"Adoro ese generoso y fértil país [Siria] y a sus gentes sencillas, que saben reír y gozar de la vida, que son ociosas y alegres, que tienen dignidad, educación y un gran sentido del humor, y para quienes la muerte no es terrible. Inshallah, volveré, y las cosas que aprecio no habrán perecido en esta tierra ..."
-Agatha Christie, Ven y dime cómo vives, 1944
No solemos tratar en el blog temas que se separen muchos del mar, las olas, el surf, ... . Pero la situación del pueblo sirio, y nuestras colaboraciones puntuales con el proyecto PAMES, y ahora con Arte x Siria, obligan a que nos desviemos de nuestra habitual "línea editorial".
La guerra en Siria, que se prolonga desde hace ya cinco años, se ha convertido en uno de los conflictos más crueles que se recuerdan, no sólo por la situación en la que se encuentra la población que permanece en el país, en medio del fuego cruzado entre un bando caracterizado por su tiranía y crueldad, y otro temido por su intolerancia y barbarie. También por la situación a la que se han visto abocados los más de 3 millones de refugiados que han tenido que abandonar sus casas, en un viaje en el que algunos han encontrado la muerte y el horror de los que escapaban.
Independientemente de la terrible situación en el interior del país, y de las causas políticas y económicas que la han originado, y en la que los países occidentales tenemos buena parte de culpa, lo que realmente me avergüenza es la posición que ha adoptado la Unión Europea en la gestión de la avalancha humana que escapa del país. Una muestra de insolidaridad y egoísmo vergonzosa, que en mi opinión va en contra de todos los valores que el concepto "Europa" ha defendido a lo largo de la historia. La situación es tan dramática que muchos refugiados han tomado la decisión de regresar a su país, a sus casas, absolutamente desesperados, tras llegar a la conclusión de que vivir en las condiciones deplorables que se les ofrece en los campos de refugiados, es peor que regresar a sus casas y sobrevivir en medio del conflicto del que hace años escaparon.
Minimizada por la dramática situación de la población civil, en Siria se está viendo otra tragedia: la destrucción del patrimonio histórico del país, simplemente por la creencia de algunos de que destruyendo los monumentos del pasado, la historia se borrará. Esta destrucción, que se ha extendiendo por todo el país, llegó hace unos meses a Palmira, en donde algunos de sus edificios más emblemáticos, entre ellos el Templo de Bel, han sido destruidos por la barbarie y la intolerancia.
Ante esta situación, algunos de los miembros del proyecto PAMES, se han reunido en el colectivo Arte x Siria, con el objetivo, a través del arte y la cultura, de recaudar fondos para diferentes programadas y organizaciones que están dando apoyo a los refugiados. Ayer tuvo lugar la presentación del libro "Palmira. La reina del desierto", en el que hemos colaborado con la edición del vídeo que acompaña esta entrada. El libro reúne fotografías de Eloy Taboada y textos recopilados por Juan-Luis Montero Fenollós, y el importe íntegro de su venta irá destinado a la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio.
Más información sobre el libro y el proyecto Arte x Siria, pulsando AQUÍ.
Que tal Jesus!
ResponderEliminarAsistimos incrédulos a la posición de Europa, como bien dices resulta vergonzosa la forma en que se mira para otro lado. A veces tengo la sensación de que hemos perdido toda empatía y que ya no nos conmueve absolutamente nada. No recuerdo donde lei algo que me provoco repugnancia y odio a partes iguales, alguien afirmaba que ya estaba bien de mostrar a tanto niño en las fotos de los refugiados, que aquello era una forma de manipular a la opinión publica, así, tal cual...
No se, a veces miras a tu alrededor y te preguntas como hemos llegado hasta aquí.
Un saludo!