Desde hace ya casi un año hay en los periódicos un tema recurrente: la crisis. El por qué de la crisis y cómo saldremos de ella. Hemos asistido ya a varias reuniones del G-20 en busca de soluciones. Mayor regulación de los mercados. El fin de los paraísos fiscales. Soluciones técnicas a una crisis provocada por el hombre y su avaricia desmedida.
Hemos sido testigos del bochornoso espectáculo de directivos que, impávidos, reciben un bonus millonario a cargo de la empresa que ellos mismos han llevado a la quiebra; de altos ejecutivos que se aseguran el blindaje de sus retribuciones mientras, sin que les tiemble el pulso, proceden a despedir a miles de trabajadores. Comportamientos que nos desvelan una falta de ética y moral total, y que nos descubren en realidad otro tipo de crisis: la falta de valores.
Seguramente saldremos de esta crisis financiera, pero mientras que nos sigan inculcando que nuestras metas en la vida y como personas han de pasar por ser más y los mejores, tener más y poseer más, volverán más crisis.
Hemos sido testigos del bochornoso espectáculo de directivos que, impávidos, reciben un bonus millonario a cargo de la empresa que ellos mismos han llevado a la quiebra; de altos ejecutivos que se aseguran el blindaje de sus retribuciones mientras, sin que les tiemble el pulso, proceden a despedir a miles de trabajadores. Comportamientos que nos desvelan una falta de ética y moral total, y que nos descubren en realidad otro tipo de crisis: la falta de valores.
Seguramente saldremos de esta crisis financiera, pero mientras que nos sigan inculcando que nuestras metas en la vida y como personas han de pasar por ser más y los mejores, tener más y poseer más, volverán más crisis.
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