31.7.10

SURFISTAS. Gonzalo Viana.



Hércules acompañó a Jasón en su viaje a Colquide. El objetivo del viaje era conquistar el vellocino de oro. Sin embargo Hércules no terminó el periplo, ya que en medio de la travesía, desembarcó en una isla a buscar a su amigo Hilas. Jasón prosiguió su ruta.



La historia del surf está llena de referencias de personas que encontraron en este deporte el vehículo para dar salida a su espíritu libre y al deseo de vivir en contacto con la naturaleza, alejados de las obligaciones que la sociedad nos impone. Esta gente solía caracterizarse en muchas ocasiones por poseer una gran creatividad, que plasmaban en pintura, música, ... . Gonzalo Viana encontró en la escultura su modo de expresión, y aunque su obra final creo que no fue muy extensa, afortunadamente algunas de ellas descansan en lugares públicos, como es el caso de la escultura "Hércules en la nave de los argonautas", que se puede disfrutar en el parque escultórico de A Torre, en A Coruña.

La escultura, realizada a partir de 4 grandes bloques de granito, fue tallada por Gonzalo en A Guarda y transportada hasta A Coruña por carretera. Su peso es de 20 toneladas. La escultura representa a Hércules solo, arrodillado en la nave, navegando rumbo a Brigantium.


Playa de Bastiaguiero. 1977. De izquierda a derecha: Antón Camarero, Miguel Camarero, Gonzalo Viana, Félix Cueto y Carlos Coira.

Miguel Camarero y Gonzalo Viana, introducidos por Félix Cueto, se cree que fueron los primeros gallegos en surfear en Galicia allá por el año 1969. Así recuerda Miguel aquellos inicios junto a Gonzalo:


"Antes de comenzar con el surf, ya teníamos una gran pasión por el mar, y en parte, antes de subirnos por primera vez a una tabla, ya habíamos vivido la “sensación”. Nos habíamos deslizado en las olas con botes de remos, colchones, nadando, con un cayuco traído de Guinea por un tío marino, con un extraño artilugio con vela latina precursor del windsurf, y hasta con una pesada “anduriña” que tenía Gonzalo Viana.

A través de un ejemplar de la revista “Mecánica Popular”, tuvimos noticia de que las tablas de surf se construían con madera de balsa. Sin embargo para nosotros aquel material, el único con el que pensábamos que se podían construir las tablas de surf, era algo completamente exótico y no accesible, lo que nos alejaba de cualquier posibilidad de acceder al deseado artilugio.

Estábamos en la década de los 60 y no sé de qué forma, un disco LP del grupo de música surf instrumental “The Astronauts” cayó en nuestras manos; música con muchísimo ritmo y que describía en sus letras el surf; también otros de los Beach Boys; o alguna película con escenas sueltas o segundos planos en los que se veían surfistas. Todas estas visiones nos daban noticia de un mundo que para nosotros era deseado pero inalcanzable... . No había tablas y no nos imaginábamos cómo conseguirlas. Entre las películas de la época recuerdo especialmente “La Playa”, pues pudimos verla como unas 10 veces: en ella un actor secundario se ponía ciego de correr olas y caminar sobre un tablón en una maravillosa playa californiana, que resultó ser, cómo no, Malibú. Otra de la época con surf de fondo, al menos durante un par de intensísimos minutos, y en la misma playa, fue “500 millas”, protagonizada por Paul Newman. Era muy poco, pero suficiente para hacer germinar y crecer nuestras ansias por practicar aquel deporte.

Con esta frustración transcurrió el tiempo y pasaron los sesenta, hasta que un día, seguramente en la primavera del año 1969, y creo que en la playa del Orzán, vimos a un tipo con una tabla naranja que corría las olas con tanta elegancia como el “artista” de “La Playa”. Es curioso que en mi memoria no queda de aquellos días más que el impacto de la visión del surfista, que era Félix Cueto, y ni rastro de la forma en que se inició una estupenda amistad".

Gonzalo murió en 1997.

1 comentario:

  1. A partir de ahora miraré esa escultura con otros ojos.

    Gracias por la historia Jesús.

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