Por la mañana, condujimos hasta el Norte confiando en encontrar un lugar resguardado del viento en donde surfear antes de que éste subiese de verdad. Pero el que soplaba por la mañana ya era suficiente para que, y tras encañonarse en la ría, resultase complicado coger una ola, sobre todo aquellas que tenían un tamaño decente.
Por lo tarde, y precisamente escapando del viento, buscamos el abrigo de los árboles, y al menos allí, rodeados de pinos, por un momento pudimos olvidarnos de él.
Buenisimas fotos como de costumbre!!!
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