste, de mucho viento, pero también de buenas olas. Allí dónde pensamos que sería practicamente imposible surfear, nos encontramos con una izquierda que acudía puntual todos los días en el punto adecuado de la marea. Hoy, ya sin viento, por la mañana aún salió alguna de las buenas, pero por la tarde todo era distinto: hasta echamos de menos el viento y la corriente.
Mañana parece que las condiciones cambian definitivamente por unos días. Con ellas también los fondos. Habrá que moverse a otros sitios.
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