29.2.12

HISTORIAS. Día Extra.



Si a cualquier persona le preguntas cuántos días tiene el año, la gran mayoría te responderá sin dudarlo que 365. Se puede decir por tanto que el día de hoy es algo así como una especie de anomalía temporal sobre lo establecido, un día extra que se nos regala cada cuatro años para poder disfrutar.

Y como todo, la existencia de este día tiene una justificación lógica. La tierra tarda en completar su rotación alrededor del sol, 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,253 segundos. Esta es la duración del año astronómico, que por unas horas es más largo que el año estacional común. De manera que si cada 4 años el año dura 366 días, es para lograr sincronizar los denominados años astronómico y estacional. De no hacerlo, desaparecía la vinculación establecida entre los meses del año y las estaciones, rompiéndose la relación entre el calendario y los ciclos normales de la naturaleza.

Esta descoordinación temporal fue descubierta en el año 200 d.C. por un monje turco llamado Dionisio "el pequeño" que halló la diferencia entre el año juliano y la realidad. De no modificarse el calendario juliano, establecido en el año 46 a.C., determinó que en un periodo de entre 500 a 600 años, el solsticio de verano se produciría en invierno, y viceversa. Fue así como se establecieron los años bisiestos cada 4 años.

Hasta 1582 la corrección se efectuaba el día 24 de febrero, repitiéndose este día. Ese año el papa Gregorio XIII, asesorado por el astrónomo Christopher Clavius, promulgó la bula Inter gravisimas, en la que se establecía un nuevo calendario, el gregoriano, con las siguientes novedades:
  • se eliminaban 3 años bisiestos cada 400 años.
  • en el calendario de ese año se saltó del 4 al 15 de octubre con objeto de corregir el desfase que se había ido acumulando.
  • la corrección en los años bisiestos se pasaba a efectuar sumando un día adicional a final del mes de febrero, en lugar de repetir el día 24.
Y del mismo modo que todo tiene una explicación lógica, en el caso de los años bisiestos existen también sus curiosidades históricas.

Evidentemente el nuevo calendario gregoriano no fue adoptado inmediatamente por todos los países. Por ejemplo Suecia no lo hizo hasta el año 1753. Antes, en el 1700 hizo una adaptación un tanto chapucera que motivó que en 1712 hubiese que añadir al mes de febrero un día adicional a mayores del 29, y habiendo por primera vez en la historia un 30 de febrero.

También en la Unión Soviética hicieron de las suyas. En 1929 se estableció un calendario, llamado "revolucionario", por el cual todos los meses del año pasaban a tener 30 días, de modo que los 5 o 6 días que faltaban para completar el año astronómico se establecieron como festivos sin pertenecer a ningún mes. Sin embargo en 1932 se volvió a la normalidad.

Contada la historia, y para terminar unas fotos, de este día, que dado el buen tiempo, ha sido extra de verdad.











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