6.3.09

VIAJES. Un mundo por descubrir. Marruecos.

Chiringuito local. Marruecos. 1983.

MARRUECOS

Desde principios de los setenta, y tal vez por formar parte de otro continente, Marruecos ha alimentado la imaginación de los surfistas europeos. Marruecos, cuyo nombre procede del árabe Magheb-el-aka (“el lejano oeste”), fue siempre un cruce de civilizaciones, casi una cremallera entre dos continentes y culturas diferentes: aquí es donde se acaba Europa y comienza África. Su costa tuvo siempre un papel muy importante para las antiguas culturas mediterráneas, así como para las naciones del Sur de Europa de la Edad Moderna que se dedicaron a la exploración del Océano Atlántico hasta el siglo XIX.

Mientras los frentes fríos del Atlántico Norte atacan Europa, con vientos muy fuertes y bajas temperaturas del agua, Marruecos recibe sólo mar de fondo con un periodo muy elevado, buenas temperaturas y sol sobretodo entre octubre y abril. Marruecos posee una increíble diversidad geológica, con bahías, playas y cabos, bañados por aguas que rondan los 18ºC incluso en el día más frío del invierno, siendo para los surfers Europeos lo que es Baja California para los Americanos. La variedad de surf en Marruecos es enorme. Americanos y australianos fueron los primeros que llevaron el surf a Marruecos en 1970. Marruecos, con sus 1.835 kilómetros de costa abierta hacia el océano, ofrece al surfista una variedad enorme de oportunidades. En su lado Atlántico fondos de piedra se alternan con playas de arena, dando origen a una gran variedad de olas, desde los normales beach breaks hasta reef breaks y point breaks de clase mundial que regalan olas excelentes en todas las temporadas.

Descansando en la carretera antes de dejar Galicia. 1983

En el año 1983 los ferrolanos Juan Chedas y Ramón Cobelo emprenden el viaje de surf que se puede considerar como más exótico de los realizados en los ochenta por los surfistas gallegos. Al igual que otros jóvenes australianos y americanos que en los sesenta y setenta se lanzaron a correr el mundo en busca de nuevas olas que surfear, Juan y Ramón, a bordo de un Jeep recién comprado, recorrieron la ruta que separa Ferrol de Casablanca en un viaje de casi tres meses de duración.

El Jeep recién comprado por Juan fue fundamental en la elección del destino, ya que Marruecos se presentaba en su imaginario como el lugar perfecto en el que probar su 4x4, cruzando pistas de tierra, dunas y playas inmensas.

Tras llegar a Ceuta, cruzaron el estrecho en ferry. La llegada a Marruecos fue como llegar a un mundo diferente.

Tras tres semanas en Marruecos ya no tenían dinero para poder emprender la vuelta por lo que Juan decide vender las dos tablas de surf que había llevado para así disponer del dinero necesario para repostar gasolina y la comida necesaria. Increíblemente Juan consiguió vender las tablas por un precio mayor al que las había comprado en Ferrol, lo que le permitió antes de regresar a Galicia pasar por el Pais Vasco y volver con una tabla nueva a Doniños.

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