Los actos de conmemoración del 25 aniversario del Pantín Classic ya están en marcha, y para empezar la organización y Cabreiroa han reunido a 3 de los 4 finalistas de la primera edición con la idea de rememorar el campeonato de 1988. La cita será en el Aquarium de A Coruña este miércoles, día 22 de agosto, a las 12 de la mañana, y en ella los protagonistas repasarán cómo llegaron y cómo fue aquella final.
Y es que aquella manga final, gracias a la distinta procedencia de sus protagonistas, escenificó el pasado, presentó el presente y predijo parte del futuro del surf gallego y del campeonato.
Fernando Adarraga y Balbi Irisarri (con lycras azul y amarilla respectivamente) eran las dos máximas figuras, junto con Chicho Torreiro, del surf gallego a finales de los ochenta. Fernando representaba a la Galicia Norte, y Balbi a la Galicia Sur, las dos comunidades que habían protagonizado los orígenes del surf en Galicia. Ambos, además, colaborarían después en varias ediciones del campeonato como miembros de la organización (difícil de olvidar la retransmisión en directo del campeonato en la TVG con Fernando como comentarista).
Jorge Imbert (con lycra roja) llegaba a Pantín de rebote, pero como máxima figura del surf nacional tras ganar durante varios años seguidos el campeonato de España. Seguro que él no se imaginaba aquel día el papel que, en poco tiempo, jugaría en el desarrollo del campeonato gracias a la relación de patrocinio que el Océano Surf Club alcanzó con Quiksilver, y que se prolongó entre los años 1991 y 1997, y durante la cual el Pantín Classic pasó a formar parte del circuito mundial.
Y por último Roberto Ziller, el brasileño de la lycra verde. Roberto representaba la dimensión internacional que al año siguiente alcanzaría el evento gracias a la participación de los primeros surfistas profesionales venidos de Sudáfrica, Australia o Estados Unidos. Él no era surfista profesional. Estaba de vacaciones con su familia en Pantín, en donde entró en contacto con los surfistas locales, e hizo amistad con la familia de Vicente Irisarri, quien le convenció para que participase en el campeonato tras una churrascada en Doniños y mientras disfrutaban de una ricas tostadas untadas con yogur y moras.
Que tal Jesus!
ResponderEliminarInteresante, siempre aprendo algo nuevo con mis visitas por aqui, un saludo!
Un libro abierto este blog.
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