3.1.16

HISTORIAS. Frank.


El otoño del año 2015 ha sido uno de los más tranquilos que se recuerdan. No sólo por las altas temperaturas, más propias del inicio de la primavera que del final de otoño, sino también por la escasez de temporales y de lluvias. En cuanto al mar, también podríamos hablar de un otoño tranquilo: aunque desde principios de noviembre solo hemos surfeado un día en Doniños, en todas estas semanas el mar sólo ha sobrepasado los 4 metros en dos ocasiones.

El invierno ha llegado sin embargo con una sucesión de borrascas que nos han traído las lluvias tan esperadas en el Norte. Más que por la altura de las olas, llama la atención que todos los temporales vienen acompañados de fuertes vientos. Desde hace unos 10 diez días, y cada 48 horas, hemos superado durante algunas horas los 40 nudos de viento. Seguimos de momento con temperaturas relativamente altas, tanto en el aire como en el agua.

Un poco más al Norte, el final del otoño, y el comienzo del invierno, no ha sido tan tranquilo. A principios de diciembre, la tormenta Desmond, que fue la primera que nos permitió surfear en el Pedrido, descargó en Reino Unido, principalmente en el Noroeste de Inglaterra, trombas de agua que dejaron sin electricidad a más de 60.000 hogares, y récords históricos de precipitaciones en pueblos como Honister Pass, en donde se registraron 341,4 mm de lluvia en 24 horas, y Thirlmere, con 405 mm en 48 horas (para tener una idea de la dimensión de este dato, basta compararlo con la precipitación media anual en A Coruña, que es de 1.000 mm en un año).  

Hace 5 días la tormenta que ha protagonizado las noticias ha sido "Frank", un fenómeno que por sus particularidades ha llevado a algunos meteorólogos a anunciarla como la "tormenta más fuerte jamás producida en el Atlántico Norte", y a calificar sus efectos como "tan extraños como presenciar la congelación del infierno". Frank no pasará a la historia ni por sus fuertes vientos, con rachas de entre 100 y 120 km/h, ni por sus copiosas lluvias, que agravaron aún más las inundaciones provocadas por la tormenta Desmond, sino por sus efectos en el Ártico, en donde, y durante unas horas, se sobrepasaron los cero grados, cuando lo normal en esta época del año es que las temperaturas se encuentren en el entorno de los -30º C.

Estas temperaturas, extremadamente cálidas para esta zona del planeta en esta época del año, no sólo se han dejado notar en el Polo Norte, sino también en Islandia, Noruega, ... Por ejemplo en el archipiélago Svalbard, perteneciente a Noruega, se han registrado estos días temperaturas de hasta 8,7º C, cuando la temperatura máxima histórica que hasta ahora se había registrado en un mes de diciembre era de 7,2º C.

No soy ningún especialista para explicar el fenómeno, pero por lo que he leído, son varias las causas que han llevado a que se produzca este fenómeno, que gracias a su escasa duración, no ha causado daños en el Ártico. La principal está en las alteraciones de la trayectoria de la llamada corriente en chorro polar. 

Las corrientes en chorro (jet stream en inglés) son masas de aire que circulan a unos 10 km sobre el nivel del mar y de Oeste a Este, tanto en el hemisferio Norte como en el Sur. Su origen se encuentra en el efecto combinado de la rotación de la Tierra sobre su eje y el calentamiento de la atmósfera debido a la radiación del sol. Las corrientes en chorro, hay cinco en nuestro planeta, se localizan cerca de masas de aire, que siendo contiguas, registran diferencias significativas de temperatura, tal y como sucede entre las frías regiones polares y las zonas cálidas cercanas al ecuador.

La llamada corriente en chorro polar, que es la que nos afecta a nosotros sobre todo porque es como una especie de autopista a través de la que circulan las borrascas, se sitúa normalmente en latitudes de 60º en verano y de 45-50º en invierno. Esta variación de su posición anual ha llevado a que se afirme que la corriente en chorro sigue a lo largo del año al sol, ya que se desplaza hacia el norte en la primavera y el verano, y hacia el sur durante el otoño y el invierno.

La velocidad de la corriente es variable. Normalmente supera los 150 km/h, aunque se han medido velocidades de más de 400 km/h. Estas variaciones de velocidad son las que dan lugar a cambios en su trayectoria. Cuando la velocidad es alta, la corriente sigue una trayectoria oeste-este, con suaves ondulaciones. Sin embargo, cuando la velocidad disminuye, se generan profundas vaguadas hacia el sur y dorsales hacia el norte, que originan en superficie bajas y altas presiones, y la entrada de aire frío en el sur, y de aire tropical hacia el norte, respectivamente. Por lo que he entendido, estos meandros se crean en una situación llamada de bloqueo atmosférico, provocada por la presencia de un anticiclón muy amplio en latitudes altas, en un lugar en donde debería haber borrascas. La presencia del anticiclón obliga a las bajas presiones a seguir trayectorias por latitudes mucho más bajas de lo normal.

En el caso de Frank, un anticiclón situado sobre Siberia, con presiones superiores a 1050 milibares, combinado con las muy bajas presiones de la borrasca, de tan solo 928 milibares, han creado un meandro enorme que ha introducido una gran masa de aire caliente en el Ártico proveniente del Sur . Esta masa de aire es la que ha provocado esas temperaturas superiores a cero grados durante unas horas en el Polo Norte.

Viendo las previsiones para los próximos días, y en lo que nos afecta a nosotros, esta situación de bloqueo atmosférico, y por tanto de entrada continua de borrascas, lluvias y viento en el Norte peninsular, se prolongará al menos durante una semana más.

4 comentarios:

  1. Que tal Jesus!
    Por aquí la cosa también anda algo revuelta, llevo varios días sin entrar.
    Interesante como siempre este tipo de entradas. Recuerdo haber visto en algún sitio el listado con los nombres a futuros temporales, era muy curioso.
    Pues nada, un saludo y hasta la próxima!
    Ah, y feliz 2016!

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    1. Muchas gracias Fran. Feliz 2016 para Carmen y para ti también. Un abrazo,

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  2. Muy interesante el texto, Jesús. Hace unos días publicaron en El Mundo un artículo sobre El Niño y su posible influencia global. Me gustaría saber tu opinión.

    http://www.elmundo.es/ciencia/2015/12/30/5683bd5bca474132088b4660.html


    Un abrazo y Feliz Año!

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    1. Hola Emilio,

      Interesante el artículo, aunque es una pena que se centre en los efectos del Niño principalmente en los Estados Unidos (está basado en una nota de prensa de la NASA, por lo que es entendible). Parece que existe un consenso científico en que el Niño de este año será especialmente fuerte, similar al del año 1997, y evidentemente sus efectos se dejarán notar en todo el planeta: la atmósfera es lo que tiene, no entiende de fronteras. No tengo conocimientos para afirmar que la situación de este otoño en España sea debida al Niño, pero la gran mayoría de los textos que he leído coinciden en relacionarlo. En nuestro caso los efectos creo que no resultan tan "evidentes" como en otras zonas del planeta, aunque la verdad es que la situación que se ha dado en otoño es anómala.

      En cuanto a lo ocurrido en el Ártico, resulta complicado relacionarlo directamente con el Niño, aunque posiblemente lo esté. La situación de bloqueo atmosférico es "relativamente frecuente". No llama la atención que ocurra, sino el que su intensidad haya sido tan grande.

      Un abrazo y feliz año.

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