HISTORIAS. El balance.

Terminada la limpieza, es momento de hacer balance. 

Acostumbrados a ser pocos, o más bien muy pocos, superar este año las dos docenas de participantes se puede calificar como de todo un éxito.

Por otro lado, la playa estaba más limpia que de costumbre, y no porque la situación del planeta haya mejorado. Este invierno se ha caracterizado por haber pocos temporales, y el hecho de llevar casi ya dos meses con vientos predominantes del nordeste, ha supuesto que el volumen de residuos sea inferior al habitual. Así que la zona que nos propusimos limpiar la dejamos casi reluciente.  Sin embargo, y a pesar de ser más, nos cansamos de recoger sobre todo plásticos, en todas las formas, colores y tamaños posibles. Inevitablemente el plástico nos rodea por todos los lados, y da un cierto vértigo pensar en las toneladas de objetos de este material que se encuentran flotando en los océanos, esperando simplemente a un temporal, o un cambio de la dirección del viento, para varar en nuestras playas. 

Retirados unos cuantos kilos de basura, el objetivo último de la campaña, y por tanto también de esta entrada, es el de sensibilizarnos sobre una situación global que sólo puede cambiar si cada uno de nosotros, individualmente, sigue y trasmite unas pautas sencillas, que no dejan de ser una muestra de respeto hacia los demás y nosotros mismos: este mundo, que nos ha tocado compartir, necesita de todos nosotros para que los equilibrios establecidos se sigan manteniendo. Como nos demuestra el trabajo realizado esta mañana, queda aún mucho por hacer.

Pronto más fotos.