Hasta el sábado pasado nunca había estado antes en la playa de Patos. Sin embargo, y me imagino por las fotografías y vídeos vistos, y también por todo lo que había escuchado sobre la playa y sus olas, cuando llegué me pareció estar en un lugar ya conocido. Todo estaba en su sitio, tal cual lo había imaginado. Faltaban las olas, pero eso quedará para otra ocasión.
Fui hasta Nigrán por un doble motivo. Había quedado primero con Román, quien ya había terminado una nueva Iron Mountain. Un 9,2'', de color gris, preparado para surcar las olas de Doniños. Quedamos frente al pico, y allí hicimos las presentaciones. Próximamente hablaré de la tabla, pero he de decir que el resultado final me ha encantado. Dado mi desconocimiento en shape, me puse en sus manos, y Román supo interpretar perfectamente lo que esperaba. Ahora a ver que tal se comporta en el agua, pero por su volumen, tiene pinta que no habrá ola que se le resista, por muy pequeña que sea ésta.
Tras hablar de todo un poco, y antes de la segunda de mis citas, seguí la recomendación de Román de subir hasta Monteferro, el lugar del que, de algún modo, había salido mi nueva tabla. Las vistas desde el alto son magníficas. En una costa en la que la mano del hombre está tan presente, poder disfrutar de un tramo en el que lo que impere sea la naturaleza, es algo a cuidar y conservar.
Tras hablar de todo un poco, y antes de la segunda de mis citas, seguí la recomendación de Román de subir hasta Monteferro, el lugar del que, de algún modo, había salido mi nueva tabla. Las vistas desde el alto son magníficas. En una costa en la que la mano del hombre está tan presente, poder disfrutar de un tramo en el que lo que impere sea la naturaleza, es algo a cuidar y conservar.
Tras mi visita a Monteferro, quedé con Vicente en el parking de la playa. Cuando nos encontramos la verdad es que me hizo ilusión cuando me dijo que nuestro encuentro le recordaba a la primera vez que Rufino y Tito habían bajado hasta Patos a coger olas. Al igual que a mí, se los había encontrado más o menos sentados en el mismo sitio, y mirando al mar. O más que al mar a las Cies, que a falta de olas, dominaban el paisaje.
Tras los saludos fuimos hasta la casa de la familia Irisarri. Nos íbamos a encontrar por segunda vez, en menos de un año, para repasar los orígenes del surf en el sur de Galicia. Además de Jose, Alberto, Suso, Vicente, Nacho Montenegro, Nicolás Pita y Ángeles Vega, a la reunión se unieron Balbi Irisarri y Victor Montenegro, que no habían podido asistir al encuentro anterior. La conversación fue de lo más interesante. Es todo un placer echar con ellos la vista atrás. Recordar anécdotas, escuchar historias, discutir sobre fechas, repasar fotografías, ..., y recoger su testimonio que es parte fundamental de nuestra historia como surfistas.
Que bonitas fotos!!! :)
ResponderEliminarQue tal Jesus!
ResponderEliminarLas vistas me resultan familiares...jeje Ya vi en el blog de Roman lo de tu encargo, siento que no encontrases condiciones pero me alegro de que estuvieses en buena compañia.
Un saludo!