Pocas veces uno tiene la oportunidad de ver surfear a los mejores del mundo. Por eso no basta con que las condiciones del mar sean buenas, se espera que sean excelentes. Y en La Graviere es posible. A lo largo de la historia del Pro France, se han dado en esta playa momentos irrepetibles como la final entre los hermanos Irons en 2004, la victoria en los últimos segundos de un joven Jeremy Flores, tras salir de un tubo imposible, sobre Mick Fanning en 2005, el 10 de Kelly en las semifinales de 2010, o la manga de ese año entre Owen Wright y Dan Ross en la que se rompieron 4 tablas. Pero la edición de 2017 no pasará a la historia por nada en particular (o al menos eso es lo que a mí me parece), salvo por el duelo entre John John Florence y Gabriel Medina, que posiblemente será clave en la resolución del título mundial dentro de una semanas en Pipe.
Me gustó más John John, aunque ganó Medina. El de John John me pareció un surf más inspirador y visual. El de Medina más práctico y efectivo. En su manga de cuartos, contra Joel Parkinson, Medina rompió 2 tablas. Iba a por todas, y eso que Parkinson prácticamente no le dio guerra (el 90% de la maga estuvo esperando a una serie que nunca llegó). Florence lo tuvo más complicado con Fanning, quien se lanzó a los aéreos intentando igualar al hawaiano.
Me gustó más John John, aunque ganó Medina. El de John John me pareció un surf más inspirador y visual. El de Medina más práctico y efectivo. En su manga de cuartos, contra Joel Parkinson, Medina rompió 2 tablas. Iba a por todas, y eso que Parkinson prácticamente no le dio guerra (el 90% de la maga estuvo esperando a una serie que nunca llegó). Florence lo tuvo más complicado con Fanning, quien se lanzó a los aéreos intentando igualar al hawaiano.
En semifinales ambos se fueron sucediendo en la cabeza de la manga. Mucha gente confundía el marcador que indicaba las preferencias con una señal que marcase quien iba por delante, por lo que cada ola, y cada nota, era entendida por muchos como una especie de carrera hacia puntuaciones más altas y un final vertiginoso. John John casi lo consiguió. Lo hubiese logrado si hubiese aterrizado el aéreo de su penúltima ola.
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