23.1.12

HISTORIAS. El transporte.



A principios de los setenta, una de las principales dificultades con la que se encontraron los primeros surfistas gallegos era la de desplazarse con sus tablas hasta las playas para coger olas.

En aquellos días no se gozaba del numeroso parque automovilístico que tenemos hoy, por lo que era muy común, al igual que ocurría con las tablas, que entre varios se compartiese la propiedad, o el derecho al uso, de un coche. Lo habitual por tanto, en un día de verano, era que pocos fueran los coches disponibles y muchos los que quisiesen ir a surfear. Y nadie quería quedarse sin ir a la playa.

Los automóviles de aquellos años no eran además tan grandes y espaciosos como los de hoy, por lo que ante la falta de espacio en el interior, no quedaba otra opción que la de colocar las tablas sobre las bacas o el techo del coche, atadas como se podía con cuerdas y pulpos, mientras que los viajeros, desafiando las indicaciones del fabricante y la potencia de los motores, se colocaban dentro tan apretados como se pudiese.

Muchas veces el número de tablas que se colocaban sobre las bacas rozaba la temeridad, tanto por su volumen como por su peso, pero no había otra manera de hacerlo. Ello provocaba sin embargo que en muchas ocasiones hubiese accidentes y que fuese frecuente que las tablas saliesen volando al romperse o soltarse algún pulpo. Así lo recuerda Carlos Bremón:  “A veces nos llegábamos a meter hasta seis personas en el Seat 127 que teníamos. Íbamos literalmente tumbados en el suelo del coche para caber. Recuerdo un día que puse la tabla encima del coche y poco después la vi, sin funda claro, correr por el adoquinado adelante. Pero eran tablas duras. A aquella no le pasó nada. Otras veces no tuve tanta suerte. Recuerdo otra ocasión en la que me olvidé de atar de nuevo la tabla, y vi horrorizado pasar dos coches por encima de mi preciosa Roger Cooper traída de Inglaterra, y ¡qué había comprado hacia sólo quince días!

Las fundas supusieron por tanto un estimable adelanto, aunque sólo fuese para mejorar la vida media de las tablas. Enseguida se comprobó que sobre todo durante los viajes, las tablas sufrían numerosos golpes, tanto al colocarlas sobre las bacas, como al asegurarlas con los pulpos. Estos golpes se convertían en el mar en entradas de agua, que hacían que las tablas, además de coger peso rápidamente, se fragilizasen y rompiesen. La mayor durabilidad de las tablas protegidas con fundas hizo que éstas se convirtiesen casi en una necesidad. Las primeras fundas eran totalmente caseras, muchas cosidas por los propios surfistas. En los ochenta causaron furor las fundas que Gusse Núñez traía a la playa, fabricadas con tela de saca de Correos, en donde Gusse trabajaba, y que según él, eran del mejor y más resistente tejido que existía. Con esta tela, que era bastante impermeable, se empezaron también a fabricar las primeras bolsas para llevar los trajes de neopreno


Cuando no se lograba plaza en alguno de los coches disponibles, dos eran las alternativas: los buses de línea, cuyos conductores no siempre recibían de buen agrado un equipaje tan voluminoso como las tablas, y el auto-stop, un procedimiento bastante habitual para viajar en la España de los setenta. Sin embargo este medio tenía una dificultad añadida: en la gran mayoría de las ocasiones los coches que paraban no disponían de bacas, por lo que a falta de éstas, y con la idea de entrar en el coche el número máximo de viajeros posible, lo habitual era llevar las tablas abrazadas entre varios por fuera de las ventanillas. Muchos conductores no se daban cuenta del berenjenal en que se metían cuando, amables, paraban a unos individuos cargados con unos extraños artilugios. Sin duda el haber dado con buena gente, y la curiosidad que despertaban los surfistas, fue de gran ayuda y una gran aliada en aquellos primeros viajes.


2 comentarios:

  1. Como pasa el tiempo, a mi esa epoca me pillo de pleno, todavia no disfrutaba de la tabla pero si recuerdo el ir literalmente como en una lata de sardinas en aquellos calderos...jeje
    Saludos!

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  2. esa foto, me gusta, y la historia mitica!
    saludos

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