He de reconocer que cuando vi por internet las imágenes de júbilo, los aplausos y los saltos de los representantes de los 195 países que acudieron a la COP21, me invadió una sensación una cierta desazón. Aquellos gestos me parecieron bastante artificiales, incluso excesivos, como si formasen parte de una obra de teatro en la que se estuviese representando "la salvación del planeta". Si hemos llegado a la situación en la que nos encontramos ahora, no ha sido por un accidente o porque haya ocurrido algo imprevisto, sino por la suma de cientos de decisiones equivocadas durante mucho tiempo. Es por ello por lo que me costó aceptar aquel comportamiento, y más cuando uno piensa en todos los ecosistemas que se han alterado por culpa del cambio climático y todas las vidas que ya se han perdido. No sólo no me gustó la reacción de los asistentes, sino también las declaraciones de muchos de los participantes. Por ejemplo, en el discurso de clausura, François Hollande comparaba lo acordado con algunas de las revoluciones que en el pasado tuvieron lugar en el país que preside: "Francia ha vivido una gran cantidad de revoluciones. Pero la de hoy, es la más bella y tranquila de esas revoluciones". O las del comisario Arias Cañete, que afirmaba: "tenemos que disfrutar de este momento histórico. Pero el trabajo duro no ha hecho más que empezar".
He dejado pasar un tiempo, entre el final de la cumbre y el momento en que escribo esta entrada, para asistir atento a los primeros días de esa "bella y tranquila" revolución. Y mi pregunta es: ¿qué ha pasado en estos días?. La respuesta: nada. Ya no se habla de la cumbre, de sus acuerdos, de lo que supondrá. Entiendo que aún puede ser pronto. Que se trata de un proyecto a muy largo plazo. Pero como ciudadanos necesitamos saber qué cosas tangibles se han acordado, más allá de compromisos y buenas intenciones. Cómo se va a trabajar en lograr esos compromisos. Esa revolución de la que se nos habla, y que se ha resumido en 39 páginas, ¿contiene realmente todo lo necesario para "salvar" a la Tierra?. Tras leer el documento, (que por cierto me ha supuesto un gran esfuerzo, ya que su redacción es bastante antipática), no me ha quedado nada claro. He tenido que acudir a otras fuentes "no oficiales" para enterarme realmente de lo firmado.
Independientemente del alcance de lo acordado, está claro que la cumbre de París ha de suponer un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Por primera vez parece existir unanimidad sobre la existencia de un proceso, el cambio climático, que hasta hace poco había sido mayoritariamente negado, y que supone un serio riesgo para el planeta y para todas las especies que en él habitan, entre ellas la nuestra. De hecho, tal y como afirmó tras la cumbre el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon, "por primera vez en la historia, todos los países del mundo se han comprometido a reducir sus emisiones, (...), y unirse a la causa común de luchar por el clima. Lo que antes era impensable ahora se ha vuelto imparable". Parece por tanto que existe un compromiso para reducir las emisiones y contener el aumento de la temperatura global del planeta, a finales de 2100, "muy por debajo" de los 2º C. Se marca además, y como una clara intención, la de "limitar ese aumento de temperatura a 1,5º C". Ese objetivo de 1,5º C supone lograr que las emisiones netas de carbono a la atmósfera (la diferencia entre lo que emitimos y lo que el planeta es capaz de absorber de modo natural) sean cero en el periodo 2060-2080.
De los acuerdos de la cumbre se deduce también que los países desarrollados, principalmente Estados Unidos y los que conforman la Unión Europea, se han comprometido a financiar la transición, que a escala global, se ha de emprender para lograr un futuro libre de combustibles fósiles (se habla del año 2050). También que los países en vías de desarrollo, y los más afectados por el cambio climático, recibirán ayudas económicas de los más ricos para reducir sus emisiones. Esta financiación vendrá desde el Fondo Global para el Clima, al que contribuirán todas las Naciones que han firmado el tratado de París. El compromiso es de dotar a ese fondo, y cada año desde 2020, con 100 mil millones de dólares.
Pero cuanto el tratado debería comenzar a entrar en detalles, es donde le falta definición. En todo el texto no existen referencias a acciones concretas que conduzcan hacia el logro de los objetivos marcados. De hecho, y a pesar del acuerdo, si no se mejoran los planes individuales presentados por 187 de los 195 países participantes (hubo 8 que llegaron a la cumbre sin plan), no será posible alcanzar el objetivo de contención de la temperatura, ya que se estima que aún ejecutándose todas las acciones que cada nación ha anunciado, la temperatura del planeta se elevará entre 2,5 y 3º C, muy lejos de ese objetivo ideal de los 1,5º C.
Otra de las carencias del acuerdo es que, si bien el tratado es vinculante, los objetivos nacionales y los compromisos de financiación, que serán los responsables de lograr los objetivos marcados, no lo son. ¿Qué supone esto?. El tratado deja que cada uno de los países firmantes desarrollen internamente las medidas y leyes necesarias para llevar a la práctica los acuerdos, por lo que su alcance, y la exigencia de su cumplimiento, pasa prácticamente a depender únicamente de ellos. De esta manera, si cualquier país presenta un plan insuficiente para lograr el objetivo global, o incumple las acciones marcadas por él mismo, no podrá ser sancionado. Si no existen sanciones de por medio, confiar sólo en el compromiso "responsable" de los mandatarios de cada uno de los 195 países firmantes, los actuales y los futuros, me parece verdaderamente complicado.
Sin embargo ha de haber espacio para la esperanza. El verdadero trabajo está ahora por desarrollar. En cada gobierno, en cada comunidad autónoma, en cada ayuntamiento. Y también por cada uno de nosotros. Estamos ante la oportunidad de un gran cambio. Tras algunas de las claves para lograr estos objetivos, como podrían ser la sustitución de los combustibles fósiles por otras fuentes de energía, poner freno a la deforestación, el reciclaje, el fin de la obsolescencia programada, el impulso de las energías renovables, ..., surgen múltiples oportunidades que se deberían saber aprovechar. Los acuerdos de la cumbre del clima nunca se deberían entender como una amenaza contra los intereses económicos de los países y de las grandes empresas, sino como una oportunidad para generar riqueza, pero una riqueza con el mínino impacto sobre el planeta, más justa, solidaria e igualitaria. Esa sí que sería una revolución que realmente estaría a la altura de anteriores.
Esperemos que el Tratado sea realmente un punto de inflexión y empecemos a concienciarnos como individuos y como paises de la necesidad urgente de cuidar un planeta que está cási en la UCI.Ójala se empiecen a ver medidas concretas enfocadas a tal fin.
ResponderEliminarUn gran artículo Jesús.
Que tal Jesús!
ResponderEliminarMuy buena e interesante entrada. Yo también creo que en cierto modo se han colgado demasiadas medallas. Desgraciadamente sigo percibiendo en nuestro día a día que nos queda mucho por hacer, aunque hemos adoptado importantes hábitos todavía siguen vigentes actitudes nocivas, tanto por parte de la ciudadanía como de algún ayuntamiento/administración.
Todavía no le he pegado un vistazo con tranquilidad al tratado (gracias por el enlace) pero si hay un detalle que me parece que es bastante significativo. Recuerdo haber leido en prensa algo relacionado con un cambio de terminos, al parecer tuvieron alguna disputa pues la palabra "shall" implica una obligación, mientras que "should" viene a resultar digamos menos vinculante, creo que al final optaron por este ultimo.
Desde luego las evidencias no pueden ser mas claras, el planeta esta enfermo y los sintomas los tenemos delante de nuestras narices.
Ojala reflexionemos y pongamos remedio.
Un saludo!
Hola Fran,
EliminarLeyendo el tratado, se ve que la redacción fue muy cuidada. Y efectivamente el matiz que tú apuntas, por lo que he leído, centró buena parte de las conversaciones. En cierto modo es lo que limita al tratado. Al parecer Estados Unidos fue el principal país que presionó para que el texto tuviese ese "sentido", se dice que para evitar injerencias externas en la política y decisiones del país. A ver que ocurre en los próximos meses-años.
Un saludo, y como siempre gracias por tus comentarios.
demasiada hipocresia, eles intentan quedar ben, mentres uns poucos tentamos loitar polo planeta. Pero aind aque saiba que as miñas accións son pequenas, non por iso vou deixar de loitar pola nosa terra e respetar o medio onde vivimos. Para min o paraiso esta en doniños,non preciso ir a hawai para estar no paraiso, grazas a deus de momento non se lles ocurriu plantarnos uns hoteis a pe de praia e espero que se iso sucede sexa cando eu xa non este aqui. Menos destruccion do medio e mais reciclaxe e mais conciencia polo noso medio. Nos so estamos de paso. Asi que temos o deber de conservar o medio. Cando vai ser a proxima recollida de lixo en doniños?
ResponderEliminarVéxote moi motivado Martín. A próxima limpeza será dentro de dous meses e medio. Un saúdo,
Eliminarsi, hai que facer cousas e concienciar mais a xente. Que de seguir asi o mar vai subir moito mais do que se preve, entre outros cambios
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