Fue un baño corto. La verdad es que tenía que haber bajado antes, pero acababa de subir de la playa y no me imaginé que la marea se pusiese bien tan pronto. Al menos me dio tiempo a coger dos de las buenas antes de que entrase la corriente, y fastidiase la ola.
Cuando salíamos del agua nos cruzamos con Ángel y Pablo que iban al agua. Aunque apenas quedaba luz, y tras cambiarme, me quedé a hacerles algunas fotos, esperando a la luz buena de después de la puesta. Sin embargo unas inoportunas nubes lo oscurecieron todo.
Cuando ya estaba a punto de irme un señor pasó por delante de mí con su perro. El perro me ladró. Me imaginé que sería por resultarle extraño al tener la capucha puesta y la cámara. El señor se dirigió hablando hacia mí pero, con el ruido del viento no le lograba entender, así que me acerqué cinco o seis pasos.
-¡¡Tienes un jabalí a dos metros de ti!!.
Me giré y efectivamente allí estaba, en el mismo lugar en el que estaba sacando las fotos y mirando al mar como yo.
Intenté enfocarlo con la cámara pero salió corriendo.
Fui detrás de él, pero cuando lo volví a ver ya estaba demasiado lejos como para poder fotografiarlo con nitidez. Tras darse unas vueltas por las dunas, se dirigió hacia el lago y se perdió entre la maleza.
¡Coño, un jabalí! Aquí lo más que tenemos en las playas son toros.
ResponderEliminarLas fotos movidas dan dramatismo y tensión a la escena. Mejor así.
La pena fue que alguien no nos hiciese una foto al jabalí y a mi mirando los dos el mar. El señor comentó que me estuvo oliendo, y yo sin enterarme. La verdad es que mejor así, porque me llego a girar y verlo tan cerca, y me hubiese llevado un susto de muerte!!!
Eliminar¡Que bueno! Pues a mi las fotos me estaban recordando a esos supuestos avistamiento del famoso Big Foot... Esta demostrado, siempre es bueno tener la camara cerca, un saludo!
ResponderEliminarjijijijijijiji :P
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Víctor, buenas imágenes. Tiene que imponer verlo de cerca, a mí nunca me ha pasado y me gustaría, claro que el susto tiene que ser importante. Salu2.
ResponderEliminarAntes los había visto de cerca, pero no con tanta luz y sin una valla de por medio. Por la noche muchas veces vienen hasta casa, y no es ya la primera vez que los tenemos que espantar tirándoles piedras ante su actitud un tanto violenta, con bufidos y otros ruidos. Creo que en la oscuridad parecen aún más grandes. De todos modos encontrártelo de frente impone, aunque éste estaba en plan pacífico.
EliminarDisfrutando de las olas, como tú...
ResponderEliminarala!!! valla tela!!!
ResponderEliminarIgual que a Carol que lo tuvo durante unos segundos mirándole y casi en el mismo lugar. Cuando gritó, salió corriendo a cien por hora. No sabía que corrían tanto! Imposible escapar de ellos si van a por ti.
ResponderEliminarEloy