The Walkmen, Four Provinces from bruno levy on Vimeo.
Buscando el otro día en Vimeo videos del grupo de música The Walkmen, encontré este clip. Por sus imágenes deduzco que debe de haber sido grabado en un país probablemente asiático, montañoso, puede que musulmán. Las imágenes tal vez sean de Siria, Irán, o incluso de Nepal o Afganistán. Al verlo me han venido inmediatamente a la mente las fotografías que Eloy Taboada viene realizando, desde hace al menos 5 años, en sus viajes a Siria como fotógrafo de la misión arqueológica hispano-siria de la Universidad de A Coruña en ese país, y de la que ya he hablado en alguna ocasión.
Tanto en dichas fotos como en este video, si algo llama la atención es la felicidad sincera de los niños, aunque su día a día debe estar muy alejado del estereotipo que en nuestra sociedad se tiene de ser feliz. En nuestro mundo “desarrollado” mucha gente cree que cuánto más se tiene más feliz sé es; y en esa tarea se afanan muchos padres: en dar a sus hijos todo aquello que piden o quieren. Sin embargo la realidad es que esa no es forma de educar, y lo único que dará lugar es a futuras personas insatisfechas por no poder conseguir, sin esfuerzo, todo aquello que desean.
Hace semanas en otros blogs se hablaba sobre el presente del surf gallego, y la perdida de una generación de buenos surfistas. En mi opinión la clave está en el párrafo anterior. Cuando nosotros empezamos, el surf, o en mi caso el windsurf, era sobre todo una aventura. Cada fin de semana teníamos que arreglárnoslas para poder ir a la playa. Durante meses teníamos que ahorrar para podernos comprar un traje o una tabla. Y sino conseguíamos el dinero, seguíamos metiéndonos al agua con el material que tuviésemos. No importaba lo roto o en el mal estado que estuviese. Nada nos paraba. Es más, creo todas esas dificultades no hacían más que aumentar nuestra ilusión.
Hoy sin embargo, cualquier chaval, sin apenas saber ponerse de pié, tiene al menos una tabla propia y un traje. Los padres los llevan, sino todos los días, los fines de semana a la playa, en donde los esperan pacientemente a que salgan del agua. Algunos hasta los ayudan a secarse, a cambiarse; les esperan con el bocadillo preparado.
Todas estas facilidades en mi opinión, no hacen más que borrar el ansia por surfear, por ir al agua. Ahora ya no requiere esfuerzo. Los chavales se han acostumbrado a que nada lo exija.
Creo que ahí está la clave, y desgraciadamente para nuestra sociedad, esta realidad es la explicación de otras muchas cosas que están pasando.
en vimeo pone que es de Kagbeni, Nepal
ResponderEliminarDesde luego que era una aventura....
ResponderEliminarInvierno de 1986, cuatro almas intrépidas se echan al mar en A Frouxeira en pleno mes de noviembre, con unos extraños artefactos flotantes, en bañador y con unos jerseys "amarras", muy de moda....... nace Toma Goma.
Todo ha cambiado Jesús, unos se adaptaron y otros, al final, fuimos incapaces. A unos les parece que ahora es mejor, y a nosotros evidentemente no.
Es primera visita a este tu blog, y creo que no será la última.
Un saludo.
Muchas gracias por el comentario Xabre. A ver si un día quedamos, también con Luis, y me contáis con calma los principios de Toma Goma y otras historias. Así además ya tengo disculpa para ver a Luis, que hará al menos dos años casi que no nos vemos.
ResponderEliminarUn saludo,
Jesús
Contratameeeeeeee !!!!!!!!!!
ResponderEliminarPor mi parte, no es la primera vez que te sigo pero soy poco amigo de comentar cuando lo escrito ya me lo dice todo.
Un saludiño y trasladaselo también a Miguel.
Nos vemos cuando quieras y nos tomamos algo ó mejor aún, nos hacemos unos choricillos ó algo a la brasa y nos contamos cuentos tras el fuego.
Hola Luis. ¡Qué sepas que te tengo reservado un libro de Pantín desde hace un año por lo menos! Quedamos cuando quieras. Ya os he visto tras los instrumentos.
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