4.2.16

HISTORIAS. Cómo llegar del punto A al punto B.















Vengo de la tabla corta, así que una de las primeras cosas que descubrí del longboard fue que el modo de afrontar una ola es totalmente distinto a cuando estás sobre una tabla de 6 pies. Ni mejor ni peor, simplemente diferente. Con sus limitaciones y ventajas, proporcionadas sobre todo por la mayor longitud y volumen de la tabla.

Hace años me llamó la atención una frase que leí en una entrevista a Tyler Hatzikian, en la que afirmaba: "surfear con un longboard es parecido a una partida de ajedrez. Es más mental que con una tabla corta. Tienes opciones ilimitadas para elegir el lugar en el que girar para lograr la velocidad adecuada que necesitas para ir, con el menor esfuerzo, entre el punto A y B". En aquel momento no me sentí capacitado para opinar sobre ella, pero tras un tiempo alternando tabla corta y longboard, creo que no estoy de acuerdo.

El fin es el mismo. La mayoría de las veces resulta igual de exigente. Es cierto que los medios son diferentes. También la línea que sigues sobre la pared de la ola lo es. Pero el esfuerzo, la elegancia, la velocidad y el estilo, dependen en realidad de cada uno. La longitud de la tabla no creo que lo determine.

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