Creo que fue en 4º o en 5º de EGB cuando nuestro profesor nos encargó hacer un trabajo al que nos anunció "le dedicaréis todo el año". El tema era libre y la tarea sencilla: consistiría en recopilar y archivar información sobre un tema obtenida únicamente de los periódicos. No recuerdo exactamente en qué concluía el trabajo, pero sí que me imagino lo que nuestro profesor buscaba: que cogiésemos el hábito de dedicar un momento, cada día, a hojear el periódico, a leer, y que descubriésemos con ello una materia que despertase nuestro interés. Pero lo que realmente me llamó la atención de su propuesta fue una frase que nos dijo: "si a lo largo de vuestra vida profundizáis sobre un tema, podréis no sólo llegar a saber un montón, sino también a disfrutar con ello".
A la hora de elegir a qué dedicaría mi año dudé entre los lobos o la meteorología. Tras estar durante una semana informándome sobre los Canis Lopus, finalmente me decidí por el "tiempo". Fue así como durante varios meses me dediqué a recopilar noticias sobre este tema y a recortar, todos los días, los mapas de isobaras y previsiones que entonces se publicaban en el periódico. Los mapas se acompañaban con una tabla de temperaturas, máximas y mínimas, en distintas ciudades del mundo y me llamaba la atención la diferencia de valor entre distintos lugares, y cómo éstas variaban a lo largo del año. Recuerdo sobre todo mi asombro cuando las temperaturas eran de varios grados bajo cero. Cuando terminé el trabajo sinceramente no recuerdo a las conclusiones a las que llegué, pero me imagino que después de ver tantas veces mapas de presión, frentes, borrascas y anticiclones, y observar lo que después ocurría, debí asimilar alguno de los conceptos fundamentales sobre meteorología.
Después de aquello recuerdo un verano que tuve especial curiosidad por las temperaturas. Veraneaba en un pueblo de Burgos, y allí los contrastes entre el día y la noche eran impresionantes (o al menos a mí me lo parecían). Durante semanas me dediqué a apuntar las temperaturas a varias horas concretas. Algunos días, tanto por lo bajo como por lo alto, me sorprendían. Recuerdo que el récord por lo alto se situó en 36 grados. Todo terminó un día que se me olvidó el termómetro de mercurio al sol y la cápsula de cristal que alojaba al metal reventó de la presión.
Cuando años más tarde comencé a practicar primero windsurf, y después surf, poder utilizar algunas de las cosas que había aprendido para mi beneficio me pareció perfecto.
Años más tarde, ya en la carrera, a algunos de estos conocimientos, que en mi caso no tenían ningún tipo de base científica, se le acabaron poniendo nombres y dándoseles una explicación teórica-matemática. Sin embargo siempre me he quedado con la sensación de que esa translación a fórmulas resulta un tanto fría para explicar lo que realmente ocurre en la naturaleza. Esas fórmulas, que "dan forma" a conceptos generales, no son capaces de reproducir, en la mayoría de los casos, los efectos locales que acaban siendo fundamentales en lo que finalmente ocurre, y que en ocasiones la "sabiduría popular local" si ha sabido traducir en dichos y reglas. De hecho creo que existe una gran distancia entre aquellas explicaciones teóricas, fuera del alcance de casi todo el mundo, y una realidad más sencilla, casi intuitiva.
Con el objetivo de hacer accesibles muchos de esos conceptos, y partiendo de que para nada soy un experto, me decidí hace tiempo a explicar en el blog algunos de los parámetros generales que manejamos como surfistas. Hasta ahora han sido unas cuantas entradas dedicadas a estos temas, y en el futuro lo serán más. Me da pena que muchas de ellas queden olvidadas entre todo lo publicado, así que me he animado a recopilarlas en esta entrada a modo de índice, para que cualquiera pueda volver a ellas cuando le apetezca o le surja alguna duda.
Este sería el índice:
La espuma
Las mareas
Set up-set down
Consistencia vs constancia
Altura de ola vs periodo
Difracción y reflexión
Oleaje. Creación, propagación y rotura
El tsunami de 1755
Las freak waves
La ola más grande
Algo se mueve
Dinámica, arena y dunas en Las Landas
Algo se mueve
El periodo (parte 1, parte 2 y parte 3)
Un mar no siempre azul
No fue una ola
La onda larga, esa gran desconocida
Olor a mar
El origen del agua
Las mareas (parte 1, parte 2 y parte 3)
La edad del agua
El cambio climático
Relatos de temporales: Embarcados en el tren de borrascas (11/02/14) Hércules (06/01/14) La ola más grande de Hércules (09/01/14) Nadja (01/02/14) Nadja (02/02/14) Las diferencias entre Hércules y Nadja (03/02/14) Petra (07/02/14) Ruth (09/02/14) Cristina (03/03/14) Cristina (04/03/2014) Frank (02/01/16) Hércules 2 años después (16/01/16) Un pequeño Hércules de camino (07/02/16) Imogen (09/02/16) Jake (15/02/16) La borrasca de la que aún no sé su nombre (Kurt) (03/02/17) El secreto de Kurt (05/02/17)
Actualizado el 23 de octubre de 2017
Que tal Jesús!
ResponderEliminarNo sabes lo que te agradezco toda esta información tan bien explicada. Debería de ser algo a lo que prestásemos mas atención (reconozco mi ignorancia al respecto...) para todos aquellos aquellos que nos movemos en este medio.
Lo dicho, gracias por el trabajo, un saludo!
Gracias a ti Fran por seguir el blog y comentar !!!
EliminarAlgo debe tener la meteorología que engancha! La parte que más me gusta de las noticias es precisamente la del tiempo. Y al fin y al cabo todos vivimos pendientes de él: de si hará sol o lluvia, de si habrá olas, de los periodos... Hace poco que te leo y veo que tengo trabajo pendiente para ponerme al día.
ResponderEliminarHasta pronto!
Muchas gracias Gemma, espero que esta entrada te ayude a bucear por el blog. Un saludo,
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