Una de las actividades principales del Festival es el campeonato de longboard.
He de reconocer sin embargo que no me enteré ni de la sucesión de mangas ni de quién fue finalmente el vencedor. Por lo que percibí el verdadero interés del Festival no encontraba en la competición, de modo que la gran mayoría de la gente estaba más centrada en coger olas, en charlar, o en disfrutar del día de playa, que de los numerosos hang-five con estilo que se pudieron ver.
Además en cualquiera de los picos parecía ofrecerse un espectáculo casi similar, aunque con más gente, lo que aumentaba la posibilidad de ver olas múltiples, abordajes, y todo tipo de maniobras.
Tal vez se echó en falta una megafonía que centrase la atención en la prueba y que se escuchase algo más allá del podium de jueces; pero tal vez, lo bajo del volumen, fuese algo premeditado para que el ruido de la competición no molestase al resto de actividades.
Además en cualquiera de los picos parecía ofrecerse un espectáculo casi similar, aunque con más gente, lo que aumentaba la posibilidad de ver olas múltiples, abordajes, y todo tipo de maniobras.
Tal vez se echó en falta una megafonía que centrase la atención en la prueba y que se escuchase algo más allá del podium de jueces; pero tal vez, lo bajo del volumen, fuese algo premeditado para que el ruido de la competición no molestase al resto de actividades.
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