25.5.13

HISTORIAS. En busca de la ola episónica.



Con el paso del tiempo uno va asimilando nombres, fechas, datos, ..., que sin saber muy bien cómo pasan a formar parte de nuestros conocimientos y recuerdos. Muchos de estos conocimientos se adquieren de modo inconsciente, lo que lleva a que en ocasiones la imagen mental que uno tiene de un hecho o un personaje, tenga poco o nada que ver con la realidad.

Algo así me pasaba con Miki Dora hasta hace bien poco. Evidentemente no recuerdo la primera vez que me hablaron o leí algo sobre él, pero la imagen que durante mucho tiempo tuve en mi mente era la de un personaje que se encontraba en el límite entre lo real y lo irreal. ¿Realmente había existido? ¿Era cierto todo lo que se contaba sobre él? ¿Su aventuras eran reales o una ilusión? ¿Hasta que punto el mito había superado a la persona?

Así que poder contar con un libro como "Todo por un puñado de olas perfectas", escrito por David Rensin, y editado en castellano por The Fishbone Project, es toda una suerte para poder dar luz a la personalidad de unos de los personajes más icónicos de la historia del surf.

Porque Dora, y su vida, no son fáciles de contar. Pocas veces en una persona se dan tantas personalidades y actitudes contradictorias: ¿Héroe? ¿Villano? "El Rey de Malibú", "El Caballero Negro", "Da Cat", "El Gitano de Malibú", ..., muchos fueron los nombres con los que se le conocía, y que mostraban las opiniones enfrentadas que sus acciones tenían en los demás:

"Miki tenía el aspecto y el encanto de Cary Grant, el espíritu indomable de Steve McQueen y algo de Dillinger. Era una persona hipnótica. Si se fijaba en ti estabas perdido. Te poseía de manera inevitable".

"Miki era como un chimpancé subido a una moto y armado con una escopeta. Mejor no cruzarte con él".

"Dora era una especie de Kerouac en bañador, el compañero de Jack Nicholson en "Alguien voló sobre el nido del cuco". Un hombre salvaje, subversivo e incansable".

"Son los iconos americanos del siglo XX los que deberían compararse con Dora, y no al revés. Dora era totalmente original. Todos los genios suelen tener un mentor, pero no es el caso de Dora. Sería más apropiado compararle con los últimos grandes jefes indios, que no se resignaron a arrodillarse ante las imparables fuerzas que los arrinconaban en sus reservas. Él fue el que llegó más allá. Fue único".

"Es curioso ver cómo la cultura popular coge a un gilipollas de la playa, a un holgazán rebelde, y lo convierte en un héroe sólo por haber viajado durante mucho tiempo".

"Dora era mezcla de Sid Vicius y Cary Grant en bermudas".

"En el circo del surf, había podido interpretar todos los papeles: jefe de pista, funambulista, trapecista, y por supuesto, payaso".

"Un gran surfista es aquel que tiene valor, técnica, estilo, coraje, y hace que las cosas parezcan fáciles ..., es aquel que tiene habilidades innatas, un espíritu aventurero ..., pero además ha de tener una sensibilidad artística, una intuición empática. Su relación con el mar y con las olas debe ser sutil, mórfica, espiritual, como una especie de baile cósmico".

"Para Dora, el surf era más que un deporte, era como un lienzo en blanco en el que podía expresar su conexión personal con el océano y las olas".

"Miki nunca se vendió, a pesar de que tuvo muchas oportunidades de hacerlo. Para él su integridad personal era mucho más importante que ganar algo de dinero prestando su imagen a algún producto barato de surf a cambio de una comodidad económica (...) ¿Cuántos grandes surfistas han vivido de acuerdo con esos principios?

 

En el libro, y a través del testimonio de cientos de personas que compartieron la vida con él, se hace un retrato detallado del personaje de Miki Dora: de sus genialidades, de sus miserias, y de su eterna huida en busca de no se sabe muy bien qué: ¿la libertad?, ¿la ola episónica? "Deslízate y huye", fue una de sus grandes frases, y durante muchas fases de su vida el motor que parecía moverlo todo.

Empecé a leer "Todo por un puñado de olas perfectas" hace unos cuantos meses, y realmente lo estaba disfrutando, pero no sé por qué, un día lo dejé: ¿trabajo, olas, ...? Cuando empiezo un libro soy de los que lo lee con intensidad. Me cuesta parar, y el ansia de ver avanzar en la historia, me lleva en ocasiones a lecturas maratonianas. No me gusta tener las historias a medio acabar. 

Por eso, y cuando emprendí de nuevo la lectura hace unos días, lo hice de nuevo desde el principio. Porque la lectura anterior me había gustado tanto, que me apetecía volver a recordarla. También porque un personaje tan complejo como el de Miki, y una historia con tantos datos, anécdotas, ..., se merece una o dos lecturas. Creo que hasta habrá una tercera. El libro merece realmente la pena. Os lo recomiendo.











2 comentarios:

  1. Que tal Jesus!
    Me gustan este tipo de historias. No se si tengo una enfermiza tendencia a idealizar todo lo que pertenezca al siglo pasado, posiblemente si, me pasa mucho con el cine. Pero creo que estos personajes dificilmente volveran a nacer, los tiempos y las cosas son diferentes, priman intereses y el mundo del surf no creo que tenga nada que ver con aquellos lejanos años.
    Me encanta esa definicón de mezcla entre Grant, McQueen y Dillinger, desde luego que debia de ser todo un personaje.
    Muy interesante el post, saludos!

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    1. Pues si puedes Fran, hazte con el libro. Realmente lo vas a disfrutar. Además uno de los temas recurrentes es el cine. Un saludo,

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