Durante nuestro viaje a Biarritz tuvimos la oportunidad de ver la exposición que en Helder Supply se organizó de la fotógrafa Joni Sternbarch. Seguro que muchos habréis visto sus características fotografías y su serie con retratos de surfistas, en la que emplea la técnica del colodión en placa húmeda y una cámara del siglo XIX.
La primera serie de estas fotografías tomó forma en 2009 a través del libro y la exposición Surfland, que recorrió varios museos y salas de exposiciones a lo largo del mundo. Hace unos meses se acaba de publicar Surf Site Tin Type, algo así como la continuación de SurfLand, en una serie que parece que tendrá continuidad en próximos libros, ya que durante su estancia en Biarritz, Joni Sternbach retrató a varios surfistas de la costa vasco-francesa.
La técnica utilizada para tomar estas fotografías, conocida como colodión húmedo, fue creada por Frederick Scott Archer en 1851. Se basa en el empleo de colodión, una especie de barniz formado por nitrato de celulosa disuelto en alcohol y éter, que se vierte sobre placas fotográficas de vidrio, a las que se adhiere con facilidad. La técnica recibe el nombre de "colodión húmedo" porque la placa ha de permanecer húmeda durante todo el procedimiento de toma y revelado de las imágenes. El colodión se sensibiliza a la luz con la ayuda de nitrato de plata. Las placas de vidrio, que se utilizan a modo de "película", han de estar muy limpias para así poder obtener imágenes nítidas y sin machas. El revelado de las imágenes se logra empleando sulfato de protóxido de hierro. Todo el proceso, desde la toma de la imagen, hasta el revelado final, se ha de hacer de modo continuo y muy rápido, en menos de 15 minutos, ya que, debido a la volatilidad del éter, la emulsión se seca con facilidad, lo que obliga a la fotógrafa a llevar consigo todo un laboratorio fotográfico portátil allí a dónde vaya a tomar sus fotografías.
“El uso del colodión me obliga a componer cuidadosamente la imagen antes de la sensibilización de la placa, sin embargo, su naturaleza es espontánea e imprevisible. La alta calidad del proceso se adapta a la materia, y el aspecto distintivo de la obra terminada se hace eco de la tradición de la fotografía antropológica del siglo XIX.”
La técnica proporciona una imagen muy característica que, sin mucho esfuerzo, nos lleva a tiempos pasados, aunque el retrato sea actual. Los personajes aparecen representados en positivo directamente desde la cámara, siempre en una tonalidad que viaja desde el amarillo al marrón. Otra elemento característico de estas imágenes viene dado por el necesario, y generoso, tiempo de exposición con el que se han de tomar las fotografías. Este tiempo, inferior a 30 segundos, supuso toda una revolución a mediados del siglo XIX, cuando se trabajaba con exposiciones mucho más amplias.
Hoy, la celeridad que exige todo el proceso, se combina perfectamente con la intención de la artista de retratar no sólo a la gente que se pone ante la cámara, sino también de representar el cambio constante, buscando para ello el contraste entre los surfistas, que aparecen como un elemento estático y persistente, y la escena, que se encuentra en constante movimiento. También, y explicado en palabras de la artista, con estas imágenes busca el “solape de dos elementos de gran alcance; la tierra y el mar. El acto singular y primitivo del surf, en el agua, es eclipsado por el estado social y negociado de la interacción humana en la orilla. Los surfistas actúan como un puente entre el mar, como fuerza desenfrenada de la naturaleza, y la línea de costa, un lugar de ocio y fenómenos sociales y culturales".
El proceso, y tal y como cuenta la autora, alcanza su momento más especial en el momento de revelar la foto, en el mismo lugar en donde se tomó y ante las personas que posaron en ella: "cuando revelo la foto, mis modelos están ahí viendo cómo lo estoy haciendo, y se emocionan y quedan encantados por el resultado tanto como yo. Es un show en vivo: arte en público”.
Ayer me llegó el libro a casa, y hoy por la tarde he podido disfrutar de las imágenes. Algunas de personajes conocidos; otras de surfistas anónimos. Todas increíbles.
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